29 septiembre 2007
27 septiembre 2007
POESÍA DE VIVA VOZ en Elche, por La palabra itinerante.
En poesía de viva voz los poetas David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero interpretarán poemas suyos, de sus diferentes libros y publicaciones, y además nos acercarán algunos de sus poemas preferidos de otros autores.
Una oportunidad para escuchar “de viva voz” textos que hacen pensar y sentir, un encuentro con la poesía en acción de estos jóvenes poetas sevillanos que han intervenido conjuntamente en festivales internacionales como el Spoken Word de Sevilla, la Noche en blanco de Madrid, la Fira Mágica y el Festival de Polipoesía en Cataluña, el Festival de poesía de La Laguna en Canarias o el Festival de la oralidad de Huesca, entre otros.
David Eloy Rodríguez es autor de los libros de poesía: Chrauf, Miedo de ser escarcha y Asombros.
José María Gómez Valero es autor de los libros de poesía:
Miénteme, El libro de los simulacros, Travesía encendida y Lenguajes.
Ambos forman parte del colectivo ‘La Palabra Itinerante’, con el que traman y realizan diversas propuestas de creación y expresión artística y de acción social (talleres de creación literaria, propuestas escénicas, intervenciones artísticas, ediciones y otras actividades de difusión y agitación).
CUANDO: Jueves 4 de octubre de 2007
DONDE: Cines Odeón
Sala B de los Odeón.
22:00 horas.
Organiza
Institut Municipal de Cultura de Elche
26 septiembre 2007
25 septiembre 2007
EL ONCE EN MADRID Y SEÑAS
Gracias a todos y a todas los que asistieron: Francisco, Lucas, Ana, Mada, Antonio, el Méndez, Alberto, Antonio, Porlan, Gloria, Sharlie. A César y a los youkalianos. Al Tito y Ángeles. (Espero no dejarme a nadie).
A Susana y a Sara por la hospitalidad. A los once (qué pena lo de Jorge) por tan grata noche. A Bellón por su mikismo nocturno. Que nos vamos pa Logroño. Que el Luís nos manda su Plan de fuga. Que los niños están en la FNAC de Sevilla hoy 25 de septiembre a las 20.00 presentando: Caleidoscopio de Venus (Josefa Parra / Pedro Mora Frutos), Asombros (David Eloy Rodríguez / Miki Leal), Lenguajes (José María Gómez Valero / José Miguel Pereñíguez)
Las señas, más abajo.
16 septiembre 2007
JUEGO DE LÁGRIMAS- Wu ming 6
Cuando una sociedad empieza a considerar el atiborrarse de langostinos en Navidad como un derecho adquirido irrenunciable, el camino al fascismo está expedito, señalaba el poeta. Cuando una sociedad se dirige como un tren sin frenos que se acelera cada vez más hacia el abismo, la supervivencia de esta sociedad no está garantizada, afirmaba el filósofo. Cuando considera rellenar su encadenado tiempo de ocio con imágenes de un programa real en el que se corona a una supermodelo (superejemplo de supercomportamiento) o a uno de los 40 niños abandonados sin adultos en una casa situada en la localidad 'fantasma' de Nuevo México, sabemos que nuestra dignidad ha sido puesta a prueba, asevera el televidente. O está participando en un proceso de selección. Y que no pasa a la siguiente fase, comunica el director del casting.
No todas las dignidades son útiles para la vida moderna como bien sabe el supermodelo Gabriel Albiac. La única elegible, seleccionable, es aquella que se solaza en los sofás junto a los millones de inválidos e inválidas injuriados por el trabajo. Dignidad a la que los programadores temen como tragedia ante la enésima emisión del esclavo Beckham recorriendo el photocall o milla verde o senda al patíbulo. La respuesta digna pulsa the bottom como en una guerra fría por las audiencias y el zapeo geocomercial. No son válidas aquellas dignidades que no son una especie de rectitud y al mismo tiempo de reposo.
