29 junio 2010

La muerte y la brújula


Lönnrot evitó los ojos de Scharlach. Miró los árboles y el cielo subdivididos en rombos turbiamente amarillos, verdes y rojos. Sintió un poco de frío y una tristeza impersonal, casi anónima. Ya era de noche; desde el polvoriento jardín subió el grito inútil de un pájaro. Lönnrot consideró por última vez el problema de las muertes simétricas y periódicas.
—En su laberinto sobran tres líneas —dijo por fin—. Yo sé de un laberinto griego que es una línea única, recta. En esa línea se han perdido tantos filósofos que bien puede perderse un mero detective. Scharlach, cuando en otro avatar usted me dé caza, finja (o cometa) un crimen en A, luego un segundo crimen en B, en 8 kilómetros de A, luego un tercer crimen en C, a 4 kilómetros de A y de B, a mitad de camino entre los dos. Aguárdeme después en D, a 2 kilómetros de A y de C, de nuevo a mitad de camino. Máteme en D, como ahora va a matarme en Triste-le-Roy.
Para la otra vez que lo mate —replicó Scharlach—, le prometo ese laberinto, que consta de una sola línea recta y que es indivisible, incesante.
Retrocedió unos pasos. Después, muy cuidadosamente, hizo fuego.

J.L. Borges (Artificios, 1944;Ficciones, 1944)

24 junio 2010

Cuestión de gustos y el malestar social

El fascismo postmoderno es aparentemente la apoteosis de la diferencia, cuando en realidad es el consenso más fuerte y opresivo. Pero su presentación jamás es política sino cultural. Pretende ser un gobierno antipolítico que apela a la convivencia de las distintas formas culturales que existen en la metrópoli. Por eso es moralizador, y frente a la política que divide, defiende la unión en la diferencia. Ahora bien, esa diferencia ha sido completamente limada de aristas políticas. Los enfrentamiento que se producen, los problemas que emergen, son reconducidos a una simple cuestión de gustos, a opiniones personales, todas con derecho a existir. Desaparece la confrontación en la medida en que no hay espacio político, sino tan solo una esfera pública hecha de opiniones. La opinión o el experto, no hay otra opción. Las tertulias de la radio o de la televisión responden al mismo planteamiento, y extienden en la sociedad ese vaciamiento del discurso. No hay otra manera de hablar. Por otro lado, lo público y lo privado se funden haciendo de la opinión un relato íntimo. Entonces la despolitización alcanza su expresión máxima.
(...)

Por hallarnos en una época postpolítica, la politización de la existencia que asume el contenido político del malestar requiere pensar de nuevo el concepto de politización. Politizar la existencia no consiste en añadir una dimensión más a la realidad —que ya es multirrealidad— sino en agujerear la realidad y con ella la obviedad que la acompaña. El cambio que implica la época postpolítica es fundamental. Antes la politización consistía en oponer otra vida (más intensa, más auténtica…) a la vida cotidiana que era sinónimo de muerte y pasividad. Ahora la politización —la politización de la existencia— es más bien sustracción. Politizarse es sustraerse al destino impuesto por la movilización global, desocupar el «ser precario» que se nos impone. Lo que se puede decir también de otra manera: politizar la existencia es mantener una relación afirmativa con el propio malestar. Es conveniente, sin embargo, precisar mejor qué significa esta relación afirmativa. La politización de la existencia es la politización del malestar propio bajo el horizonte del malestar social.


de Movilización Global, Breve tratado para ataca a la realidad, Traficantes de sueños, 2009, de Santiago López Petit

