26 junio 2004
18 junio 2004
A dos metros bajo tierra
E L C U A R T O R E I C H
17 de junio del 2004
Wu Ming 6
Cádiz Rebelde
Bajo la sórdida objetividad de falsimedia, la aquiescencia de editoriales y de los habituales apologetas de las atrocidades y del crimen imperial, el féretro del cuadragésimo presidente de los USA es cubierto con un trapo con barras y estrellas, sudario que tan bien supo ensangrentar como buen usuario -ahora de la de caoba o palo santo- en sus años al frente de la Casa Blanca. Las loas y obituarios en aclamación postmortem son indignantemente perversos, jubilosos cantos a la desmemoria más atroz: el presidente fue un gran presidente, un líder mundial, un adalid de las libertades. La prensa norteamericana se adorna y se atreve a poner en tinta panegíricos como que fue un "Gran comunicador", un "combatiente de la libertad".
La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes. ¿Es necesaria una antología de Spoon River, o mejor dicho, una antología del Lago Nicaragua, para conocer la opinión, los pensamientos y perdidos deseos de aquellos humildes que integraban el imperio del mal, (y ahora son muertos de un solo abismo, sombras de una hondonada) sobre este actor de segunda fila al que gracias a su liderazgo, el mundo dejó una era de miedo y tiranía (Bush dixit)? Evocando a Walter Benjamín sabemos que ni siquiera los muertos están a salvo de los vencedores. Reagan fue un muerto que fue vencedor hasta en la extremaunción debido al límpido olvido de sus atrocidades y a una blanca culpa de neurona consumida por el alzheimer.
Bastará recordar sus méritos más democráticos en política internacional. La cruzada centroamericana, ahora legado, dejó a tres países en ruinas, surcos ensangrentados, territorios rociados de decenas de miles de cadáveres torturados y mutilados. Violó la Constitución de Estados Unidos y una prohibición explícita del Congreso sobre asistencia a la contrarrevolución nicaragüense en el escándalo Irán-Contra. De la Contra llegó a decir:"Son nuestros hermanos, estos combatientes por la libertad, y les debemos nuestra ayuda. Son el equivalente moral a nuestros padres fundadores". Luego se hizo el tonto y negó que conocía el programa encubierto con el que se enviaron armas al régimen "enemigo" de Irán a cambio de fondos secretos para la contra nicaragüense. En un preámbulo alzheimerista, al ser interrogado al respecto, Reagan respondió una y otra vez que "no recordaba" ciertos eventos y decisiones.
Entre sus hazañas aún más liberales y otras aventuras unilaterales, se cuentan la invasión de la pequeña isla de Granada, el apoyo al régimen de apartheid en Sudáfrica y a las fuerzas contrarrevolucionarias en Angola, la guerra secreta financiada por la CIA contra el régimen pro soviético en Afganistán, cuyos líderes fueron recibidos en la Casa Blanca en 1985 por Reagan, quien los llamó "luchadores de la libertad". Años más tarde formaron la red Al Qaeda. Los medios estadounidenses quizá no recuerdan a ese muchacho barbudo apellidado Laden y que el vaquero armó a Saddam Hussein mucho antes de que el sátrapa fuera demonizado. "Nuestros aliados", en una metamorfosis que ni el propio Samsa creería, fueron catalogados con el nombre artístico de "terroristas", en amplia coyuntura entomológica muy influida por la economía.
Pero no se vayan todavía, que aún queda más. De las desapariciones en Argentina escribió: "en el proceso de acorralar a cientos de presuntos terroristas, las autoridades argentinas no han dudado en encarcelar a algunas personas inocentes (...) se trata de un problema que deben resolver sin demoras, aunque el encarcelamiento de algunos inocentes no es razón para que tengan que abrir las prisiones y dejar en libertad a los terroristas". Escrito que todo secretario de defensa debe tener como documento fundacional de su actividad.
Sobre el SIDA, después de evitar mencionar la enfermedad durante seis años y de negar fondos a los programas federales dijo: "Tal vez Dios nos trajo esta plaga", porque "el sexo ilícito va contra los Diez Mandamientos".
Su política económica fue responsable de la peor recesión desde los años 30, y el crecimiento económico en los años 80 fue inferior al de los años 70, a pesar del estímulo de políticas militares keynesianas, que crearon masivos déficits presupuestarios federales y triplicaron la deuda federal. Los salarios reales habían bajado y la tasa de pobreza había aumentado en un 20 por ciento. Y aparecieron los homeless con sus carros repletos de trastos. También incluimos el personal y enérgico despido de los controladores del tráfico aéreo en huelga en 1981. Se completa con una guerra sin precedentes contra los pobres, contra la oposición a los derechos cívicos.