La pedagogía de un millón de realitys (producidos, publicitados, emitidos y consumidos) ha conseguido ese socorrido e ignominioso axioma de “la telebasura es una demanda del público”. Y ya no nos sorprende la producción televisiva de un señor de las moscas en el desierto de Mojave, el teatro mediático de los McCann, o la novena edición de la factoría de malandrines y petardos, sujetos de aquello que se llamaba “experimento sociológico”. Hemos consumido a supervivientes, artistas en formación, la vida de famosos (siendo el favorito para viejos rockeros The Osbournes, con un Ozzy en bata recogiendo las heces del parket de su perrito) y como una señora de Trebujena mutaba de cuerpo entero en Cambio radical. La boutade científica se dispersó tras los humos del éxito y el share. Pero el experimento real sí que se llevó a cabo con éxito: ya no quedan caminos, rutas o senderos; ahora sólo queda el salto: a la fama de una cara, al nihilismo, a la destrucción más privilegiada rodeada de cachivaches, por la otra. El impulso a la fama desde el trampolín del anonimato. El más difícil sin la secuela genealógica de hijos de (inclúyase aquí a todos).
Se buscan personan anónimas para pigmaliones de la mercancía. La proletarización del famoso ha abaratado la formación de entretenedores o animadores de la masa ociosa. Se ha devaluado hasta el límite de que en su búsqueda de la realidad y su acercamiento a lo que pasa haya dado cabida a todas las violencias que las capas menos favorecidas y escuchadas sufren. Con todo lujo de detalles se describe la vida propia y sus miserias guionizadas como un exorcismo social o de confesión reparadora. Gestos de la democratización de los que aparecen en tv.: desde el programa de videos caseros, freaks televisivos, la casta de los colaboradores, hasta el último trastornado de Cicely que es reconocido como celebridad en youtube. El espectador, el consumidor de imágenes, “poseen la potencia nihilizadora de una percepción integral -síntesis "en el ojo" de una economía y una tecnología- que sólo sabe "apropiarse de hombres y cosas, que los construye rutinariamente como "objetos de exterminio" y que, más radicalmente, los despoja de existencia al mismo tiempo que los mira”, decía el filósofo.
Vanguardia de lo que podría suceder (como innovación deontológica) en las entrevistas de trabajo o en la selección de literatos de provincia para publicación en Institución regional es el reality tipo Modelaje. En Supermodelo se busca a una modelo de elite, mujer altamente esclavicotizada por marcas y diseñadores de renombre y merecedora de millonarios contratos para ser imagen corporativa. Se exige altura, estilo, carisma, naturalidad y seguridad. Vocablos que se apergaminan en el aire en cuanto el programa lleva cinco minutos en antena dada la acumulación de sitcoms, más bien situation emotive (es decir situaciones de ficción en base a la emotividad) cocinadas en las redacciones. El premio es convertirse en esclava en las portadas más terroristas de todo el mundo que ofrecen cien respuestas a la pregunta ¿está usted dispuesto a sacrificar a quince mil civiles para lucir un maravilloso atuendo?
Lo interesante, como medida de límite, dentro de la situación emocional construida, es la capacidad instigadora del maléfico y borde jurado, nueva modalidad de evaluación que ya dio sus frutos con los speech de un tal Risto Mejide. La afectividad de quince adolescentes hechas un lío entre sueño, realidad, cosificación y fama es acechada con psicopática fruición por un grupo de expertos. Aquello que en Samoa en algo insólito se vende como modelo de conflicto de la edad y como mercancía afectiva para iguales que delante de la pantalla se reconocen en problemas, en deseos de fama y afirmación. La pedagogía del voto, análoga a aquella del millón de muertos (en este caso, zombies), es fundamental para el desarrollo del programa real. La democracia electiva del sms o llamada decide quién hace mutis como participación activa en la vida en directo. En el juego televisivo, las lágrimas brotan de las aun seleccionadas para la fase de formación pero no “aptas” (desde la objetividad del famelismo y la altura) y se convierten en modelos dramáticos, penoso filón que azuzan sus competidoras tachándolas de no-validas. A las que se salvan del trance de la eliminación-abismo-del-don-nadie se les ordena cuándo deben saltar de felicidad con la monocorde voz del regidor: “Saltad, saltad”. Ellas inmediatamente ejemplifican su alegría hasta que se cambia el plano. De ahí que el realizador del reality debe cumplir con dos preceptos. Uno, remite directamente a aquella frase de Godard que afirmaba que el montaje es algo moral. Un plano cinematográfico es una “decisión moral” y que la sucesión de acordes menores y disonantes junto a un rostro a punto de llorar ofrece a la audiencia lo que quiere (sustitúyase aquí: lo que necesita consumir). El otro precepto se reduce a insistir en el primero.
