21 octubre 2014

PELECANOS

Tú sabías cuál era tu sitio, desde el principio tuviste claro (lo sentías en tus entrañas, según afirmaste) que ese sitio estaba tras del mostrador de la cafetería, no con los oficinistas encorbatados.

Exacto. Por eso escribo sobre lo que escribo. Todo se resume en eso. En esa división de clase y raza. Esa es la razón por la que mis libros suelen tratar sobre gente de clase trabajadora. El sur de Washington DC, la ciudad federal, los políticos, la gente con dinero… Yo no pertenezco a ese mundo, pero es que además tampoco me interesa. Me he ganado muy bien la vida, así que no puedo negar que de alguna manera [sonríe imperceptiblemente] ahora soy uno de ellos, pero no vivo mi vida como lo hacen ellos, sigo viviendo en el barrio donde crecí.