Noventa y tres años de infamia y de conservadurismo recalcitrante, son utilizados por el gobierno Bush (muy influido por la visión simplista de esa política del estas-conmigo- o-contra-mí) para darse un nuevo baño de patriotismo y desviar la atención sobre Irak. Incluso los halcones se consideran muy influidos por la fe religiosa del presidente en "la democracia de mercado libre" y por el paradójico aforismo liberal que afirma que "el Gobierno no es la solución, es el problema", ellos, que son el gobierno que más problemas (y muertes) crea a la sociedad civil del mundo.
El presidente se murió, sí, demasiado tarde, tan tarde como la muerte de Kissinger cuando éste insigne estertore. Pero ni El Salvador, ni Guatemala, ni Nicaragua podrán olvidarlo. Quizá, como Dylan cantaba, muchos centroamericanos seguirán su ataúd en la pálida tarde del Simi Valley, observarán mientras es bajado hacia su lecho de muerte y permanecerán de pie sobre su sepultura hasta que estén seguros de que está muerto.
En el crepúsculo suenan "America the Beautiful", "Battle Hymn of the Republic" y "Amazing Grace". Surcan el cielo de California F18, mientras en la oscuridad del panteón, por las sombrías galería de la muerte, los desaparecidos, los torturados, esperan para invadir su tumba y, durante la eternidad, recordarle palabra por palabra todo el sufrimiento que produjo. A través de la tierra se juntan vuestros labios desgarrados, vuestras voces subterráneas, mineral tan en silencio, voces que dicen que no están muertas, escúchalos, no son sólo memoria / son vida abierta / continua y ancha / son camino que empieza.
17 de junio del 2004
Wu Ming 6
Cádiz Rebelde
Bajo la sórdida objetividad de falsimedia, la aquiescencia de editoriales y de los habituales apologetas de las atrocidades y del crimen imperial, el féretro del cuadragésimo presidente de los USA es cubierto con un trapo con barras y estrellas, sudario que tan bien supo ensangrentar como buen usuario -ahora de la de caoba o palo santo- en sus años al frente de la Casa Blanca. Las loas y obituarios en aclamación postmortem son indignantemente perversos, jubilosos cantos a la desmemoria más atroz: el presidente fue un gran presidente, un líder mundial, un adalid de las libertades. La prensa norteamericana se adorna y se atreve a poner en tinta panegíricos como que fue un "Gran comunicador", un "combatiente de la libertad".
La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes. ¿Es necesaria una antología de Spoon River, o mejor dicho, una antología del Lago Nicaragua, para conocer la opinión, los pensamientos y perdidos deseos de aquellos humildes que integraban el imperio del mal, (y ahora son muertos de un solo abismo, sombras de una hondonada) sobre este actor de segunda fila al que gracias a su liderazgo, el mundo dejó una era de miedo y tiranía (Bush dixit)? Evocando a Walter Benjamín sabemos que ni siquiera los muertos están a salvo de los vencedores. Reagan fue un muerto que fue vencedor hasta en la extremaunción debido al límpido olvido de sus atrocidades y a una blanca culpa de neurona consumida por el alzheimer.
Bastará recordar sus méritos más democráticos en política internacional. La cruzada centroamericana, ahora legado, dejó a tres países en ruinas, surcos ensangrentados, territorios rociados de decenas de miles de cadáveres torturados y mutilados. Violó la Constitución de Estados Unidos y una prohibición explícita del Congreso sobre asistencia a la contrarrevolución nicaragüense en el escándalo Irán-Contra. De la Contra llegó a decir:"Son nuestros hermanos, estos combatientes por la libertad, y les debemos nuestra ayuda. Son el equivalente moral a nuestros padres fundadores". Luego se hizo el tonto y negó que conocía el programa encubierto con el que se enviaron armas al régimen "enemigo" de Irán a cambio de fondos secretos para la contra nicaragüense. En un preámbulo alzheimerista, al ser interrogado al respecto, Reagan respondió una y otra vez que "no recordaba" ciertos eventos y decisiones.