Ya lo decía ese viejo al que condenaron por preguntar qué era un zapato o la moral: La hermosura es una tiranía de corta duración. No sabemos muy bien si Sócrates era feo. Pero sí que sufrimos una tiranía de lo bello fragmentado, puesto uno detrás de otro en una autopista de momentos irrepetibles y continuo. La vida media de un guapo posmoderno es aproximadamente una temporada o lo que dure la atención a un anuncio en una parada de autobús. Los feos duran más si es que se reenganchan a ese cosmos del rumor, el vodevil posmoderno y el basto montaje que alimenta al voraz monstruo de las pantallas vespertinas.
Es ya clásico recordar aquello que escribieron los muchachos sin nombre sobre la elegancia y la dignidad. “Afinar el estilo es a todos los efectos un arte marcial. El estilo es resistencia cultural y simbólica, una especie de "zapatismo mental". A través del cuidado de los detalles, se expresa la conciencia de dignidad, que no hay que confundir nunca con el "decoro" burgués. La dignidad se conquista luchando, escogiendo. El "decoro" consiste en no escoger nunca (..). También vestirse es una cuestión de ética”.
¿Para cuando un reality real en el que banqueros e inversores se tiraran los trastos a la cabeza por la crisis hipotecaria en EEUU? ¿Para cuando un programa real sobre los veteranos de Irak y su alegre vuelta a casa? ¿Para cuando cámaras escondidas en el pentágono para ver la vida en directo de los que acaban con las vidas de inocentes a miles de kilómetros? ¿Para cuando un programa de vida en directo de los niños que cosen las prendas que vestirán las modelos cotidianas de las calles o pasarelas urbanas? En el amodorrado y solipsista Occidente si el éxito es compatible con alguna forma de ética, esa ética está absolutamente podrida. Si la dignidad es practicable en algún tipo de show teleemotivo ésta tiene que ver con la pérdida de la misma y como avance de lo que normalizaremos, patrón con el que cortar las conciencias de los ciudadanos para adaptarlas a las modas de este año.
Cuando una sociedad empieza a considerar el atiborrarse de imágenes nihilizadoras como un derecho adquirido irrenunciable, el camino al fascismo está expedito, señalaba el ciego.
12 septiembre 2007
ONCE POÉTICAS CRÍTICAS
–11 01–
POESÍA Y DESORDEN
Introducción
Publicado en la colección Contratiempos
(Centro de Documentación Crítica, Madrid, 2007)
(...) En vista de la situación por la que atraviesa la “reordenación” política, social y económica mundial vinculada a los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, resulta hoy particularmente importante reflexionar sobre la tradición “contestataria” de la resistencia como práctica artística, ya que dicho activismo parece estar ahora extendiéndose con especial rapidez. Por ello creo conveniente advertir que si bien su proliferación puede ser positiva –ya que puede ayudar a combatir tanto los efectos negativos de la globalización como los preocupantes recortes de derechos y libertades de la ciudadanía, justificados para salvaguardarnos de posibles atentados terroristas–, también es importante advertir que la proliferación de la práctica artística activista puede acabar siendo víctima precisamente de aquello a lo que critica y, por tanto, en vez de generar resistencia puede acabar erigiéndose como otro de los muchos modelos artísticos succionados por la Historia del Arte institucionalizada.
–Tonia Raquejo:
“Una reflexión sobre artes y resistencia hoy”
(Acto núm 1, La Laguna, 2006)
El último día del mes de agosto recibíamos en casa, de manos de César de Vicente Hernando, una por lo menos insólita propuesta: la de nada más ni menos que preparar en tan sólo 8 días un pequeño libro para la colección Contratiempos y sacarlo a la calle con ocasión de una presentación de la antología Once poetas críticos en la poesía española reciente [1] y de un recital colectivo que se habían convocado en Madrid para tan sólo dos semanas después [2]. Se trataba, en efecto, de una propuesta lo suficientemente "loca" (así la calificaba el mismo César) como para desestimarla casi de inmediato: mucha premura de tiempo era montar en apenas una semana un librito, complemento del Once, que habría de incluir "artículos, no necesariamente poéticas, de los autores que antologas en tu libro de Baile del Sol, así como una pequeña introducción tuya" (cito el texto de la petición). En estas circunstancias, sólo una casualidad podría explicar el trabajo de una noche entera de escritura (con la idea de formalizar una contrapropuesta a la mañana siguiente) y, pese a los plazos de la urgencia, la decisión de tirar adelante (con la idea añadida de querer colaborar con una colección precisamente titulada "Contratiempos").
