31 diciembre 2010

AÑO NUEVO- Rafael Barrett

No es el año quien se renueva. El mismo rosario, con tantas cuentas como días, se deslizará otra vez entre nuestros dedos. Por un solo reloj resbalan todas las horas y todos los minutos. Omega es también alfa; el tiempo no avanza, gira; no tiene edad. ¿No comenzó un año ayer, y no comenzará mañana? ¿Qué importa hacer aquí o allá la raya en el río? Cada instante es principio y fin.

Año nuevo: y el verano continúa. El viento no tropezará el 1 de enero, ni el canto del pájaro quedará cortado en dos, ni tampoco el gemido del moribundo. Soldadura invisible a cuyo través pasan las cosas sin estremecerse. Ninguna quilla de buque ha chocado con el Ecuador. Traspasamos al año nuevo nuestro activo y pasivo intactos, nuestras energías y las lacras de nuestra carne; se nos arrastra con idéntica rapidez, englobados en la enorme continuidad de la naturaleza. El año ha empezado; somos un poquito más viejos y nada más.

No es el tiempo el que envejece, somos nosotros. Cuando jóvenes parece llevarnos sobre su ala; más tarde nos deja atrás, y nos fatigamos corriendo en pos de él, hasta que nos abandona, y su terrible corriente nos echa a un lado. Un cadáver es un despojo escupido a la orilla. Pero, ¿por qué entristecemos? Lo que no tiene remedio se examina y se acepta. Envejecer es una prueba de haber vivido, de que se está viviendo aún, y vivir es renovarse para los que son dignos de vivir. Lo dijo el poeta: «Puesto que hay que usamos, usémonos noblemente».

Ya que no el año, su contenido será nuevo y bello si nos usamos noblemente. Compadezcamos a los seres pasivos que consideran 1909 como un número de lotería, y el horario como una ruleta. Preferible es entregarse al más bárbaro de los dioses y no al azar. En Moloch queda todavía el tosco designio de lo bestial, mientras que la casualidad es totalmente estúpida; prostituirse a ella es prostituirse a las tinieblas, suicidarse con un arma sin nombre. No; que nuestras divinidades sean humanas; que trabajen con nosotros, que nos comprendan y, si lo merecemos, que nos admiren. En cualquier circunstancia hay lugar para el heroísmo, ¿y a qué hemos venido al mundo si no a ser héroes? No necesitamos esperar a que concluya el 31 de diciembre; cosecharemos el año próximo lo que hayamos sembrado antes, y seguiremos sembrando para después. La realidad no se acota; olvidemos el calendario, y atendamos al manantial constante y silencioso que nos brota del alma.

de "Moralidades actuales", Pepitas de calabaza ed., 2010

27 diciembre 2010

TREMÉ

La música, la calle, los indios, el carnaval, el personajeo, el amor a una ciudad, una tragedia -doscientos años de tragedia y crisis hacen empatía- turistas. Reclama no sólo tu casa, también tu cultura. TREMÉ!


24 diciembre 2010

LO NUEVO Y LO VIEJO- Rafael Barret

No todos los argumentos de los que defienden el pasado merecen nuestra estima. Hay quien venera lo viejo porque de lo viejo vive, a semejanza de esos gusanos que roen madera descompuesta y papel de archivo. Cuanto más antigua es una ley, una costumbre, una teoría o un dogma, se los respeta más. Habiéndolos contemplado en la lontananza de los siglos que fueron, se los vislumbra en la de los futuros como una provisión inagotable que podrán roer las generaciones conservadoras.

Y, sin embargo, ¡qué pobre argumento el de la ancianidad de las ideas! Es difícil no sonreír cuando se abre un código y se lee al pie de la página la sesuda nota en que el comentarista fundamenta un artículo. «Este artículo es casi sagrado, murmura el infeliz, nos viene de las Partidas, de los Romanos». ¡Ah, los Romanos sobre todo! Pero la humanidad cambia, inventa, sueña y por lo común cuanto más vieja es una cosa, más inútil es. Lo viejo es un resto de lo bárbaro. Es un vestigio del mal, porque el mal es lo que dejamos a nuestras espaldas. Cierto que las leyes que nos encadenan son romanas aún, lo que me parece escandaloso después de dos mil años; felizmente nuestra física y nuestra biología no son las de Roma, son las nuestras.