Entre sus hazañas aún más liberales y otras aventuras unilaterales, se cuentan la invasión de la pequeña isla de Granada, el apoyo al régimen de apartheid en Sudáfrica y a las fuerzas contrarrevolucionarias en Angola, la guerra secreta financiada por la CIA contra el régimen pro soviético en Afganistán, cuyos líderes fueron recibidos en la Casa Blanca en 1985 por Reagan, quien los llamó "luchadores de la libertad". Años más tarde formaron la red Al Qaeda. Los medios estadounidenses quizá no recuerdan a ese muchacho barbudo apellidado Laden y que el vaquero armó a Saddam Hussein mucho antes de que el sátrapa fuera demonizado. "Nuestros aliados", en una metamorfosis que ni el propio Samsa creería, fueron catalogados con el nombre artístico de "terroristas", en amplia coyuntura entomológica muy influida por la economía.
Pero no se vayan todavía, que aún queda más. De las desapariciones en Argentina escribió: "en el proceso de acorralar a cientos de presuntos terroristas, las autoridades argentinas no han dudado en encarcelar a algunas personas inocentes (...) se trata de un problema que deben resolver sin demoras, aunque el encarcelamiento de algunos inocentes no es razón para que tengan que abrir las prisiones y dejar en libertad a los terroristas". Escrito que todo secretario de defensa debe tener como documento fundacional de su actividad.
Sobre el SIDA, después de evitar mencionar la enfermedad durante seis años y de negar fondos a los programas federales dijo: "Tal vez Dios nos trajo esta plaga", porque "el sexo ilícito va contra los Diez Mandamientos".
Su política económica fue responsable de la peor recesión desde los años 30, y el crecimiento económico en los años 80 fue inferior al de los años 70, a pesar del estímulo de políticas militares keynesianas, que crearon masivos déficits presupuestarios federales y triplicaron la deuda federal. Los salarios reales habían bajado y la tasa de pobreza había aumentado en un 20 por ciento. Y aparecieron los homeless con sus carros repletos de trastos. También incluimos el personal y enérgico despido de los controladores del tráfico aéreo en huelga en 1981. Se completa con una guerra sin precedentes contra los pobres, contra la oposición a los derechos cívicos.
Noventa y tres años de infamia y de conservadurismo recalcitrante, son utilizados por el gobierno Bush (muy influido por la visión simplista de esa política del estas-conmigo- o-contra-mí) para darse un nuevo baño de patriotismo y desviar la atención sobre Irak. Incluso los halcones se consideran muy influidos por la fe religiosa del presidente en "la democracia de mercado libre" y por el paradójico aforismo liberal que afirma que "el Gobierno no es la solución, es el problema", ellos, que son el gobierno que más problemas (y muertes) crea a la sociedad civil del mundo.
El presidente se murió, sí, demasiado tarde, tan tarde como la muerte de Kissinger cuando éste insigne estertore. Pero ni El Salvador, ni Guatemala, ni Nicaragua podrán olvidarlo. Quizá, como Dylan cantaba, muchos centroamericanos seguirán su ataúd en la pálida tarde del Simi Valley, observarán mientras es bajado hacia su lecho de muerte y permanecerán de pie sobre su sepultura hasta que estén seguros de que está muerto.
En el crepúsculo suenan "America the Beautiful", "Battle Hymn of the Republic" y "Amazing Grace". Surcan el cielo de California F18, mientras en la oscuridad del panteón, por las sombrías galería de la muerte, los desaparecidos, los torturados, esperan para invadir su tumba y, durante la eternidad, recordarle palabra por palabra todo el sufrimiento que produjo. A través de la tierra se juntan vuestros labios desgarrados, vuestras voces subterráneas, mineral tan en silencio, voces que dicen que no están muertas, escúchalos, no son sólo memoria / son vida abierta / continua y ancha / son camino que empieza.
11 junio 2004
Acostumbrarse
Wu Ming 6
Embriagado de vida, Hölderlin demandaba a las parcas un verano y un otoño más para que su canto pudiera madurar y así, saciado de tan dulce juego, su corazón se llegue hasta morir. Hundidas en las más oscuras profundidades del trabajo, las poderosas parcas salariales no parecen ignorar nuestros cantos de supervivencia viviendo bajo el imperio fugaz de un contrato temporal. Incluso instan a compartir el índice que apunta a los inmigrantes como chivo expiatorio del robo de trabajo, de la delincuencia, de la bajada del euro. Cada día es un arbeitmatch frei. Como frutas maduras por la dureza de ganarse el pan se despeñan los albañiles de los andamios. Verdaderos esqueletos rotos del estado.
