25 julio 2012

En Nayagua, revista de poesía nº 17

La poesía no se resigna a un mundo injusto. Palabras para cuestionar, para hacer pensar y sentir, para transformar. Este Libro de la servidumbre, cuarto poemario de David Franco Monthiel, del que había ofrecido un breve pero intenso adelanto en un cuadernillo titulado Apuntes de la servidumbre (Cuadernos Caudales de Poesía, 2009; de libre acceso en la Red), nos trae, en versos certeros y punzantes, memoria, dignidad, afán de justicia.
El autor gaditano, continuando la línea de trabajo y de hallazgos de su excelente Las cenizas de Salvochea (Baile del Sol, 2008), escribe sobre este mundo y este tiempo, sobre los estragos del capitalismo y su poder, para compartir miradas y temblores, inquietudes y alertas, cantos de resistencia y compañía. “Apenas revelamos los cantares / que glosan el silencio de los siervos”, afrontando el riesgo de ser quizás solamente “verdad de ceniza en el viento”.
Los caídos en la lucha, los represaliados, los desposeídos, son recordados y homenajeados: su testimonio pervive, su ejemplo sigue dando luz. Así aparecen en este libro los espectros de Angela Davis, de Kobayahsi, de los asesinados en los campos de concentración nazis pero también en Palestina, en Abuh Ghraib, en España. “Nunca olvides la música de las trincheras”. Es importante no olvidar, se nos cuenta y canta, para no desistir, para no caer anestesiados, presos de la impotencia y la mansedumbre, de la vida sin vida. “Hay quienes viven bien en el cadalso / sin notarse la soga en torno al cuello”. Pero la poesía sabe ser
testigo, sabe seguir diciendo, sabe seguir respirando aunque nos dicten la asfixia. Si hay vida, hay esperanza: “Del sur al norte / sobre el campo minado / vuelan pájaros”. Versos que resisten, versos que construyen.
 
David Eloy Rodríguez

19 julio 2012

Tragedia, farsa, apocalipsis

Todos los ingredientes parecen combinarse para producir un inquietante déjà vu: una crisis económica global, el retroceso de la democracia, la búsqueda de un chivo expiatorio, una fractura europea de la que resurge la imagen aún borrosa de un Reich alemán. Son ya legión los analistas que establecen paralelismos bastante acertados entre la época actual y el período de entreguerras del siglo pasado. Semejanzas hay muchas, pero lo cierto es que, más allá de la decadencia ecológica del planeta y la amenaza nuclear, conviene señalar también una diferencia cultural que excluye cualquier repetición mecánica: el fascismo fue la respuesta al triunfo de la gran revolución rusa y su ascenso se produjo en un marco denso de ideologías fuertes en el que la mayor parte de los europeos se alinearon conscientemente de uno u otro lado.
Seamos optimistas. Tras cincuenta años de Estado de Bienestar y “hedonismo de masas”, las víctimas de la crisis no son trabajadores explotados, aunque la explotación del trabajo se haya intensificado brutalmente, ni tampoco parados harapientos, aunque no dejen de aumentar el número de parados y de harapos: son -por usar la expresión de Bauman- “consumidores fallidos”. En tiempo de crisis”, se nos alerta, se puede llegar a creer cualquier disparate. La combinación de mercancías y nuevas tecnologías ha generalizado un modelo antropológico que debilita casi todas las adhesiones fiduciarias, hasta el punto de que el innegable aumento de las filiaciones religiosas no puede ocultar el pragmatismo consciente de los que escogen, en el menú variado de las doctrinas de salvación, la que más se ajusta a su perfil social o laboral. Si una ideología es una convicción universal cuya raíz misma implica el paso al acto, podemos decir que el compromiso ideológico es hoy residual en el mundo: el crecimiento de Amanecer Dorado, del Frente Nacional o de UKIP (o el del islamismo político radical), que debe sin duda preocuparnos, está limitado en cualquier caso por el “nihilismo de mercado”. Frente a estos movimientos agresivos y frente al retroceso de democracia, la dificultad para creer nos salva de los fascismos clásicos, pero inhabilita también, como alternativa viable, a las izquierdas tradicionales. La reacción “natural” en el interior de este modelo, la más saludable, la única posible, es el 15-M y sus indignados descreídos y solidarios, reverso ético de la mercancía y sus hechizos.
Seamos pesimistas. Tras cincuenta años de Estado de Bienestar y “hedonismo de masas”, las víctimas de la crisis no son trabajadores explotados, aunque la explotación del trabajo se haya intensificado brutalmente, ni tampoco parados harapientos, aunque no dejen de aumentar el número de parados y de harapos: son -por usar la expresión de Bauman- “consumidores fallidos”. En tiempos de crisis, ¿se puede creer cualquier disparate? La derecha, porque es realmente disparatada, puede tener más éxito que la izquierda, pero ni una ni otra va a conseguir ideologizar, ni para mal ni para bien, a la mayor parte de la población. El peligro procede hoy de un nuevo populismo mucho más nietzscheano y risueño que el fascismo, mucho más escéptico en términos de actitud vital, mucho más "situacionista", si se quiere, incluso en medio de la catástrofe económica y social que se avecina. Creer, aunque se trate de un disparate (los extraterrestres o la superioridad racial), es un vínculo. Y hay que abordar más bien la perspectiva de un fascismo sin vínculos, seguido por gente que "no puede creer" y que, por tanto, no va a necesitar ninguna cobertura de legitimidad para defender sus intereses. Me cuesta poco trabajo imaginar a millones de personas siguiendo a un líder al que no rinden ningún culto y al que, aún más, desprecian; o votando un programa que saben radicalmente injusto; millones de prevaricadores que, tras décadas de hedonismo de masas y nihilismo de la mirada, se sienten hoy legitimados, como en la balsa de la Medusa, a no ocuparse más que de salvar su pellejo, sin necesidad de rendir cuentas a ningún sacerdote ni de pedir justificaciones a ningún emperador. Esa es la imagen, sí: millones de prevaricadores enfrentados entre sí, en una lucha a muerte, mientras algunos indignados buenos, sin un recambio ni una organización, tratan de recordar los principios de una civilización minada por los propios soportes materiales que los han forjado, soliviantado y reprimido.
Seamos optimistas: ningún Amanecer Dorado ganará nunca las elecciones. Seamos pesimistas: todo puede ser aún peor. La conocida frase de Marx según la cual la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa admite distintas variaciones. Empujados hacia una decadencia ecológica irreversible y con los arsenales llenos de armas de destrucción masiva, lo que hace cien años fue tragedia hoy puede repetirse como apocalipsis. Con ideología o sin ella, pongamos algunos parches, por favor.