22 junio 2010

La necesidad de un cambio de paradigma

La movilización global que (re)produce esta realidad obvia se confunde con la vida y hablar de biopoder resulta totalmente insuficiente. No nos encontramos ante una forma de ejercicio del poder. Es mucho más. La vida ocupa ahora el lugar del mercado en la organización de la sociedad. Con la expresión «mano invisible» A. Smith intentaba explicar cómo un individuo a pesar de perseguir su propio beneficio, acababa favoreciendo a toda la sociedad. Ahora la «mano invisible» es la vida. En la movilización global, lo que el poder efectúa para dominar la vida es lo que la propia vida realiza por ella misma. O lo que es igual: la circularidad del vivir —el hecho de que el querer vivir es decisión siempre dentro del propio querer vivir— coincide con la circularidad de la producción, que es producción de la producción. No existen grietas, y es difícil romper la circularidad entre vida y política. Pero el resultado más importante al que llegamos es que la conciencia ha sido conquistada. El Yo, la conciencia espacializada en tanto que unidad de movilización, ha sido convertida en una marca (capitalista). Cuando la conciencia es una simple marca ya no se puede hablar de alienación.
Este término resulta insuficiente para decir un proceso que no es de mera colonización. Lo que sucede es que el Yo en lo más íntimo es capitalismo. Nosotros somos y actuamos como una marca. No se trata de mercantilización —que sería una forma de alienación económica— puesto que la mercancía, en última instancia, sigue teniendo una relación con el valor de uso. Tampoco de alienación en un sentido más existencial. La alienación, en este caso, no es más que una autoescisión que puede llegar a ser cerrada. Cuando nuestro Yo se convierte en marca (comercial) ya no queda ningún resto fuera de ella. Ya no es posible ninguna forma de reapropiación porque no hay nada que reapropiar.

En Movilización Global, Breve tratado para atacar la realidad, Traficantes de sueños, 2009, de Santiago López Petit


20 junio 2010

Este loco mundo

Presentaciónes en Madrid del libro "Este loco mundo" (Martes y miércoles 22 y 23 de junio)
"Este loco mundo (17 cuentos)" es un libro ilustrado para niñas y niños de todas las edades y acaba de ser publicado por la editorial asturiana Cambalache. En él se encuentran historias para pensar el mundo, con personajes divertidos y tiernos en un mundo delirante y fantasioso que a veces se parece muchísimo al que compartimos cada día; 17 relatos poéticos para acercarse críticamente a la realidad.
Este loco mundo (17 cuentos)" está escrito conjuntamente por Miguel Ángel García Argüez, José María Gómez Valero y David Eloy Rodríguez, e ilustrado por Amelia Celaya.
Las presentaciones en Madrid tendrán lugar el martes 22 de junio en la librería Muga (Avenida Pablo Neruda, 89, Barrio de Vallecas) a las 18 horas, para público infantil, y el miércoles, 23 de junio en Traficantes de Sueños (Embajadores 35, Local 6, Barrio Lavapiés) a las 19,30 h. para público de todas las edades.

Contaremos con la intervención de los autores, que forman parte del colectivo de escritores La Palabra Itinerante y nos visitan desde Andalucía. Invitará a la lectura del libro Eduardo Romero, de Cambalache.
Más sobre el libro aquí.


18 junio 2010

Morir sin biografía

La Calle del Medio


Pues bien, una de las paradojas del capitalismo, y de sus tecnologías ancilares, tiene que ver con su potencia para erosionar estos tres tipos de memoria.

La memoria documental ha quedado muy debilitada por la propia capacidad tecnológica de registro y archivo. Todas las fechas, todos los datos, todas las estadísticas están almacenadas en soportes exteriores informáticos que de alguna manera han vaciado nuestras cabezas. En ese vacío, como en una sopa ligera, flotan algunos acontecimientos sin conexión, aislados de la historia, monumentalizados por unos medios de comunicación que producen, como Nestlé y Disneylandia, caramelos, juguetes y mercancías. El 11-S se yergue en medio del magma originario como el gran fetiche enhiesto de un olvido colectivo. En un diálogo de Platón, un escriba egipcio le decía a Solón que los griegos eran como niños, porque no podían recordar más allá de tres generaciones, mientras que ellos, dueños de la escritura, se podían remontar, nombre a nombre y fecha a fecha, hasta el pasado más remoto. El capitalismo produce niños extraviados en un tiempo uniforme, sin límites ni orillas.

