Intentando llevar estas reflexiones a un terreno más concreto y a modo de ejercicio práctico, podemos trazar, en esquema, un imaginario aunque posible texto crítico sobre un "libro de consenso": La isla del tesoro, de R.L. Stevenson.
Estamos ante una novela de aventuras, un género de clara progenie británica cuya formación y asentamiento como tal acompaña al desarrollo histórico de la empresa civilizadora, es decir, depredadora, del colonialismo inglés. En su variante de "aventura de piratas" cuenta con el lejano precedente de Las aventuras del Capitán Singletton de Defoe y con las cercanas referencias a Kingston, Ballantyne y Cooper, autores de una obra narrativa legitimadora de la larga epopeya mercantil llevaba a cabo por las naciones de Occidente durante los siglos XVII y XVIII.
Contada en primera persona por un muchacho de calse media baja, hijo de honrados posaderos, nos narra la historia de una empresa mercantil, la creación de una sociedad de comerciantes que invierte su capital para una operación especulativa: lograr rescatar de su poción mostrenca el capital acumulado de manera ilegal por un pirata, el capitán Flint, de cuya noticia ha tenido conocimiento gracias al muchacho que aporta precisamente ese capital, ese conocimiento, a la aventura financiera. Para llevar a cabo tal empresa contratan barco y tripulación en las condiciones de seguridad que su limitado capital les pertime. Sucede que la tripulación actúa con motivos que van más allá de su contrato de trabajo con los "caballeros empresarios", pues la mayoría forman parte de una organización pirata que, privada de capital y conocimiento -el mapa del tesoro-, recurre a la añagaza mercantil del contrato de trabajo para poder realizar su propio fin: la posesión del capital acumulado por su colega el capitán Flint, esperando romper ese contrato laboral por vía violenta y adueñarse del capital -barco, provisiones y conocimiento teórico: mapa-. La trama novelesca proviene del descubrimiento de este plan ilegal, descubrimiento que el muchacho realiza casualmente. A partir de ese momento se van sucediendo una serie de episiodios durante los cuales ambos bandos luchan por el control de los medios de producción necesarios para efectuar sus fines: control del barco, de las provisiones, del mapa y de las armar (como garantes en última instancia del cumplimientos del contrato).
Tomado de "La cena de los notables", Editorial Periférica, 2008, de Constantino Bértolo.
16 euros 256 páginas ISBN: 978-84-936232-7-2
Estamos ante una novela de aventuras, un género de clara progenie británica cuya formación y asentamiento como tal acompaña al desarrollo histórico de la empresa civilizadora, es decir, depredadora, del colonialismo inglés. En su variante de "aventura de piratas" cuenta con el lejano precedente de Las aventuras del Capitán Singletton de Defoe y con las cercanas referencias a Kingston, Ballantyne y Cooper, autores de una obra narrativa legitimadora de la larga epopeya mercantil llevaba a cabo por las naciones de Occidente durante los siglos XVII y XVIII.
Contada en primera persona por un muchacho de calse media baja, hijo de honrados posaderos, nos narra la historia de una empresa mercantil, la creación de una sociedad de comerciantes que invierte su capital para una operación especulativa: lograr rescatar de su poción mostrenca el capital acumulado de manera ilegal por un pirata, el capitán Flint, de cuya noticia ha tenido conocimiento gracias al muchacho que aporta precisamente ese capital, ese conocimiento, a la aventura financiera. Para llevar a cabo tal empresa contratan barco y tripulación en las condiciones de seguridad que su limitado capital les pertime. Sucede que la tripulación actúa con motivos que van más allá de su contrato de trabajo con los "caballeros empresarios", pues la mayoría forman parte de una organización pirata que, privada de capital y conocimiento -el mapa del tesoro-, recurre a la añagaza mercantil del contrato de trabajo para poder realizar su propio fin: la posesión del capital acumulado por su colega el capitán Flint, esperando romper ese contrato laboral por vía violenta y adueñarse del capital -barco, provisiones y conocimiento teórico: mapa-. La trama novelesca proviene del descubrimiento de este plan ilegal, descubrimiento que el muchacho realiza casualmente. A partir de ese momento se van sucediendo una serie de episiodios durante los cuales ambos bandos luchan por el control de los medios de producción necesarios para efectuar sus fines: control del barco, de las provisiones, del mapa y de las armar (como garantes en última instancia del cumplimientos del contrato).
Tomado de "La cena de los notables", Editorial Periférica, 2008, de Constantino Bértolo.
16 euros 256 páginas ISBN: 978-84-936232-7-2
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