29 abril 2008

Posibilidad de escape

Sendas de muerte hasta este portal me trajeron
en un callejero secreto de orines y cubatas.

Para dormir la mona estamos

en cualquier zaguán como entrada

al sueño sin privarnos de la baba

y la inconsciencia.

Podría dormir durante mil años.

Pensando en los paraísos artificiales,

pacotilla de la felicidad adquirida,

olvidé el curso de natación de las desgracias.

Tras este viaje al fin de la noche

no todo el mundo adora el sol.

Habrá más noche y más niebla

donde sublevar al cuerpo

contra la dureza de estos tiempos.

Algún día, la serpiente trazada de mi rastro

morderá el corazón de la noche.

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