LA MISERIA
En el veintinueve había tal miseria
que nos comíamos la piel de las patatas
y los domingos sentados en los bancos de la plaza
mirábamos pasar el coche del conde.
Después abrieron, por fin, la frontera
y Gisto se fue a Francia
y detrás de él se fueron la Marmota,
yo en cambio fui más lejos, a Nueva York,
donde había colillas largas tiradas por las calles.
Diez años limpiando cristales de los rascacielos
veinte años cuidando a un anciano
hasta que sientes que se te echa encima la vejez
y hay una mañana en que te miras al espejo.
LA LLAVE
Esa noche ha pasado por el barrio
la vieja que no tiene casa donde estar
y llevaba escondido algo en las sayas:
Era una llave antigua que había encontrado.
Afuera hacía un frío que pelaba
Pero teníais que haber visto lo contenta que iba;
tenía una llave y le parecía que tenía una casa:
ya faltaba poco, enseguida llegará.
La llave se la lanzó un ángel de lata
que está sobre el campanario. Más pobre aún que ella.
—Ve al paraíso, pobre vieja, toma—
y le tiró la llave,
que cayó entre sus pies.
SACRIFICIO
Si he podido estudiar
se lo debo a mi madre
que firma con una cruz.
Si conozco todas las ciudades que están donde acaba el mundo
ha sido por i madre
que nunca salió del pueblo.
Ayer la saqué a que le diera el aire
y la llevé a un café,
la pobre ya no ve nada.
—Siéntese aquí. ¿Qué le
pido? ¿Un buñuelo?TONINO GUERRA, Poesía completa
(traducido por Juan Vicente Piqueras)
1 comentario:
Qué conmovedor el tercero.
Publicar un comentario