Como bien sabía Brecth y los mil ciento cuatro (1104) trabajadores muertos el año pasado, hay muchas maneras de matar. Pueden meterte un cuchillo en el vientre. Quitarte el pan. No curarte de una enfermedad. Meterte en una mala vivienda. Y una de ellas, pero en su versión de muerteviviente o zombismo, es de paro. Una variante más de la cultura del miedo: miedo a perder el fugaz trabajo, miedo de no encontrar otro, miedo de las condiciones laborales, miedo de no llegar a fin de mes.
El 91,24% de los 12.242.759 contratos laborales formalizados en España hasta octubre de 2003 han sido de carácter temporal, según un estudio de Javier Ramos-Díaz, profesor de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, elaborado a partir de los datos del INEM. Por edades, la temporalidad superaba al 80% de los contratos de los jóvenes de 16 y 19 años, llegaba al 60% en los trabajadores de 20 a 24 años de edad, y a la mitad de los empleados de 25 a 29 años, cifras que, a su juicio, son un síntoma de precariedad laboral, "un fenómeno complejo en el que confluyen la inseguridad y la pobreza. "Quien siembra miseria, recoge rabia", dirán algunos, pero otros optan democráticamente por la cólera del ciudadano (que por no contradecir al gobierno y autocalificarse de radical) que es desfogada en gradas, mandos de videojuegos y altas dosis de autodestrucción complaciente en las afueras ajardinadas del weekend.
Debajo de los contratos basura y demás adoquines de cifras y publicidad de “estabilidad” hay Arenas, que ha advertido de que España debería acostumbrarse a una elevada tasa de temporalidad en el empleo porque la Economía depende fundamentalmente del sector servicios. Según ha explicado el ministro, al dueño de una empresa de "catering" "no se le puede obligar" a contratar como fijos a los camareros que trabajan puntualmente los fines de semana. Como siempre, nuestro aliento se sirve en bandeja de cáterin en las ampulosas fiestas en las que servimos. Y si no: “que formen los camareros una empresa”.
Alternativas y demandas de los parados felices, los manifiestos contra el trabajo, el derecho a la pereza, los panfletos de Bob Black, parecen no cuajar en la precaria población activa ante la perspectiva laboral. Las grandes empresas regresan a las expoliadas tierras donde la mano de obra es más barata, más dócil y con más capacidad de ser reprimida con ataques preventivos para incentivar la subida del dow jones. En las multinacionales que se quedan en el hemisferio, donde las largas luchas obreras acabaron en monstruosos y podridos sindicatos mayoritarios, se anuncian expedientes de regulación de empleos, eufemismo al uso del despido masivo. El ejercito de reserva, diplomado, licenciado, titulado, bosteza de tedio en mitad del corazón de la abundancia.
Muchos de los que (a pesar del grado de asfixia y deuda que produce una propiedad inmobiliaria) desean comprar un piso, afirman que sin estabilidad económica es una aventura imposible, un lance en el que hay visos de carcajada implícita en la negativa de los bancos (como decían alguien “En Nueva York los pisos por los suelos y aquí los pisos por los aires”). La burbuja inmobiliaria parece no tener aire para nuestros ateridos pulmones ansiosos por un techo, pulmones hartos del aire viciado de las malas condiciones laborables y en riesgo de la silicosis de la precariedad. La noticia al uso de incrédulos fue que eran necesarios 10 años de sueldo íntegro para adquirir un archivador de protección oficial, rodeado de parquecito (que tan bien reflejó Lichis de la Cabra mecánica) donde los jubilados pasean en soleada soledad. Una prueba más de un apretar sin llegar a asfixiar, de que la fugacidad del empleo estable es directamente proporcional al desequilibrio económico de la cuenta corriente.
Arenas dice que hay que acostumbrarse a lo que hay para no molestar a la economía como nos acostumbramos a escuchar “regulación de empleo” en vez de “despidos”, “Chaves depuesto por la oposición” en vez de “golpe de estado”, como nos acostumbramos a la paz por la guerra, a tantos meses del vacío legal de Guantánamo; como nos acostumbramos a las lágrimas de Aznar, a los filtros de libros en las bibliotecas norteamericanas, a las muertes en el estrecho y a tantas cosas. Acostumbrarnos a este mundo injusto, a los grandes medios de comunicación, a los deletreadores, a las mentiras de las guerras. Menos mal que el ministro (según él mismo, protagonista de unos “de los periodos de más prosperidad de este país”) no entonó el bolero al uso para embellecer las declaraciones; canción que tanto hubieran agradado a los oídos de la CEOE con un febril y entregado “Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas”.¿Por qué no iniciar una campaña de desacostumbramiento que incida en lo tristemente plácido y terrible de la costumbre malsana de tragar? ¿Por qué no acostumbrarse a descreer a los ministros y sus filípicas contra los derechos laborales, entre los que se debería incluir el de soñar? En 1967, el grupo surrealista L'Ekart de Lyon defendía que "toda persona tiene el derecho de soñar a la luz del día, durante el trabajo, en la fábrica o en la oficina, desnudo o vestido". Soñar, aunque sea dentro de la mandíbula que cada día nos mastica y el domingo escupe pedazos.