Muchas inmemoriales construcciones deben su duración a su divorcio mismo con lo real. No son ni siquiera obstáculos. Las corrientes de la vida se han acostumbrado a rodearlas para pasar adelante, y pasan en graciosa curva sin tocarlas ya. No es obediencia, es olvido. ¿Quién hoy, por muy Papa y muy obispo que sea, ha dedicado media hora a meditar seriamente en el problema de la Santísima Trinidad? Y no obstante a causa de él se han dado en otro tiempo de puñaladas por las calles. ¡Oh, armatostes apolillados, erguidos en medio de la distracción universal! Un buen día el pensador os ve, se ríe y os derriba de un soplo. Bastó un irritado sacudir de hombros para que el pueblo francés volcara el trono más glorioso de Europa. Mañana bastará un gesto para barrer del mundo las sobras romanas. La inmutabilidad no es signo de fuerza, sino de muerte. Hay entre nosotros ídolos enormes que no son sino cadáveres de pie, momias que una mirada reduce a polvo.

Otros adversarios, delicados amantes de las ruinas, nos dicen: «¡Qué ingratos sois con los muertos! Sois hijos y herederos de los muertos; cuanto tenéis era suyo. Vuestro pensamiento y vuestro idioma, vuestras riquezas y vuestros amores, todo os lo legó el pasado. Y volvéis contra el Pasado, de que está hecha vuestra sangre y hecho vuestro espíritu, las armas que habéis recogido de las tumbas. Os suicidáis cortando vuestras Propias raíces».

Pues bien, ¡no! No somos solamente hijos del pasado. No somos una consecuencia, un residuo de ayer. Antes que efecto somos causa, y me rebelo contra ese mezquino determinismo que obliga al Universo a repetirse eternamente, idéntico bajo sus máscaras sucesivas. No; el pasado se enterró para siempre en nosotros mismos. Decid que es quizá limitada la materia disponible, que fabricamos el ánfora nueva con el viejo barro, que para cuajar mis huesos tomaron las cenizas de mi padre. Decid que la Naturaleza, en su noble afán de hacerla más hermosa, funde y toma a fundir infatigablemente el bronce de la estatua. ¡Pero qué importa la materia! La forma, el alma es lo que importa. Sobre el pasado está el presente. Todo es nuevo; nueva la alegría de los niños, nueva la emoción de los enamorados, nuevo el sol de cada aurora, nueva la noche a cada ocaso, y al morir nuestra angustia no será la de nuestros antepasados, sino un nuevo drama a las orillas de un nuevo abismo. No digáis que el hijo reproduce al padre. No pronunciéis esta frase cruel y necia: «Nos heredamos, nos reproducimos, somo los de antes». Blasfemia profunda, que hace de la humanidad espectros y no hombres. No somos el pasado, sino el presente, creador divino de lo que no existió nunca. No somos el recuerdo; somos la esperanza.

21 diciembre 2010

LA CLANDESTINA Y HUELGA DE CONSUMO

La Clandestina es un proyecto donde caben muchos otros: una librería, un espacio cultural y un lugar de encuentro e intercambio.
En ella se pueden encontrar libros de editoriales alternativas, materiales que no tienen espacio en los canales de difusión comerciales, literatura infantil y juvenil, cómics y un amplio abanico de narrativa, poesía y ensayo.
Además La Clandestina quiere ser un lugar de descanso y disfrute, y para ello contamos con una cafetería diferente y acogedora. En un ambiente relajado, con cómodos sofás y música cuidadosamente seleccionada, servimos cafés literarios, bebidas ecológicas y tartas caseras además de prensa internacional y una biblioteca que ira creciendo a medida que La Clandestina vaya cumpliendo años.
Pero este proyecto es aún mucho más: cuenta-cuentos, presentaciones de libros, proyecciones, charlas, exposiciones,… Aunque su nombre pueda despistar, La Clandestina no se esconde, está en pleno centro histórico de Cádiz, en la calle José del Toro 23 (esquina con Cardenal Zapata). 
 