La casualidad fue la siguiente: antes de recibir la propuesta de César, gran parte de ese mismo día (último de agosto) lo había pasado casi pensando en que las palabras que realmente quería yo pronunciar en Madrid, en el inminente acto de presentación de los Once, habían de tratar conectar este tipo de prácticas literarias (críticas, resistentes, conflictivas, contestatarias... menos me da ahora el cómo llamarlas) con los acontecimientos ideológicos vinculados al 11 de Septiembre. Cómo presentar estos once proyectos de escritura con el doble proyecto que, a mi juicio, habían desencadenado los ataques de 2001 y que en estos últimos años no han dejado de visibilizarse con cada vez más rigor: el proceso de pacificación global que –bajo la lógica terrible de la llamada "Guerra contra el Terrorismo" y acelerándose con cada vez mayor impunidad– acentuaba una serie de señales de tranquilización social en la conciencia de tantos ciudadanos, y el paralelo proceso de naturalización de las violencias estructurales que, de un costado a otro, recorren el cuerpo político de nuestros espacios de convivencia.
Pensaba ese día último de agosto qué podríamos haber estado haciendo los poetas y los artistas ante el avance de estos dos procesos, en qué grietas de nuestras escrituras podría estar dándose cita la rebelión frente a esa doble lógica que, con el nombre ya del miedo, me daba por reconocer en lo que luego vino tras aquel 2001 (en palabras de Mounier, el "desorden establecido", aunque –desde luego– no fuera en modo alguno desconocido para antes de aquella fecha).
Conocía, por ejemplo, qué poemas podrían haber estado escribiendo en ese tiempo los autores antologados en Once poetas críticos, así como los poemas y libros que de hecho publicaron en aquel año de 2001 (o en los meses posteriores al del atentado). La propuesta que César me hacía llegar me ayudaba por completo a visualizar esta conexión entre los textos teóricos de estos Once escritores y el "clima ideológico de época" que podrían estar abriendo –para los dominadores y para los dominados en la actual "ordenación" del capitalismo– los acontecimientos asociados al 11 de septiembre. El título del opúsculo (11/01) habría de vincular aquel año de 2001, aquella fecha quizá más que sólo simbólica, con un cuerpo casual de textos teóricos publicados en aquel mismo año de 2001 por los poetas incluidos en el Once: una cita de contrastes con los que poder afrontar unos signos de época que, hoy, creo que no podemos dejar de seguir reconociendo.
En los meses inmediatamente anteriores o posteriores a 11/09/01 se publicaron, de hecho, diversos poemarios de la mayor parte de estos autores. Baste recordar títulos como Desandar lo andado, de J. Riechmann; Tatuajes, de D. Bellón; Los muertos nómadas, de I. Pérez Montalbán; Sembrando hogueras, de D. González; Lo que piensa la ballena del arponero y Piedra, corazón del mundo, de A. Orihuela; Trasluz, de A. Méndez Rubio; AUTT, de E. Falcón; Ecce Woman, de M. A. García Argüez; y Miedo de ser escarcha, de D. E. Rodríguez. Sin embargo, se recoge tras esta introducción un conjunto de textos teóricos suyos que fueron publicados a una distancia de pocos meses, antes o después, con respecto a esa misma fecha del 11 de septiembre de 2001. No se trata, en todo caso, de artículos que hablen sobre el 11-S, sino de textos profundamente tensionados en el desajuste entre palabra y poder, entre poesía y "desorden" establecido.
La primera versión de "Poesía que no cede a la hipnosis", de Jorge Riechmann, se publicó en el nº 3 la ciberrevista "Amnesia" (invierno de 2001). Con "Voces del mundo posible" Antonio Orihuela prologó (en diciembre de 2001) el volumen Poesía y conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Huelva, 2001) para el tercero de los encuentros de "Voces del Extremo" en Moguer. De entre sus líneas finales surge, hoy, el título del volumen –Poesía y desorden– que estas otras líneas introducen. Por lo que a mí me toca, las "Preguntas para la deserción" fueron publicadas en octubre de 2001 en “El grano de arena” (órgano internacional en castellano de ATTAC, Buenos Aires), la "Carta" se incluyó en el nº 26 del periódico contrainformativo “L’Avanç” (Valencia, octubre de 2001) y "Errores del sistema" se publicó en el periódico sindical “Rojo y Negro” (Confederación General del Trabajo, Madrid, diciembre de 2001): sólo les doy ahora, a los tres textos juntos, el título general de "Tres señales para un tiempo herido".