04 junio 2004
03 junio 2004
LA PALABRA ITINERANTE, LA PALABRA RESISTENTE
David Franco Monthiel
Los colectivos de escritores que rehuyen de ese pálpito pasarelístico, que rechazan el latido vendido que infunde a los corazones un ansia por destacar como órgano olímpico del sentir humano (y que traduce en palabras su especialidad o sensibilidad) merecen un lugar en cada una de nuestras casa rojas dentro del pecho. Existen los colectivos de escritores que trabajan en común desde sus diversas educaciones sentimentales y procedencias. Vienen de la vida para unirse en acción conjunta para hacer de la poesía el campo practicable donde denunciar lo injusto y amar lo digno. Hablamos de La palabra Itinerante, un colectivo de agitación y expresión cultural que participó, bebió y habló de tías buenas con otros escritores y colectivos a principios de abril en el congreso “Literatura y compromiso” que organizó la Fundación Fernando Quiñones en Chiclana. Y sobre todo, compartieron esa mutua responsabilidad con la poesía transformadora en estos tiempos en los que si toses dos veces te echan una red encima.
1. USTED TAMBIEN PUEDE SER UN POETA EN RESISTENCIA
El germen de La Palabra itinerante se gestó en plena resaca de la otra guerra en Irak y los suntuosos fastos del 92 en Jerez de la Frontera. Haciendo caso omiso al negocio olímpico y a la obscenidad pro-genocida de la Expo, David Eloy Rodríguez e Iván Mariscal crean en Inkilino de Kaivan. Desechando otras opciones más sencillas, como caminar simulando interés por algún pabellón de la Cartuja o admirar las pindáricas gestas de los atletas, dos jóvenes deciden usar la literatura para comunicarse, para unirse, para compartir. Pronto se incorporan otros artistas y escritores de la ciudad: José María Guerrero, Álvaro Llamas, Loli Pandelet, Sergio Gordillo, Ángel Moreno. En el lapso de tiempo que transcurre entre la guerra sucia, la corrupción y demás delictivos hechos de la historia negra de los 90 de este país, el Inkilino se afana en actividades relacionadas con la creación y la difusión de la literatura. Escriben, se reúnen, y en especial se entregan al oficio de la poesía con acciones de una repercusión a nivel local y alejadas de la sombra del podrido árbol institucional.
En 1995 David Eloy Rodríguez e Iván Mariscal marchan a realizar estudios universitarios, a Sevilla y a Cádiz respectivamente. En ambos lugares conocen a otros autores con los que comparten búsquedas y prácticas artísticas y humanas, y aúnan esfuerzos y planteamientos, versos y vasos. Se generan actividades que van articulando en cada ciudad hasta unir completamente los foros de las dos ciudades. Así, surge en Sevilla 'La Palabra Itinerante', con el propósito de ser un colectivo de agitación y expresión.
Los poemas van conquistando los papeles, saltan de ellos y se convierten en fonemas que celebran la vida y señalan lo falso. Los recitales del colectivo se suceden y los primeros reconocimientos llegan. En 1999, José María Gómez Valero gana el I Premio de poesía Ciudad de Lepe y un año después David Eloy Rodríguez con “Miedo de ser escarcha” el V Premio Internacional Surcos de poesía.
El colectivo madura con los años y se forjan contactos con otros proyectos literarios (la Unión de escritores del País Valenciano, Ateneo Obrero de Gijón, el MRLS de Madrid, los poetas “extremos” de Huelva). Ante la creciente difusión del proyecto por todo el estado, el colectivo aspira a ser escurridizo, ágil entre los cazadores de nuevas tendencias poéticas que andan al acecho por los ateneos, departamentos de las universidades y revistas buscando nuevos ejemplares y especimenes. Pero no renuncian a la táctica guerrillera de llegar tocar y largarse en incursiones oficiales para alcanzar ese equilibrio, a veces contradictorio, de la supervivencia económica. No obstante. La lucha es contra la etiquetable noción del arte de los medios y las instituciones, contra la entomología de los mal llamados poetas comprometidos. Esto no significa abrazar a la marginalidad como una forma de huída hacia un antagonismo sectario y alejado de la realidad, sino una autonomía artística y moral (a pesar del el riesgo del inocuo aislamiento de las subvenciones y listas de agregados culturales) que dignifica los proyectos y las ilusiones de este grupo de escritores.