El sindicato CGT junto a más de cien organizaciones sociales, como Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción, han convocado para el próximo martes 21 de diciembre una huelga de consumo.
La huelga del martes implica consumir la mínima cantidad de electricidad y agua, desplazarse en transporte público o compartir el coche, evitar el consumo telefónico, el uso de tarjetas, no comprar en grandes almacenes, centros comerciales, supermercados, bancos, gasolineras…
Pero no se trata sólo de no comprar durante un día. La propuesta va más allá: concienciar sobre una forma de consumir más responsable. “Queremos promover una reflexión sobre nuestra forma de consumir, de usar, de tirar. Es un modelo que tiende a la mercantilización de todo”, explica Rodrigo Fernández, de Ecologistas en Acción.
NO COMPRE, SEÑORA! ¿Cómo puedes hacer la HUELGA DE CONSUMO?
  • Desde que te levantes, procura consumir el mínimo de energía y agua posible.
  • Haz los desplazamientos andando, en bici o transporte público. Si fuese imprescindible el uso de vehículo particular, intenta compartirlo.
  • Recupera viejas costumbres: lleva un bocadillo o un termo con café a clase o el trabajo.
  • Durante todo el día no compres nada, no hagas llamadas, utiliza internet de manera pasiva, (puedes leer pero no generes información ni actualices tu web, foro o perfil en la red social). Pon una notay una respuesta automática en tu correo, informando que debido a la Huelga de Consumo no usarás estos medios.

16 diciembre 2010

RECITAL DE MANOLO RUIZ TORRES EN EL TEMPORAL

Recital de poesía de Manuel J. Ruiz Torres.
Presentado por David Monthiel.

Viernes 17 Diciembre, 21horas
En El Temporal (Campo del Sur, 36), Cádiz.

Manuel J. Ruiz Torres dará a conocer poemas de El inicio del mundo, libro de próxima aparición, en el que se acerca a "la necesidad de contar con belleza la imprescindible reconstrucción del mundo".

Dice el autor gaditano, que vuelve a la poesía veinticinco años después y tras diversos y muy interesantes libros de relatos y novelas: "La única poesía amorosa que me interesa es la que transmite una transgresión moral. Hablar del amor es presentar el modelo más personal de la forma en que organizamos nuestras relaciones con los demás. La poesía amorosa es, por supuesto, pura poesía social. Toda la sociedad actual se ha venido estructurando a partir de un modelo de amor excluyente, posesivo, dominador, resignado, embrutecedor. El discurso de ese amor basado en la desconfianza hacia los demás es la base moral de los sucesivos discursos de la rentabilidad, de la explotación, del provecho nacional, de la defensa, de las catástrofes que nos sobrevendrán si quisiéramos cambiar todo esto. En el nombre del amor se han cometido los mayores crímenes, las negaciones más brutales de la identidad del otro, las anulaciones más rotundas. Es hora ya de ennoblecer ese mismo nombre para referirnos a la sorpresa, al crecimiento, al respeto, al empuje, a la libertad rotunda, al humor con el que nos zarandea para que no nos durmamos. Un amor de iguales que no acaba en otro, ni hace prisioneros, ni entiende de obligaciones. Que escribe su propia sintaxis de género y número de concelebrantes. Y que dura el tiempo en que sigue mejorándonos. Nada menos."

11 diciembre 2010

MORENTE

¿Quién te escribirá canciones de amor
cuando yo sea Señor al final
y tu cuerpo la capilla blanca de un camino
donde mis sacerdotes por ti rezarán?
¿Quién te escribirá canciones de amor?

Mis sacerdotes te pondrán flores,
se arrodillarán frente al cristal
y hasta gastarán, besando, tu ventana,
pisotearán la hierba.
¿Quién te escribirá canciones de amor?

¿Quién disparará la flecha
que los hombres sigan a través de tu gracia,
cuando yo sea Señor de tus recuerdos
y tu armadura se convierta de encaje?
¿Quién te escribirá canciones de amor?

La simple vida de los héroes,
la retorcida vida de los santos,
siempre confundiendo el calendario solar
con sus pinturas rojas y dorás,
con sus pinturas rojas y dorás.

¿Quién te escribirá canciones de amor?