27 junio 2012

Poemas que quise escribir, XIII

LA CAÍDA DE LAS HOJAS

He leído unos cincuenta mil poemas y novelas que hablan de la caída de las hojas
he contemplado cincuenta mil películas que muestran la caída de las hojas
he visto cincuenta mil veces la caída de las hojas
hojas caídas arrastradas marchitas
he escuchado cincuenta mil veces su rumor muerto bajo mis zapatos
entre mis palmas y la yema de mis dedos
sin embargo encontrarme con la caída de las hojas siempre
me conmueve
sobre todo las hojas caídas en los bulevares
sobre todo si son hojas de castaños
sobre todo si pasa algún niño
sobre todo si hace sol
sobre todo si ese día he recibido una buena noticia de un amigo
sobre todo si ese día no me oprime el corazón
sobre todo si creo que mi amor ese día me ama
sobre todo si un día así estoy a gusto con los demás y conmigo mismo
encontrarme con la caída de las hojas siempre me conmueve
sobre todo si las hojas que caen bulevares
sobre todo si son hojas de castaños.

Nazim Hikmet

26 junio 2012

Poemas que quise escribir, XII


Emily Dickinson, en una carta a T. W. Higginson:

¡Ah cómo cantamos, para apartar la oscuridad!
Canto como lo hace el niño al pasar junto al cementerio: porque estoy asustada.



 MATSUO BASHO

!Ah! ¡La hierba del verano!
Todo lo que queda
de los sueños de los guerreros.


YAHA

Se acaba de barrer
y se caen
unas camelias



TAIGUI

Luciérnaga en vuelo.
¡Mira!, iba a decir.
Pero estoy solo.




KOBAYASHI ISSA

El año se va.
Oculto mis canas
a mi padre.



Una hermosa cometa
se alza desde
la barca del mendigo


¿Cuándo llegó aquí,
junto a mí,
este caracol?


MASAOKA SHIKI

Pelando una pera
azucaradas gotas brillan
a lo largo del cuchillo.

22 junio 2012

Poemas que quise escribir, XI


El neoliberalismo
se postula a sí mismo
como un método imperfecto de vivir pero con una salvedad
que a pesar de sus defectos
y con todos sus problemas
es el único sistema que puede hacer funcionar la sociedad
por favor que conste en actas
que hay dos cosas inexactas
en esa nueva teoría, dos mentiras hay en esa afirmación
una es su señoría
que la sociedad funcione
y la otra usted perdone, si al decirlo se me pianta un pokemón
pero el neoliberalismo
ni siquiera es eufemismo
sino que es directamente el mas práctico sinónimo que hay
de la muerte y quien lo cuente
como método de vida
puede que ande por Florida pero no por Argentina o Uruguay
el neoliberalismo
desde su mismo bautismo
o en el útero prestado del capitalismo que lo reparió
ya venia vacunado
contra el hombre no rentable
que si no era tan amable de morirse sólo el siempre lo ayudo
el neoliberalato
tiene cuerda para rato
y con ella anuda el moño del regalo de la globalización
nuevo y ultimo retoño
de la trinidad profana
que en relevo de la otra y más de mil te afanan, matan y establecen su ritual de adoración
con un nuevo calendario que en vez de los santos
tiene las fechas de vencimiento estipuladas en la carta de intención
que no explican la intención de lo que dicen porque
al igual que los del otro son oscuros
los designios del nuevo señor
este culto que se expande
como un gigantesco glande
en lugar de fecundar esteriliza todo lo que alrededor
le sostenga la importancia
a algo que no de ganancia
y hasta los mas afectados por las consecuencias de la enfermedad
se acostumbran a luchar por el triunfo de los que triunfan sobre ellos convirtiéndolos en terminales de un sistema que es el que se expresa cuando hablan convencidos de tener ideas propias si las tienen porque alguien se las vendió
el neoliberalismo se
libera a si mismo de
las trabas que les ponen los estados que una vez se estatuyo
y las nuevas condiciones se estatuyen estatismos no estatales son quietismos como el de la estatua de la libertad
el neoliberalismo se
contempla a si mismo
como aquel de la leyenda que se ahogo en el agua que lo reflejo
pero hay una componenda
la división del trabajo
da que no se hunda el majo sino otro que ni figuro
de este modo se expresaba
un fiscal que presentaba
en un juzgado los cargos
contra la patota neoliberal
pero el juez que estaba a cargo
dio todo por anulado
dijo que estaba implicado
en el caso este mismo señor fiscal
porque acababa el estado
de quedar privatizado
y el sólo era otro cesante
y si algo tenía para reclamar
que llamara en adelante
y en un tono más paciente
al servicio de atención al cliente
bien dispuesto a aguardar en línea hasta que la primera ave de rapiña disponible con suerte lo fuera a escuchar.