El colectivo de agitación y expresión cultural La Palabra Itinerante está formado por los siguientes escritores:
David Eloy Rodríguez (Cáceres, 1976). Ha publicado “Chrauf” (Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1996; Premio Universidad de Sevilla) y “Miedo de ser escarcha” (Qüasyeditorial, 2000; Premio Internacional Surcos de Poesía). Ha sido antologado en: Cualquier tiempo pasado fue (Ygriega, 2001), Voces del extremo. Poesía y Conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2001) y Once inicial (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002) y en “No doblar las rodillas. Siete proyectos críticos en la poesía española reciente” Universidad de Chile 2002.
José María Gómez Valero (Sevilla, 1977) ha publicado Miénteme (Qüasyeditorial, 1997; accésit en el II Premio Internacional Surcos de Poesía) y El libro de los simulacros (I Premio de Poesía Ciudad de Lepe). Antologado en: Voces del extremo. Poesía y Conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2001).
Miguel Ángel García Argüez (La Línea, 1969) ha publicado libros de poesía: Las tijeras y el yogur (Ayuntamiento de Chiclana, 1995) y Ecce Woman (Diputación de Cádiz 2001; Premio Manuel García Gómez), ha sido antologado en Once inicial (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002); Novela: Los búhos (Fundación Vipren); Libros de relatos: El bombero de Pompeya (Fundación de Cultura Ayuntamiento de Cádiz, 2002); Ensayo: El pan y los peces (Ayuntamiento de Chiclana, 2001).
Manuel Ortega Pérez (Sevilla, 1975) ha publicado “Persiga esa góndola” (El Sornabique & If ediciones)
Manuel Fernando Macías (Medina Sidonia, 1974) es portavoz de Izquierda Unida Los Verdes (Andalucía) desde 1995, redactor de la revista Puerta del Sol.
Iván Mariscal Chicano (Jerez de la Frontera, 1976) Poeta, cantautor y compositor de rock (Cd: Un día en el país de los humanos, Sevilla, 2001). Han editado sus textos en numerosas revistas y publicaciones y participa activamente en encuentros poéticos, recitales y actuaciones.
Juan Antonio Bermúdez (Jerez de los Caballeros, 1970) escritor, periodista, corrector editorial y crítico de cine. Como escritor, ha obtenido varios premios de relato y poesía y ha publicado además textos literarios en numerosos periódicos, revistas y catálogos.
Pedro del Pozo y Toscano (Sevilla, 1971) Ha publicado Colección de poemas (Ediciones La Palabra Itinerante, Colección Resistencias; Sevilla, 2003). Asimismo poemas suyos han sido incluidos en los libros colectivos: Nosotros (1993), y Doce poetas cantan (1995), ambos en Lautaro Editorial Iberoamericana.
2. Los Insomnes
Si hay un elemento que une a este amplio y disperso grupo de personas, aparte de ése género de amistad que nace de la complicidad frente a los necios y los poderosos, es su dedicación a la palabra, a la experiencia literaria en sus múltiples formas, entendida ésta como una actividad comunicativa viva y necesaria, emocional, transformadora de la realidad. Comparten el compromiso y la confianza en la utilidad de las palabras para hacer.
La literatura es una actividad comunicativa que en cada una de las palabras que usamos, acariciamos, maltratamos y rompemos llevan el peso de los años vividos y sufridos en el fondo de las calles, en la desidia de cigarros compartidos en las plazas de barriada, en los trabajos de supervivencia para salir adelante. La labor poética, como cualquier otra, necesita acudir a la vida cotidiana con la voluntad de participar, aportar y desenmascarar al simulacro de la vida moderna. La Palabra Itinerante lleva siete años trabajando con y por la literatura, y especialmente con la poesía: la insomne tarea del verbo con raíz en el día a día y la conciencia de la responsabilidad de los discursos estéticos. Intentan que la vida se parezca a lo que escriben y por tanto los textos son lo que viven, lo que respiran desde el nosotros común: están escritos con sangre. Así, la escritura nace y vive en el conflicto, son textos críticos y cuestionadores que pretenden transformar a partir de la denuncia, de señalar y desenmascarar; transformar desde la resistencia; transformar hablando del miedo, del deseo; transformar también –cómo no– ofreciendo un merecido y unánime reconocimiento a todos/as aquellos/as que cada día desde la herida, con sus palabras y sus actos, iluminan y bendicen el mundo; textos, en definitiva, que quieren ayudar a vivir.
