21 julio 2017

MIARMA LETAL






 

Está clarinete, illo. Ni Cris Cornell, ni Blesa, ni Chester el del Linkin Park han aguantado el tirón. Que no te cuenten trolas. Han sucumbido mirando la lista de cosas para hacer este verano del suicidio subrogado. Normá. Si es que ya no es cuestión de incentivar el estrosamiento corporal y vital. Qué va. ¿Tú has visto la agenda? Vamos a necesitar otro verano para descansar de verdad. La cosa va más allá. ¿No os dais cuenta de que el señor alcalde lo que quiere es matarnos directamente?

      Es que esta gente tiene la mardá. Se ve. Quiere que nos atragantemos cuando digamos de corrido todos los nombres de las cosas que hemos visto: Encarnita Anillo por la patilla baile de mayores Naím Real Mamma mía El Rastrillo Mayte Martín María Terremoto Andrea Motis Perico Sambeat El sueño de una noche de verano en el Parque Genovés Marta Gómez Afro Social Club Cine en familia Cine en la playa Cine en el barrio Rosendo Pájaro taller de yoga para el empoderamiento Tomatito Amaral Revolver Antílopez la ruta del Tapeo El Cigala La Canalla Diego Carrasco El Capullo el Off sin música las tres comparsas punteras en el Baularte. 
Y cuando llegues al final de agosto te atragantes y mueras.

            —¡Me falta el aire!

            —Suicidio subrogado. Del tirón.

            Eso sí, antes de palmarla, quiere amargarnos la vida con "Curtura". ¿No te digo que quieren que yo lea, que escriba, que vaya al teatro, que vaya a la biblioteca y sea la lectora del mes, que quieren que vaya a conciertos, a ver conferencias, a hacer yoga para empoderarme? ¿Pa qué? ¿Para amargarme más aún sabiendo lo que hay? Me-cagon-mis-muerto. El Kichi va a llevarnos de la mano a apuntar la escopeta de plomillos al pecho y a dispararnos. Porque ESTO no se puede aguantar. Porque ya se sabe que la que va sabiendo, la que está al liqui de todo lo que pasa en el mundo, es leía, sabe que tiene dos deos de frente, se convierte en una amargá descreída y cínica. Porque se va dando cuenta de cómo están las cosas. Chungas-chungas. Un poné: que el ejercito de las tinieblas de esta parte de la realidad tiene un Rey de la noche que se llama ola de calor, cambio climático, el iceberg ese tan grande: la extinción, picha. Una amargaera fuerte. Con lo contenta que estaba yo con mis cositas, sin sabé ná del mundo. Con mi tele, con mis rebajas, comprándole cosas a mis niños a cualquier hora del día, aunque luego las usen cinco minutos y las tiren o las dejen revoleás por ahí.

            Totá: la cosa está clara: este quiere que la población de Cádiz se vea reducida para así repartirnos mejor lo que caiga del EDUSSI, rebajar el paro, la miseria, las colas para llenar los carros, tener más para todos, que se peten menos los autobuses y la Caleta con marea llena. Y sobre todo que haya más hueco para los turistas que quieran comprarse una casita en el centro para así estar a gusto y sentirse como en casa.

            Ahora: yo te digo una cosa. Los que van a aprovechá la collá son los que le dan caña al Kichi. Porque debajo está el complú letal de una gente que quiere que esta sea la ciudad del cambio, pero cambio de habitantes. Que con los que hay no pueden. Porque no les dan coba con la cantidad de movidas que van sacando para que sea el Kichi el que coja el tirachinas y se pegue una pedrá en la cabeza. O se tire al tren desde San Severiano. Que lo suyo es tener otra población no tan levantisca, no tan siesa, ni con tantas ganas de cachondeo, que no se cree los titulares de la prensa o no le da cuelo al golpismo de la foto en la que sale aceras rotas o alcorques tapaos. Esa gente que aspira a que los miarmas se vengan a vivir definitivamente a Cádiz y pongan firme al Kichi. Con procesiones los días, grupitos de repeinaitos y una buena feria en Verano. Camareros baratitos, casas de alcurnia por dos duros. Una jet set de la de Ubrique y menos tiesos. Aunque algunos mantendrán para que les rían las gracias. Un Cadifornia de verdad, pero ya. Eso sí que va a ser un Cádiz non plus ultra, un Cádiz bueno, sin la gracia esa de la maldá. Pero bueno, yo te digo una cosa: un poquito se agobiarán los miarmas y los turistas con las cien mil actividades, conciertos, comilonas, solazos y borracheras. ¿No? Y soltando los jurdore.

            ¿Y yo? ¿Qué plan tengo? Yo, si es pagando, no voy a ningún sitio. A ver si os tangáis con una pulserita, picha. No apretárselas. ¿Yo, pagando? Se está mejor sentada en la calle, al lao de mi casapuerta, a la fresquita. Ea.




1 comentario:

Sara Royo dijo...

Ea. Di q si.