 Leo Masliah


20 junio 2012

Poemas que quise escribir, X


CAFÉ DE NOCHE

Jean Nicolas Arthur Rimbaud
y Karl Heinrich Marx
se han vuelto a encontrar este verano en Londres,
en el mismo café donde una noche de 1873
se cruzaron,
acaso tropezaron y siguieron de largo,
demasiado ocupados como iban.
Ahora los dos recuerdan con asombro
cómo llovía esa tarde sobre Europa,
cómo la vieja ciudad temblaba bajo el agua,
qué solas se veían las torres de todos los campanarios,
y se ríen.
Hace ya tanto tiempo
y sin embargo están cien años más jóvenes,
Marx,
con su saco un poco estrujado para siempre,
sus zapatos invencibles,
su irremediable sonrisa de filósofo,
y Rimbaud fumando desvergonzadamente,
ruidoso y destartalado como un viejo gramófono,
con sus pantalones demasiado ceñidos,
su eterna mirada soñadora
de oveja degollada.
Bajo la lenta luz de las bombillas
de Kenington Park,
pasean en el atardecer de Londres,
siguiendo el lento vuelo de un alcatraz
color de plomo
que pasa hacia la bahía,
mirando la frágil agonía de una nube
que se desgarra contra el fondo
ocre y triste de un paisaje de Van Gogh.
Luego bajan hasta el puente,
fumando en las viejas pipas,
y se asoman al río que se rompe, gira,
corre sin fin, ciego,
y se preguntan qué lo mueve hacia el mar,
eternamente.
La noche llega en la cubierta del vapor The Hell
y un pescador saluda desde la orilla.
Una estrella enorme tiembla en el agua
velada ahora por la niebla.
Lentos bajo el peso de la lluvia,
Marx y Rimbaud
regresan al mismo café de Bull Street
donde una noche de 1873,
por la prisa,
el imperativo de una cita,
el tren que no llegaba a tiempo y se hacía tarde,
no pudieron conocerse.
Cuando se despiden,
un perro solitario le ladra a su propia sombra
en una esquina,
y por el fondo del poema
pasa cojeando el fantasma de Verlaine.
Comienza a dormirse la ciudad.

 Luis Rogelio Nogueras

19 junio 2012

Poemas que quise escribir, IX




¿Quién te escribirá canciones de amor
cuando yo sea Señor al final
y tu cuerpo la capilla blanca de un camino
donde mis sacerdotes por ti rezarán?
¿Quién te escribirá canciones de amor?

Mis sacerdotes te pondrán flores,
se arrodillarán frente al cristal
y hasta gastarán, besando, tu ventana,
pisotearán la hierba.
¿Quién te escribirá canciones de amor?

¿Quién disparará la flecha
que los hombres sigan a través de tu gracia,
cuando yo sea Señor de tus recuerdos
y tu armadura se convierta de encaje?
¿Quién te escribirá canciones de amor?

La simple vida de los héroes,
la retorcida vida de los santos,
siempre confundiendo el calendario solar
con sus pinturas rojas y dorás,
con sus pinturas rojas y dorás.

¿Quién te escribirá canciones de amor?

SACERDOTES de Leonard Cohen, adaptada por Alberto Manzano, cantada por Enrique Morente.


18 junio 2012

Poemas que quise escribir, VIII


KADIS

Dos veces en un año baja el cadí desde Saduna.
Se marcha el mismo día, tampoco él ama esto.
Las cortes quedan lejos, arriba, y nos han dicho
que Málaga prospera porque hay campos también.
Aquí tenemos sólo mar
y su viento nos sala o enarena la saliva apenas levantarnos.
Hasta en cualquiera de las dos mezquitas,
estando en oración, escuchamos sus olas.
Hierve de peces y de él comemos.
Pero no lo amamos.

Algo grande hubo aquí algún día, señor.
Mucho más de lo poco que hallaron y abatieron nuestros mayores.
No queda nada: la Alta Torre
que nadie intenta derribar
y esos arcos de piedra sobre el agua, esas
columnas rotas.
Ni los cristianos más leídos saben bien qué serían;
Menos, nosotros, pecadores.
Otra cosa ya no verá: arena, piedras, viento,
treinta casas apegujadas
y este mar que no amamos.


