—Cuando éramos más pequeños, la cultura del flamenco la
veíamos más extraña y la influencia era anglosajona, pero con los años la
música se enriquece mucho si cada uno trabaja con sus localismos. No puedes
lograr matices ni buscar precisión si escribes sobre Michigan. Cuando un tío de
allí te escuche, se reirá. Y es muy curioso, porque estamos acostumbrados a
escuchar los localismos guiris, con Manchester o Brooklyn, con Bowie cuando se
fue a Berlín y le dedicó canciones, y luego tenemos muchos complejos para hacer
una sobre el Pumarejo.
Daniel Alonso de Pony Bravo.
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