El "Des(a)punte" de Antonio Méndez Rubio recoge un artículo que apareció publicado en "Estética y conflicto", el periódico semanal del I Foro Social de las Artes (COACUM, Madrid, 2002), aunque el texto también incorporaba materiales parcialmente ya publicados en 1999. De David González, autor que bien pocos artículos teóricos ha escrito, es sin embargo la primera versión de "Una novia vestida de luto", que empezó a circular el mes de diciembre de 2001. El texto que cierra esta recopilación, "Una manera de mirar pájaros en vuelo: una aproximación a la poesía en resistencia", surgió de una charla que el Colectivo "La Palabra Itinerante" pronunció también en 2001, en la Universidad de Granada y en el marco de la I Bienal de Arte y Acción. Los otro cuatro autores recogidos en Once poetas críticos (Miguel Ángel García Argüez, David Eloy Rodríguez, David Franco Monthiel y José Mª Gómez Valero) forman parte –junto a otros/as compañeros/as– de este colectivo de agitación y expresión cultural.
He de confesar, por último, que no he podido incluir, en dicha serie, ningún material de Isabel Pérez Montalbán (de quien no existen textos teóricos de este tipo) y que de Daniel Bellón no conozco ningún texto teórico anterior a 2004: de finales de ese año son sus "Notas eventuales para una poética provisional" ("Islas en la red", diciembre de 2004). Entre publicarlas aquí o no hacerlo (por no situarse en las inmediaciones del año 2001), he preferido hacer lo primero.
Quizá las casualidades no sean más que la apariencia de otras cosas, pero fue precisamente en septiembre de 2001 cuando nació esta colección –Contratiempos– de "panfletos de pensamiento radical". 2001 fue, además, el año en que las "Voces del Extremo" se volvieron a encontrar –esta vez bajo el lema de poesía y conflicto– para cerrar simbólicamente un año abierto por la primera edición del Foro Social Mundial, el de las resistencias ciudadanas (después, en julio de 2001, centenares de miles de personas se manifiestaron en Génova contra la reunión del G8 y Carlo Giulani, de 23 años de edad, era abatido a tiros a manos de un agente del orden).
Y 2001 fue el año también en que apareció el primer número de la revista "de tendencia" Lunas Rojas. Por sus páginas, y a lo largo de sus treinta y tantas entregas (todavía hoy se sigue publicando la revista), han pasado los poemas de estos Once y de otros muchos más compañeros que sabemos cómplices en tanto: Eladio Orta, Juan Carlos Mestre, Matías Escalera, Mª Ángeles Maeso, Luis Melgarejo, Alberto García Teresa, Ángel Calle, Iván Mariscal, Jorge Juan Martínez, Virgilio Tortosa, Julia López de Briñas, José Luis Ángeles, Salustiano Martín, Violeta Rangel, Enrique Cabezón, Agenbite of Inwit, Verónica Pedemonte, Uberto Stabile, Irene Quintero, Antonio Crespo Massieu, José Luis Puerto, Marcos Taracido, Germán Machado, Josu Montero, Juanjo Barral, David Méndez, Carlos Durá, Pedro Montealegre, Raúl Quinto, Arturo Borra, Víctor Gómez Ferrer, Mario Cuenca Sandoval, Rocío Silva Santisteban, Eugenio Castro, Antonio Martínez Ferrer, Laura Giordani, José Viñals, Miguel Casado, Aurelio González Ovies y Ángel Petisme.
Sin todos ellos siempre se quedará uno corto para dar cuenta de esta tentativa contestataria por poner en cuestión los valores, los estados de conciencia y los hechos asociados al reordenamiento cultural, ideológico y político de nuestro actual estado de guerra.
Enrique Falcón
(Salamanca y Valencia, 1 y 11 de septiembre de 2007)
[1] Ediciones Baile del Sol; Tenerife, 2007. El volumen lo coordina Enrique Falcón y recoge poemas de 11 autores nacidos en los años 60 ó 70: Jorge Riechmann (nacido en Madrid en 1962), Daniel Bellón (Cádiz, 1963), Isabel Pérez Montalbán (Córdoba, 1964), David González (San Andrés de los Tacones, 1964), Antonio Orihuela (Huelva, 1965), Antonio Méndez Rubio (Badajoz, 1967), Enrique Falcón (Valencia, 1968), Miguel Ángel García Argüez (Cádiz, 1969), David Franco Monthiel (Cádiz, 1976), David Eloy Rodríguez (Cáceres, 1976) y José Mª Gómez Valero (Sevilla, 1976). Se puede solicitar el libro a bailesol@idecnet.com y se dan noticias de él en http://once.blogsome.com.