Fernando Quiñones.

17 junio 2012

Poemas que quise escribir, VII


PLACERES

La primera mirada al levantarse por la ventana.
El viejo libro recobrado
Rostros llenos de entusiasmos
Nieve, el cambio de las estaciones
El periódico
el perro
la dialéctica
Ducharse, nadar
Música antigua
Zapatos cómodos
Comprender
Música nueva
Escribir, plantar
Viajar
Cantar
Ser amable.


SONIDOS

Más adelante, en otoño
Se aposentan en los chopos grandes bandadas de cornejas.
Pero durante todo el verano
Como en la zona no hay pájaros
Sólo escucho sonidos humanos.
Y me pongo contento.



LA COMPRADORA 

Soy una anciana.
Al despertarse Alemania
recortaron las pensiones.
Mis hijos me daban dinero de vez en cuando un dinerillo.
Pero yo ya no podía comprar casi nada.
Al principio iba menos a las tiendas donde antes compraba a diario.

Pero un día me lo pensé mejor y volví
a diario a la panadería y a la verdulería
como antigua clienta.

Escogía cuidadosamente entre los comestibles
y no me llevaba ni más ni menos que antes:
añadía los panecillos al pan y los puerros al repollo

 y sólo cuando me hacían la cuenta lanzaba un suspiro
rebuscaba con mis rígidos dedos en el monedero
y confesaba, sacudiendo la cabeza, que no me alcanzaba el dinero

para pagar aquellas pocas cosas y, con nuevos movimientos de cabeza,
salía de la tienda, a la vista de los parroquianos.
Y me decía:

si todos los que no tenemos nada dejamos de aparecer donde se exhibe la comida,
podrían pensar que no necesitamos nada.
Pero si venimos y no podemos comprar nada, se sabrá cómo están las cosas.


Bertolt Brecht

16 junio 2012

Poemas que quise escribir, VI


LA MISERIA


En el veintinueve había tal miseria
que nos comíamos la piel de las patatas
y los domingos sentados en los bancos de la plaza
mirábamos pasar el coche del conde.

Después abrieron, por fin, la frontera
y Gisto se fue a Francia
y detrás de él se fueron la Marmota,
yo en cambio fui más lejos, a Nueva York,
donde había colillas largas tiradas por las calles.

Diez años limpiando cristales de los rascacielos
veinte años cuidando a un anciano
hasta que sientes que se te echa encima la vejez
y hay una mañana en que te miras al espejo.


LA LLAVE

Esa noche ha pasado por el barrio
la vieja que no tiene casa donde estar
y llevaba escondido algo en las sayas:
Era una llave antigua que había encontrado.

Afuera hacía un frío que pelaba
Pero teníais que haber visto lo contenta que iba;
tenía una llave y le parecía que tenía una casa:
ya faltaba poco, enseguida llegará.

La llave se la lanzó un ángel de lata
que está sobre el campanario. Más pobre aún que ella.

—Ve al paraíso, pobre vieja, toma—
y le tiró la llave,
que cayó entre sus pies.

SACRIFICIO

Si he podido estudiar
se lo debo a mi madre
que firma con una cruz.

Si conozco todas las ciudades que están donde acaba el mundo
ha sido por i madre
que nunca salió del pueblo.

Ayer la saqué a que le diera el aire
y la llevé a un café,
la pobre ya no ve nada.
—Siéntese aquí. ¿Qué le pido? ¿Un buñuelo?


TONINO GUERRA, Poesía completa 
(traducido por Juan Vicente Piqueras)

15 junio 2012

Poemas que quise escribir, V




Cuando tu infancia se desvanezca,
cuando tu cuerpo crezca,
cuando al hablar de modo indebido,
te sientas atrevido,
cuando te estés independisando,
cuando estés trabajando,
cuando por no estar muy bien vestido
te sientas inhibido...
imaginate m'hijo, imaginate..
Cuando admires bolsillos ajenos,
cuando te sientas menos,
cuando abusen de tí un día,
cuando te estén utilizando,
cuando un día llegues a entusiasmarte,
cuando estés por casarte,
cuando en alguna casa de citas te reventés la guita...
imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando en tus labios se imprima un tango,
cuando estés sin un mango,
cuando al no poder comprarte un saco,
soñés con un atraco,
cuando arrugue tu voz el tabaco,
cuando te pongas flaco,
cuando en la cama con un mafalda ella te de la espalda...
imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando el aguinaldo hayas cobrado,
cuando estés embalado,
cuando hagas horas extra de noche,
para comprarte un coche,
cuando de luchar estés cansado,
cuando te hayas gastado,
cuando tus sueños se hagan pedazos y te duelan los brazos
imaginate m'hijo, imaginate...
Cuando tu mirada se humedezca,
cuando algo en tí perezca,
cuando te sumerjas en los vasos y llores tus fracasos,
cuando algún día estés recordando,
cuando estés meditando,
cuando una vez digas a tu hijo "imaginate m'hijo"
imaginate m'hijo,
imaginate
imaginate m'hijo, imaginate..