Atlántica XXII

07 julio 2012

"La herida abierta [Gritotrazos]": flamenco en acción


"La herida abierta [Gritotrazos]": flamenco en acción"


HOY sábado 7 de julio de 2012 en la Bodega Antonio Fuentes (Avda Antonio Fuentes, s/n) de La Puebla de Cazalla (Sevilla), con motivo de la intensa programación de la XLIV Reunión de Cante Jondo.

La herida abierta [Gritotrazos] es un espectáculo artístico-flamenco.

Cante y baile, texto y forma, imagen y acción, música y gesto, cuerpo y alma, se reúnen y dialogan, convergen, crean y crecen en su interacción.
Una obra interdisciplinar, una aventura narrativa, una investigación, una performance, un viaje, un tiempo vivo. Y también: poesía en acción, espacios y procesos habitados con hondura, una singular manera de entender las videoproyecciones y el action painting… Flamenco de nuestros días que respeta la tradición para tratar de entenderla, difundirla y desarrollarla, pero que tampoco teme la irrupción de la ruptura en una búsqueda de la escena sin fin.  
Las letras son de los poetas José María Gómez Valero y David Eloy Rodríguez, que también aportan su presencia y voz, y nos sitúan en la herida del vivir. Se canta y cuenta, pues, de lo que importa, de lo que merece la pena, de aquello de lo que casi no se puede hablar, ese arte tan viejo y tan nuevo. 
En el cante Juan Murube, razón común en su voz y su quejío. A la guitarra José Luis Medina, que construye presencias y misterios. Al baile Leonor Leal, que juega en el filo de la sangre a perfilar el ritmo de lo que no miente. Y acompañándoles, los precisos matices y texturas de la percusión de Andrej Vujicic y las imágenes de la cámara de Xabier Mailán y Emilia Gálvez, señalando direcciones, albergando magnetismos, aportando enigmas.
Los trazos del artista plástico Patricio Hidalgo, entretanto, van buscando la forma imposible, el dibujo esencial, el origen, el grito del tiempo.  


Entrada libre y gratuita.

Más info aquí.

03 julio 2012

Poemas que quise escribir, XIV


COMO TÚ

Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle

y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,

sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.




AMERICA LATINA
 
El poeta cara a cara con la luna
fuma su margarita emocionante
bebe su dosis de palabras ajenas
vuela con sus pinceles de rocío
rasca su violincito pederasta.
Hasta que se destroza los hocicos
en el áspero muro de un cuartel.


ROQUE DALTON