Esta implicación con el entorno, con sus conflictos, injusticias y hallazgos, este compromiso con lo que sucede en los márgenes del poema como una constante de deontología poética, quiere traducirse en un lenguaje que, desde el oficio, represente con un sablazo ético el sabor del vivir, en lo agrio y lo dulce de sentirse vivos en la sociedad injusta gobernada por el uso mercantilista de la cultura. No se trata de una contrapropaganda sino de encontrar un camino compartido. Un poema es más que la instrumentalización ética,
un poema lo es
si es hijo de nadie
y sabe a sangre propia.
Un poema lo es
si se parece a la vida.
Entendido como forma directa y honesta de comunicación que busca conmover, el poema puede vincular y conectar de una manera intensa con todo tipo de gentes. Pero los poemas no pueden esperar a oyentes o lectores en el polvoriento anaquel de una biblioteca. Sus pretensiones de hondura, de discurso trascendente estorban en la sociedad de mercado, sociedad del espectáculo basada en la imagen y sus simulacros. Se transforma en mercancía literaria o simplemente se ignora. La poesía debe salir a la calle a buscar el aire de su tiempo, a probarse en la respiración y el palpitar de la gente, y a aprender sin miedo de las posibles frustraciones en este sentido. Ha de investigar, sin perder sus intenciones y exigencias estéticas y éticas, nuevos lenguajes y formas para alcanzar la comunicación con sus contemporáneos, probar el mestizaje con otros registros y disciplinas artísticas, aprovechar los nuevos soportes tecnológicos y, sobre todo, ha de accionarse en el encuentro a viva voz.
Así, los poetas itinerantes descartan el hueco en espectáculo debordiano. Se oponen a sus quince minutos de negro sobre blanco en reseñas compradas por el corporativismo espectacular. Y si lo que han de decir no es más bello que el silencio, pero más justo que una mordaza, lo cantan, lo gritan, lo poetomizan. Tienen confianza en la utilidad de las palabras para hacer que permitan la reflexión y la interrogación. Porque es una injusticia, una pena, entregarlas a los salones, a los juegos florales de raíces podridas.
Hoy en la trinchera
hemos escrito poemas.
***
Cada una
de las palabras
que componen
este poema
es una paloma
abatida
a balazos.
(Silencio. Se acercan los perros)
***
No hicimos sino apropiarnos de la vida,
batirnos con el tiempo.
Fuimos las veces en que quisimos
vivir para siempre.
Las veces en que quisimos morir.
Fuimos lo que le ganamos a la muerte:
conocimientos de relámpago,
encuentros de luz,
un tiempo que ya no se olvida.
***
Vivir haciéndose poema.
Vivir deshaciéndose en poemas.
Convertir la vida en esa búsqueda,
en ese oficio,
lucha que camina por pobrezas y pérdidas.
Y que no importe.
Que a casi nadie le importe.
Y que, sin embargo y pese a todo,
merezca la pena.
***
Desobedeceremos. Cruzaremos
los cuchillos delante de la lumbre
en la tierra de nadie, que es mi tierra,
nuestra tierra sin planos ni alambradas
***
digo que descrucemos los brazos
y descubramos las mentiras de los libros sagrados
y digo que etcétera y etcétera-
***
Ellos no lo saben,
pero no hemos muerto.
Seguimos resistiendo,
avanzando en el fango,
buscando a tientas y ansiosos
la luz de las playas arrebatadas
***
Pero nosotros éramos insomnes.
Desobedecimos sus nanas de cieno
y dedicamos las noches
a destejer sus mentiras y a pensar
en pétalos de aurora y agua
y en música para bailar descalzos
En fin, se trata de vivir poéticamente, de entrar a la riña, en combates contra uno mismo y contra el lenguaje. No buscar un léxico de combate, una jerga de la resistencia, sino atacar con todo el diccionario.
El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.
El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.
***
Nadar más abajo
y más abajo
y más abajo
y encontrarnos un fondo
y en el fondo unos peces
y entre los peces un pez
y en el pez un microbio
y en el microbio su interior
y en su interior una luz.