La memoria colectiva está asimismo muy dañada. Hablamos de las especies animales desaparecidas o amenazadas, pero nos olvidamos de todos los gestos milenarios, las ceremonias comunes, las respuestas colectivas desterradas para siempre de este mundo. Podemos pensar en oficios muertos o en liturgias ceremoniales extinguidas, pero también en formas de organización política y vínculos de solidaridad definitivamente deshechos. Las respuestas automáticas -ese tino social sin pensamiento- no las impone ya la tradición o la institución o la educación, con sus ventajas y sus riesgos, y mucho menos la razón o el socialismo, sino las multinacionales. ¿Cómo superar un duelo? La casa Roche te vende una pastilla. ¿Cómo enterrar a los muertos? La funeraria privada se encarga profesionalmente del residuo. ¿Cómo besarse, dónde divertirse, qué ropa vestir, qué comer, cómo viajar, qué mirar? Monsanto, Meliá, Zara, MacDonalds, El Corte Inglés, Disneylandia nos movilizan -permanente ciclón o terremoto- sin posibilidad de equivocación.

Pero por todo esto, se comprenderá, es absurdo pretender que el capitalismo es individualista . Todo lo contrario: sólo los pobres, los muy pobres, tienen todavía biografía. Las clases medias y sus imitadores más desfavorecidos tienen más bien una colección de souvenirs o un catálogo estándar de fotografías. La memoria individual -las repeticiones y las conchitas, las costumbres y los objetos- ha sido sustituida por un universal folleto publicitario en el que el sujeto de la experiencia, desprovisto de cuerpo, es intercambiable por cualquier otro. ¿Qué recordamos? El área de servicio de la autopista, la final del mundial de fútbol, el logo de Nike, la publicidad de Ford, el vestíbulo del Sheraton, las ofertas del Carrefour, el icono de página de inicio de Microsoft. El investigador Kevin Slavin calcula que hay en torno a 10.000 millones de fotos digitales colgadas sólo en Facebook. ¿Toda una floración individual? No, porque todas esas imágenes privadas pueden reducirse a un repertorio de cinco o seis clichés indiferentes: el viaje organizado, la fiesta de fin de curso, el cumpleaños en el Burger King, el día de compras.
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16 junio 2010

Variaciones: marañas y enredos- Celia García

Who Said It Was Simple
There are so many roots to the tree of anger
that sometimes the branches shatter before

Audre Lorde

Sólo la mujer está excluida por la naturaleza de las cosas que es la naturaleza de las palabras, y hay que decir que si hay algo que ellas mismas lamentan en el momento presente es eso: simplemente no saben lo que dicen, y esa es la diferencia entre ellas y yo.

Jaques Lacan

La rabia, el extrañamiento y el encuentro
El extrañamiento en la palabra –de la palabra–, la rabia, el encuentro. Una y otra vez se me aparecen como relámpagos en lo oscuro cuestiones y más cuestiones que van tomando cuerpo y que me conducen poco a poco y de diversas maneras a lanzarme a los abismos y a comenzar a jugar:
¿Cómo conciliar deseo y realidad?/ ¿Cómo hacer realidad nuestro deseo?/ ¿Cómo nos nombramos, cómo nombramos, cómo nos nombran?/ ¿Qué decir cuando tenemos la palabra? ¿Dónde la palabra? ¿Dónde la otredad, cómo la otredad? ¿Qué, quién, cómo se mantiene vivo al deseo? ¿Qué deseo? ¿Sospechas? ¡Shhh susurro!


Enredos en lo oscuro o epístola antigua

antigua Poeta hermana: palabras –nos guste o no perduran en un tiempo propio.

