18 febrero 2009

LOS DIAS LABORABLES

¿Cómo desfloran el silencio de los tedios
con el susurro que es semilla de risa?
¿Cómo esparcen su quietud sobre la tierra yerma
de los escritorios, sobre el cieno sembrado
de números y gritos con lentitud?
¿Cómo desertan de su nombre y su cédula
renombrando el dictado de la vida?
¿Cómo arrugan el aliento esquirol,
marchitan la maquinaria secreta
los verbos cansados?
¿Cómo huyen donde ningún augurio les turbe,
donde ninguna sombra se inicia en sus ojos?
¿Dónde sus llagas son nada nunca?
¿Dónde la herida es un eco en la carne,
dónde la mandíbula de las mañanas?
¿Dónde? Si les vigilan.
¿Dónde? Si los descubren.
¿Dónde? Si es que siguen aquí.


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