[2] Sala Youkali (en Vallecas), 21 de septiembre de 2007.
Sumario
Introducción
Jorge Riechmann: "Poesía que no cede a la hipnosis"
Antonio Orihuela: "Voces del mundo posible"
Enrique Falcón: "Tres señales para un tiempo herido"
Daniel Bellón: "Notas eventuales para una poética provisional"
Antonio Méndez Rubio: "Des(a)punte sobre poética, política y figuración"
David González: "Una novia vestida de luto"
La Palabra Itinerante: "Una aproximación a la poesía en resistencia"
Última llave
ÚLTIMA LLAVE:
"(...) Hermanos y hermanas indígenas, obreros, campesinos, maestros, estudiantes, colonos, amas de casa, choferes, pescadores, taxistas, estibadores, oficinistas, empleados, vendedores ambulantes, banda, desempleados, trabajadores de los medios de comunicación, profesionistas, religiosos, homosexuales, lesbianas, transexuales, artistas, intelectuales, militantes, activistas, poetas, marinos, soldados, deportistas, legisladores, burócratas, hombres, mujeres, niños, jóvenes, ancianos... (...) Nosotros no somos quienes aspiran a hacerse del poder y desde él imponer el paso y la palabra. No seremos. No seremos quienes ponen precio a la dignidad propia o a la ajena y convierten a la lucha en mercado donde la política es quehacer de marchantes, que disputan no proyectos sino clientes. No seremos. No somos el taimado cálculo que finge la palabra y en ella esconde nuevo fingimiento. No somos la paz simulada que anhela guerra eterna. No somos quien dice tres y luego dos o cuatro o todo o nada. No seremos. (...) Ésta es la séptima llave, la que faltaba. La séptima llave son ustedes."
–Subcomandante Marcos:
"Aquí estamos y un espejo somos"
(Plaza del Zócalo, México D.F.,
... año 200107 septiembre 2007
RETRATO DEL ARTISTA COHERENTE
Este tú o yo
es tu hoyo.
RETRATO DEL ARTISTA COHERENTE
Un astro encendido
camino de la oscuridad.
EXPROPIAR LO PROPIO
Cuando lo propio
es dar el pésame
por lo común,
lo que es bien vuestro
es denuesto nuestro.
06 septiembre 2007
SOLICITO
Buscar no es un verbo sino un vértigo
Alejandra Pizarnik
Solicito la dicha terrible del cuadrante, el silencio de los ascensores, el ornato del currículo, solicito despertarme martillo y no clavo. Solicito sufrir el mal de bajura como afirman los índices actuales. Solicito la burbuja sin aire del aspirante. Ser de las antiguas levas del cloroformo. Solicito ser pujante fiera. Aliento censado. Solicito el ágil hojeo del pacto. La mansa rúbrica. Solicito la selva esquiva de los días libres. Salpicarme de la seca lefa de los ascensos. Solicito no figurar en los brunos elencos de los notables. Solicito cerrar las enormes puertas de salida. Ahuyentar el latido que baja hasta los pasos y decide no caminar más trecho. Lo umbrío de la sonrisa empleada.
Solicito entre tanto odio viejo, un poco del viejo amor.
01 septiembre 2007
El Fin- Frederic Brown
El profesor Jones había estado trabajando en la teoría del tiempo durante muchos años.
-Y he encontrado la ecuación clave -le dijo un día a su hija-. El tiempo es un campo. Esta máquina que he construido puede manipular, incluso invertir, ese campo. Pulsando un botón mientras hablaba, añadió: Esto debería hacer que el tiempo fuera al revés al fuera tiempo el que hacer debería esto: Añadió, hablaba mientras botón un pulsando. Campo ese, invertir incluso, manipular puede construido he que máquina esta. Campo un es tiempo el. -Hija su a día un dijo le- clave ecuación la encontrado he y-.
Años muchos durante tiempo del teoría la en trabajado había Jones profesor el. Fin
Fredric Brown. Luna de miel en el infierno y otros cuentos de marcianos.