Leo Maslíah: Imaginate, hijo.
 
 

13 junio 2012

Poemas que quise escribir, IV


Las agujas de un reloj se inauguran, se saludan,
se persiguen, se adelantan, se consiguen, se anochecen,
se iluminan, se desvelan, se seducen, se retardan,
se acarician, se cohabitan, se poseen y se exploran,
se enamoran.

Las agujas de un reloj se despiertan, se trabajan,

se vinculan, se enardecen, se entrecruzan, se aguijonan,
se compiten, se onanizan, se resisten, se interrogan,
se lastiman, se dan vuelta, se equilibran, se perdonan,
se dan tiempo.

Las agujas de un reloj se concilian y se atascan,

se emparentan, se entrelazan, se embarazan, se infidelan,
se anteponen, se desatan, se penetran, se rebelan,
se oscurecen, se ladean, se separan, se detienen,
se dan cuerda.

Las agujas de un reloj mimetizan, desesperan,

se dan cita, se discuten, se saturan, se pelean,
se nostalgian, se emparejan, se erotizan, se retienen,
se liberan, se involucran, se coinciden, se cuestionan,
se tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac,
se relojean.

Las agujas de la vida,

vos y yo.


Daniel Viglietti, Las agujas de un reloj.




12 junio 2012

Poemas que quise escribir, III


Se trata cósmicos de ser más fértiles,
de no ser tímidos, de ser mas trópicos,
de ir a lo pálido, volverlo térmico,
sentirse prójimo de lo más lúdico,
con verdes lápices trazar el ámbito
de lo que mágico rompe los límites,
buscar lo hidráhulico de lo volcánico
librar la métrica, cambiar de sílabas.
Y con elásticas formas anárquicas
tocar lo afónico, que suene homérico,
fundar metáforas, crear la hipótesis
de que lo asmático se vuelva oxígeno,
situar la brújula al sur paupérrimo,
armar las síncopas contra los déspotas,
cambiar la tónica por una séptima,
tocar en triángulo sones esféricos.
Y a los dogmatícos tan poco orgasmícos
casi ni erotícos de ser tan pudícos,
y a esos acritícos de sesgo androgíno
decile gelídos no sean retográdos,
y con armonícos cantar bien nitído
contra lo frigído luchando torrído,
con armas multíples llamando calído,
fondos oceanícos de los más lubrícos.
El ritmo cíclico de vals esdrújulo
es cual la sístole que va a diástole
todo cardíaco de andar eufórico,
nada presbitero más bien sacrílego,
amando nínfulas que sueña grávidas
es más acróbata, cruza los vértices
llamando gráciles criaturas prístinas,
seres prolíficos de lo aún inédito.
Y a los aracnícos volverlos lirícos
y a sus ejercítos juzgarlos rapído
mediante un arbítro de juicio ecuaníme
que encierre en cárceles impunes perfídos
y a politícos de gesto transfúga,
los imperterrítos, los siempre complíces,
caerán patetícos en los espasmodícos
cuando lo energíco les corte el transíto.
Con lo poético del vals arrítmico
que está en lo crítico de sus propósitos
no pueden síncopes ni golpes fúnebres
ni es por patíbulos que quede acéfalo
ni es por trifásicas que olvide históricas
luchas titánicas por lo inalámbrico
por lo que ubérrimo se alza eufóricos
y anuncia próximos cambios históricos.
Cuando el pobrísimo tome las cúpulas,
y los famélicos tomen las áfricas,
y los indígenas tierra amazónica,
y los mecánicos tomen las fábricas,
y los utópicos salgan del prólogo,
y los daltónicos pinten lo nítido,
y los chuequísimos bailen de júbilo
ya lo terrícola serás libérrimo
cual ritmo cíclico de canto esdrújulo.


Escrújulo, Daniel Viglietti

11 junio 2012

Los poemas que quise escribir, II




Quiero denunciar ante todos, público
y clero, el robo de un par de anteojos, de alguna
camiseta sucia y pañuelo usado, un número
impreciso de poemas que venía escribiendo
en los últimos años de esta guerra, un aparato
de televisor, discos, armas, souvenires
varios: un libro de Lenin, un disco
de don Pepe de la Matrona que me regalara
el Divino Divinsky por recomendación
del marqués del Cante, don Fernando
Quiñones, un asiento argelino, piedritas, cartas, dos botellas de vino
chileno, documentos reales y apócrifos y otras
cosas pequeñas pero queridas,
nada de esto, ni de otras cosas que
omito han reaparecido. Fueron
robados por la policía en mi domicilio, entonces
ilegal para ellos. Las armas perdidas ya
han sido debidamente detalladas; las largas
y las cortas, las buenas y las malas. Los
objetos eran comunes, como esos que se venden
por allí; los versos hablaban de una 11,25 que
ha dejado una marca en el nacimiento
de mi muslo izquierdo; otro hacía referencia
a los problemas de la balística en relación con
los sentimientos; uno recordaba el miedo
que tenía el sargento cuando
fuera atacado por sorpresa, y otros
temas que he olvidado por buenas razones. Algunos de
estos papeles desaparecidos por el miedo que la policía
metió a mucha gente, entre ellos a una mujer llamada
Lucila, que materialmente quemó uno que otro.
Otros fueron destruidos por la propia policía o los militares
de los servicios de informaciones que también me llevaron. Hago
esta denuncia, especialmente por la perdida
de armas y poemas, ya que ambas son irreparables, han
sido robadas al pueblo de la república, a
quien materialmente pertenecían.

Paco Urondo. 

09 junio 2012

Los poemas que quise escribir, I


No vengo en absoluto armado de verdades decisivas. Mi conciencia no está transida de resplandores esenciales. Sin embargo, con toda naturalidad, pienso que sería bueno decir unas cuantas cosas que vale la pena que sean dichas. Estas cosas voy a decirlas, no a gritarlas. Porque hace tiempo, bastante tiempo, que el grito salió de mi vida.


Frantz Fanon
Piel negra, máscaras blancas

05 junio 2012

POESÍA QUE QUISE ESCRIBIR.

 


















Continúa en La Casa con Libros, en La Zubia (Granada), el ciclo POESÍA QUE QUISE ESCRIBIR.
En esta ocasión será el poeta gaditano David Franco Monthiel quien recite algunos de sus poemas preferidos de otr@s autor@s.

VIERNES 8 de Junio

Poesía que quise escribir, 24
con DAVID FRANCO MONTHIEL
a partir de las 22:00 horas

Con entrada gratuita y regalo al público asistente de una postal con un poema del autor invitado.


ORGANIZA: Asociación Cultural LA ZAGÜÍA.


En
La Casa Con Libros, alojamiento rural
Calle del poeta Miguel Hernández, 19
(antigua calle Real, enfrentico la iglesia)
18140 La Zubia, GRANADA

04 junio 2012

CANCIONES, de Miguel Ángel García Argüez

La Fundación Fernando Quiñones tiene el placer de invitarnos a la presentación del libro "Canciones", uno de los últimos trabajos del escritor Miguel Ángel García Argüez. Este libro, recoge las letras de canciones más representativas de cuantas ha compuesto para numerosos grupos y bandas de pop-rock.

El poeta, ofrecerá un recital poetico-musical acompañado por su guitarra, contará a su vez con la inestimable colaboración de Isa Arwez que interpretará recitando y cantando junto a él algunos de los temas recogidos en este libro. 
El acto tendrá lugar este próximo miercoles 6 de junio a las 19:30h en el Museo Sede de la Fundación Fernando Quiñones. 




Está bien. Hasta aquí hemos llegado,
yo no pienso continuar:
seguid vosotros, yo aquí me planto.
Y ya no voy a dar un solo paso más
sobre esta arena,
no pienso mover mis pies.
Tan sólo voy a hundirlos en la tierra
Y absorberé los minerales que hay en el suelo,
respiraré los rayos del sol
y que una brisa lenta mueva mis dedos.
Y luego alargaré mis brazos hacia el cielo
como enormes ramas
y haré que broten hojas de mi piel
y me dará la lluvia el tributo del agua.
Y al amanecer vendrán los pájaros
que hay en la tierra
a encenderme el corazón
Y en mi cabeza habrá una fiesta.
Y voy a florecer
con las semillas limpias
que me brinde el viento
y en el polen del aire dibujaré
una enorme marea de amorosos insectos
Y ahora llegan las muchachas
y en sus manos traen hachas…