KADIS
Dos veces en un año baja el cadí desde Saduna.
Se marcha el mismo día, tampoco él ama esto.
Las cortes quedan lejos, arriba, y nos han dicho
que Málaga prospera porque hay campos también.
Aquí tenemos sólo mar
y su viento nos sala o enarena la saliva apenas levantarnos.
Hasta en cualquiera de las dos mezquitas,
estando en oración, escuchamos sus olas.
Hierve de peces y de él comemos.
Pero no lo amamos.
Algo grande hubo aquí algún día, señor.
Mucho más de lo poco que hallaron y abatieron nuestros mayores.
No queda nada: la Alta
Torre
que nadie intenta derribar
y esos arcos de piedra sobre el agua, esas
columnas rotas.
Ni los cristianos más leídos saben bien qué serían;
Menos, nosotros, pecadores.
Otra cosa ya no verá: arena, piedras, viento,
treinta casas apegujadas
y este mar que no amamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario