18 febrero 2009

LOS DIAS LABORABLES

¿Cómo desfloran el silencio de los tedios
con el susurro que es semilla de risa?
¿Cómo esparcen su quietud sobre la tierra yerma
de los escritorios, sobre el cieno sembrado
de números y gritos con lentitud?
¿Cómo desertan de su nombre y su cédula
renombrando el dictado de la vida?
¿Cómo arrugan el aliento esquirol,
marchitan la maquinaria secreta
los verbos cansados?
¿Cómo huyen donde ningún augurio les turbe,
donde ninguna sombra se inicia en sus ojos?
¿Dónde sus llagas son nada nunca?
¿Dónde la herida es un eco en la carne,
dónde la mandíbula de las mañanas?
¿Dónde? Si les vigilan.
¿Dónde? Si los descubren.
¿Dónde? Si es que siguen aquí.


16 febrero 2009

La isla del tesoro según Constantino Bértolo


Intentando llevar estas reflexiones a un terreno más concreto y a modo de ejercicio práctico, podemos trazar, en esquema, un imaginario aunque posible texto crítico sobre un "libro de consenso": La isla del tesoro, de R.L. Stevenson.
Estamos ante una novela de aventuras, un género de clara progenie británica cuya formación y asentamiento como tal acompaña al desarrollo histórico de la empresa civilizadora, es decir, depredadora, del colonialismo inglés. En su variante de "aventura de piratas" cuenta con el lejano precedente de Las aventuras del Capitán Singletton de Defoe y con las cercanas referencias a Kingston, Ballantyne y Cooper, autores de una obra narrativa legitimadora de la larga epopeya mercantil llevaba a cabo por las naciones de Occidente durante los siglos XVII y XVIII.
Contada en primera persona por un muchacho de calse media baja, hijo de honrados posaderos, nos narra la historia de una empresa mercantil, la creación de una sociedad de comerciantes que invierte su capital para una operación especulativa: lograr rescatar de su poción mostrenca el capital acumulado de manera ilegal por un pirata, el capitán Flint, de cuya noticia ha tenido conocimiento gracias al muchacho que aporta precisamente ese capital, ese conocimiento, a la aventura financiera. Para llevar a cabo tal empresa contratan barco y tripulación en las condiciones de seguridad que su limitado capital les pertime. Sucede que la tripulación actúa con motivos que van más allá de su contrato de trabajo con los "caballeros empresarios", pues la mayoría forman parte de una organización pirata que, privada de capital y conocimiento -el mapa del tesoro-, recurre a la añagaza mercantil del contrato de trabajo para poder realizar su propio fin: la posesión del capital acumulado por su colega el capitán Flint, esperando romper ese contrato laboral por vía violenta y adueñarse del capital -barco, provisiones y conocimiento teórico: mapa-. La trama novelesca proviene del descubrimiento de este plan ilegal, descubrimiento que el muchacho realiza casualmente. A partir de ese momento se van sucediendo una serie de episiodios durante los cuales ambos bandos luchan por el control de los medios de producción necesarios para efectuar sus fines: control del barco, de las provisiones, del mapa y de las armar (como garantes en última instancia del cumplimientos del contrato).

Tomado de "La cena de los notables", Editorial Periférica, 2008, de Constantino Bértolo.
16 euros 256 páginas ISBN: 978-84-936232-7-2

15 febrero 2009

Reseña de Las Cenizas de Alberto García-Teresa

“Cuando el enemigo nos aplaude: / ¿Qué tontería habremos dicho? / ¿Por cuánto querrá comprarla?”. Desde esa perspectiva, teniendo en cuenta ese enfoque, no podemos permitirnos bajar la guardia ni desarrollar discursos complacientes y plausibles. La literatura y la poesía en demasiadas ocasiones ha buscado más el chisporroteo de la alabanza que el compromiso con la lucha por la dignidad. Su indiferencia resulta cómplice con el estado de las cosas. David Franco Monthiel nunca lo ha antepuesto, y siempre ha dejado constancia de su dedicación a la transformación social en su escritura y en su vida. Así, en esta nueva obra, Las cenizas de Salvochea, presenta un poemario directo, poderoso, sin concesiones. Con un verso vigoroso (“Hemos venido para no hacernos los sordos...”), desde la firmeza de sus convicciones y la absoluta seguridad del que no renunciará, de quien no claudicará, publica una serie de piezas de estudiada elaboración y lúcida denuncia.
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09 febrero 2009

Con las mismas manos de acariciarte… Roberto Fernández Retamar


Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela.

Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo,
Pero los hombres y los muchachos que, en sus harapos esperaban
Todavía me dijeron señor.
Están en un caserón a medio derruir,
Con unos cuantos catres y palos: allí pasan las noches
Ahora, en vez de dormir bajo los puentes o en los portales.
Uno sabe leer, y lo mandaron a buscar cuando
supieron que yo tenía biblioteca.
(Es alto, luminoso, y usa una barbita en el insolente rostro mulato.)
Pasé por el que será el comedor escolar, hoy sólo señalado por una zapata
Sobre la cual mi amigo traza con su dedo en el aire ventanales y puertas.
Atrás estaban las piedras, y un grupo de muchachos
Las trasladaban en veloces carretillas. Yo pedí una
Y me eché a aprender el trabajo elemental de los hombres elementales.
Luego tuve mi primera pala y tomé el agua silvestre de los trabajadores,
Y, fatigado, pensé en ti, en aquella vez
Que estuviste recogiendo una cosecha hasta que la vista se te nublaba
Como ahora a mí,
¡Qué lejos estábamos de las cosas verdaderas,
Amor, qué lejos -como uno de otro!
La conversación y el almuerzo
Fueron merecidos, y la amistad del pastor
Hasta hubo una pareja de enamorados
Que se ruborizaban cuando los señalábamos, riendo,
Fumando, después del café.
No hay momento
En que no piense en ti.
Hoy quizás más,
Y mientras ayude a construir esta escuela
Con las mismas manos de acariciarte.

08 febrero 2009

ARTE MUERTO, HAZTE VIVO


Ya está subida al MLRS (sección revista) el número 20 de la Revista del Manual de Lecturas Rápidas para la Supervivencia, bajo el título: "Arte muerto, hazte vivo". Recopila poemas políticos de Juan Carlos Mestre, Antonio Orihuela, Beatriz Viol, Miriam Reyes, Ernesto García, David Eloy Rodríguez, Mª Ángeles Maeso, Conrado Santamaría, Carmen Camacho, Víktor Gómez, Ángel Petisme, Grupo Arbeit, Mugidor, David González, Uberto Stabile, Enrique Falcón, Fernando Beltrán, Ángel Calle, Eladio Orta, Alberto García-Teresa, Luis Melgarejo, Jorge Riechmann, Karmelo Iribarren, Néstor Ventaja, José Mª Gómez Valero y David Franco Monthiel. La podéis abrir pinchando directamente aquí:

04 febrero 2009

Luis Rogelio en misión de ayuda

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cuando luchaba contra
la burocracia.

03 febrero 2009

INTELECTUALES APOLITICOS- Otto René Castillo

Un día,
los intelectuales
apolíticos
de mi país
serán interrogados
por el hombre
sencillo
de nuestro pueblo.
Se les preguntará
sobre lo que hicieron
cuando
la patria se apagaba
lentamente,
como una hoguera dulce,
pequeña y sola.
No serán interrogados
sobre sus trajes,
ni sobre sus largas
siestas
después de la merienda,
tampoco sobre sus estériles
combates con la nada,
ni sobre su ontológica
manera
de llegar a las monedas.
No se les interrogará
sobre la mitología griega,
ni sobre el asco
que sintieron de sí,
cuando alguien, en su fondo,
se disponía a morir cobardemente.
Nada se les preguntará
sobre sus justificaciones
absurdas,
crecidas a la sombra
de una mentira rotunda.
Ese día vendrán
los hombres sencillos.
Los que nunca cupieron
en los libros y versos
de los intelectuales apolíticos,
pero que llegaban todos los días
a dejarles la leche y el pan,
los huevos y las tortillas,
los que les cosían la ropa,
los que le manejaban los carros,
les cuidaban sus perros y jardines,
y trabajaban para ellos,
y preguntarán,
"¿Qué hicisteis cuando los pobres
sufrían, y se quemaba en ellos,
gravemente, la ternura y la vida?"
Intelectuales apolíticos
de mi dulce país,
no podréis responder nada.
Os devorará un buitre de silencio
las entrañas.
Os roerá el alma
vuestra propia miseria.
Y callaréis,
avergonzados de vosotros.