Desflora el silencio de los tedios,
esparce su quietud sobre la tierra yerma,
sobre el cieno sembrado de gritos,
arruga el aliento esquirol,
marchita la maquinaria secreta
de los días laborables donde se pronuncian
los verbos cansados, huye
donde ningún augurio te turbe,
donde ninguna sombra se inicie en tus ojos.
Donde las llagas sean nada,
donde te muerden cuando descubres
que sigues allí.
4 comentarios:
"...donde ninguna sombra se inicie en tus ojos."
Maldita niebla grrrr
uf! acabo de legar a la oficina...
de llegar, digo. aunque, también podría legarla, no??
gracias. Muecas convertidas en amago de sonrisa. Algo mejor, agradecida. Es usted un señor
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