“Cuando el enemigo nos aplaude: / ¿Qué tontería habremos dicho? / ¿Por cuánto querrá comprarla?”. Desde esa perspectiva, teniendo en cuenta ese enfoque, no podemos permitirnos bajar la guardia ni desarrollar discursos complacientes y plausibles. La literatura y la poesía en demasiadas ocasiones ha buscado más el chisporroteo de la alabanza que el compromiso con la lucha por la dignidad. Su indiferencia resulta cómplice con el estado de las cosas. David Franco Monthiel nunca lo ha antepuesto, y siempre ha dejado constancia de su dedicación a la transformación social en su escritura y en su vida. Así, en esta nueva obra, Las cenizas de Salvochea, presenta un poemario directo, poderoso, sin concesiones. Con un verso vigoroso (“Hemos venido para no hacernos los sordos...”), desde la firmeza de sus convicciones y la absoluta seguridad del que no renunciará, de quien no claudicará, publica una serie de piezas de estudiada elaboración y lúcida denuncia.
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3 comentarios:
Eu, gracias por tus palabras, compa-
¿Todo bien?
Hola David, me llamo Julia. He de decirte que he leído tu libro 'Las Cenizas de Salvochea' y me ha encantado. Felicidades
Gracias por tus palabras Julia.
"Me llena de orgullo y satisfacción" como diría aquel.
salud
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