Adrienne Rich

Lo que a mí más me importa, hermana, extranjera, lo que intuyo y siento así sin más para todas o al menos para las que quieran querer –igual que para todos aquellos que también tengan el cuerpo abierto y se dejen– como digo, lo que intuyo y siento, algunas veces que no siempre, es cosa sin palabras que hiere y cura a un mismo tiempo y que la hace a una sentirse disfrutona y acompañada.
Este sentir profundo me parece a veces que puede ser apertura y puesta en marcha de un deseo que tiene cabida en este mundo –deseo y no idea alejada de la cosa, deseo que rezuma olores de tribu y encuentros sagrados, y qué más verdad que todo eso–, este sentir y prosigo entre el enredo, llega al mundo, nos llega, quizá, con el manejo de la rabia, una rabia que se puede tornar fuerza creativa, desmantelamiento del miedo y amor del afuera. Manejo de la rabia y no olvido, que a qué más olvidar ¿no? Y es que se me antojan, a veces, que van por cientos las máscaras del miedo que trabajan de a poquito y sin parar. Se me antoja también como juego valiente empezar a darles la vuelta, a buscarles el hueco, a aceptarlas para desarmarlas, para que sean otra cosa, para que duelan menos.
Y si seguimos tirando de los hilos múltiples y confusos que se me aparecen como huellas lejanas, a veces, compañera, también siento, pero no lo sé, pues cómo nombrar sin torpeza los adentros y los afueras sólo con las palabras, que ya sabemos que éstas no bastan y son sin embargo casi lo único que tenemos, pero como te digo a veces me da a mí que ese estremecimiento, ese sentir verdadero, puede venir del recuerdo de un mundo en confianza o puede quizá estar movido por el buen mirar, sabiendo una que está mirando sin más y dejándose así ser.
Dejar ser al ser dicen las que han visto1 y son generosas en el amor, y así nos lo cuentan para acompañarnos en los vivires, y no dejarnos pensar ya más que todo esto es: cosas de locas que «simplemente no saben lo que dicen» o desquiciadas o vete tú a saber, que son tantas las trampas que a veces nos despistamos con tanta palabra y tanta cosa fea.
Dejar ser al ser para quizá así poder sentirse una más gustosa, más juguetona, más predispuesta a los aconteceres mágicos, a los encuentros, a las otras.
Y es en este eterno preguntar, extranjera, hermana, en esta maraña de cuestiones desordenadas en las que esta noche ando nadando no exenta de miedo y alegría y acompañada como siempre por todas las benditas contradicciones.

Aventurarse y no saber

De lo que se trataba era de hablar del encuentro, de la posibilidad del encuentro con la otra, de la palabra. De aquello que no se puede nombrar y sin embargo es. De aquello que se resbala entre manos múltiples, y menos mal.
De lo que se trataba era de hablar del encuentro de cómo y por qué. De los fantasmas, del miedo, de la rabia. De la posibilidad de dar la vuelta a todo eso y probar. De lo que se trataba era también del deseo, ¡cómo no! Y ahora vuelvo a la hoja y lo sé y lo recuerdo, que estos debates son debates antiguos que cansan a algunas y sorprenden a otras por desmemoria o por placer. Pero es que me parecía a mí y me sigue pareciendo que no hay que dejar de preguntar, que es el mismo preguntar el que nos ayuda a unas y a otras (a las otras y las unas que somos todas) a salirnos y ver con ojos múltiples, es el mismo preguntar el que toma terreno real y hace. Y es que es quizá el enredo y no la certeza lo que anuncia la aurora, pero no lo sé…

En la revista feminista La Madeja, Cambalache, 2010
www.localcambalache.org
lamadeja@localcambalache.org

12 junio 2010

09 junio 2010

El tiempo de mi vida

5

Me estoy quedando sin palabras. Punto
y aparte.
Me estoy quedando sin. Coma.
Me estoy quedando. Puntos suspensivos.
Me estoy. Punto y coma.
Me. Dos puntos.
Abrir paréntesis, cerrar paréntesis,
signo de interrogacion, cerrar la interrogación,ç
signo de exclamación, cerrar
la exclamación,
espacio en





blanco.

6

Voy a escribir un verso
voy a escribir dos versos
tres versos
cuatro versos
y medio
cinco versos

He escrito media docena de versos


8

El primer verso es endecasílabo.
El segundo, heptasílabo.
El tercero, heptasílabo
también. El cuarto
pentasílabo. Y el quinto,
no matar ni morir,
sino vivir, auqneu tengamos
lassílabas contadas.

9

Multipliquemos:
el arte por el arte
da siempre cero.

Sección Cuarta (1970- 1990), de El tiempo de mi vida (Antología), Germanía, 2002, de Jesús López Pacheco

07 junio 2010

NOTICIAS- Alba Rico


Noticia 128
8 de agosto de 2009. Segunda Mano

OFERTAS

1. Ofrezco planeta Tiera con cinco continentes, seis océanos, 67 mares y 28 corrientes oceánicas. Provisto de un sol y 127 tipos de viento. con una superficie de 510.065.284, 702 km2. ideal para tender la ropa y guardas trastos viejos.
2. Ofrezco kit mínimo de supervivencia compuesto de: un mechero, una navaja, una cazuela, un pañuelo, una manzana, unas botas, una tienda de campaña, doce posavasos, una cubertería de El Corte Inglés, una apartamento en Mallorca, dos relojes Rolex, cinco bolsos de piel Dior, tres ordenadores IBM, dos teléfonos Sony, un iPod de última generación, un televisor Grundig y una pantalla LCD, un Hummer-Humvee H3 y un Mercedes Sport-Coupé, un jacuzzi, una lancha Campanili con motor Yamaha, un conjunto de palos de golf Callaway y quince sillar de motar Cow Boy Hat rack. No se aceptan pedidos parciales. El que quiera el mechero, la navaja, la cazuela y las botas, tiene que llevars eel lote entero. la ley 135/98, como se recordará, no permite sobrevivir con menos.

Noticia 80
21 de Junio de 2009. El Magazin cultural
Música y espectáculos

Llega a España Florencio Savia
Después de pasar por Italia y Francia, llega finalmente a España el boliviano Florencio Savia. Una infancia difícil en los Andes, una adolescencia dura de trabajo en La Paz y la necesidad de desplazarse permanentemente de una ciudad a otra en busca de recursos no le impidieron desarrollar una sensibilidad extraordinaria para la música. Los que lo han oído tocar, aseguran que su conocimeinto del charango, la famosa vihuela andina, sólo es comparable al de Gonzalo Hermosa o Eddy Navía, los mas grandes virtuosos del intrumento.
Ahora ha llegado a Madrid.
Ha tenido el recibimeinto que se merecía.
Vecinos en paro del barrio del Pilar le han pegado un paliza.
Un empresario de la construcción le negó asistencia médica después de que se cayera de un andamio.
La policía lo ha detenido por no tener papeles y lo ha maltratado en un Centro de Detención.
Las dificultades nunca le impidieron tocar de oído la charanga, pero le obligaron a ser albañil.
Y en Europa hay leyes muy severas contra los albañiles.

Tomado de "Noticias", Caballo de Troya, 2010, de Santiago Alba Rico




03 junio 2010

PRESENTACIÓN DE LIBROS



Un mar invisible (IslaVaria, 2009) y Pero no islas (Germanía, 2009)

de

Matías Escalera Cordero

que contará con la presencia de Verónica Pedemonte y David Franco Monthiel
El acto tendrá lugar en Cádiz, el próximo viernes 4 de junio, a las 19:00 h.,

en la Biblioteca Pública Provincial de Cádiz (Avda. Ramón de Carranza, 16)