La misma luz
que guía a los barcos en la tormenta.
3. Levantando incendios en los materiales del lenguaje. El almacén de La imperdible.
El pasado mes de Marzo se cumplían dos años de vida el ciclo permanente de poesía en vivo Poesía en resistencia. En enero del 2001, La Palabra presentaba en el Almacén de la sala independiente La imperdible el libro de David Eloy Rodríguez “Miedo de ser escarcha”. Los responsables de la sala, una de las más activas y veteranas en el panorama independiente del país, confiaron en el proyecto de creación de un espacio para la poesía accionada en vivo, en forma de recitales y otras aproximaciones al arte poético (como pueden ser la poesía visual, la poesía escénica, los mestizajes de música y poesía, la intervención artística urbana). Además se abriría un hueco para presentaciones de libros, revistas, cedés y otras publicaciones vinculadas, de un modo u otro, a la creación poética.
Los alarmistas de la versificación auguraban un futuro silencioso y catastróficamente solitario para los libros de poesía, como si aquello de la música callada pudiera disfrutarse sólo en recintos privados. Con el paso del tiempo, y llevando la contraria, Poesía en resistencia ha ganado un público cálido, atento, generoso que acude a la cita cada miércoles. Gente que desea y sabe escuchar en los tiempos del chiste fácil de monologuistas, el vocinazo en los mal llamadas mesas de debate y el ruido y la furia del basurero show.
Sin duda algo especial sucede cuando las palabras, desnudas, trenzadas con el hilo humilde y fabuloso del arte poético, estallan ante nosotros para compartir su vigor primordial y su sentido más luminoso y revelador. El esquema de comunicación básico se enriquece con matices, ilusiones, con bellas trastiendas donde la palabra se vuelve nube deshilachada o mineral de saliva y espuma. El receptor las hace suyas en la vastedad del instante poético como un arañazo en la piel del corazón o una esquirla en el inmenso cuerpo del pensamiento. Poesía en Resistencia quiere abrigar estas prácticas poéticas
porque es la poesía una zanfoña
pero es también trinchera y es cuchillo
4. La carpa de este circo está hecha de verbos que nos cubren del chaparrón
(Modos eficaces de accionar los textos)
Una de las formas de ahuyentar a los rancios y ajados rituales de la poesía no es otra que fomentar la vieja interacción entre el poema y la música. Dos de los escritores de este colectivo forman parte del grupo “El circo de la palabra Itinerante”. Jorge Peñafiel, guitarrista y compositor, pone fondo musical a los poemas de David Eloy y José María. El grupo se completa con otros tres músicos (flauta, bajo y batería). El circo de la palabra Itinerante editó en 1999 el CD “Arte a la idea” y está pendiente de otras tres grabaciones. Con varios montajes (el último titulado “En el incendio... alas de lluvia”) han actuado en múltiples festivales de poesía como el“Festival de Polipoesía de Barcelona”, en EDITA, el encuentro de editores independientes y ediciones, de Punta Umbría, en el I Encuentro de revistas literarias de Granada y en numerosos actos por los escenarios de todo el estado.
Otra propuesta de una de los miembros del colectivo es la de Iván Mariscal. Lleva algunos años recorriendo los escenarios de todo el país con sus canciones en las que adapta e interpreta textos de poetas actuales. Ha editado el compacto Un día en el país de los humanos (Sevilla, 2001), y en 2003 espera culminar el proceso de grabación de su segundo trabajo: Canciones en tiempos de guerra.
5. Los talleres de creación
“Cuando impartimos un taller de aproximación a la expresión literaria no situamos marcos ni listones: hay gente que simplemente necesita alguien al otro lado que escucha, hay gente que no sabe soñar, hay gente que no quiere: para ellas una palabra arrojada, apostada, en dirección al bien común, al decir auténtico (una sola palabra) es ya un tesoro (así lo dicen: yo no sabía, yo no creía, yo no podía) “.
Cada ser humano tiene derecho a la comunicación viva de la poesía, a sus posibilidades emancipatorias de conocimiento. Cada persona tiene derecho y razones para usar el lenguaje creativamente, y así azuzar sus miedos, reconocer su fragmentada identidad –ese consuelo y ese abrigo, pero también ese inmenso desafío que nos enfrenta a tener que elegir, a decidir sobre nuestro estar en el mundo y las brújulas que lo guíen, a compartir sus deseos y sus dudas. Todos tenemos derecho al sueño y al insomnio. Y todos los textos tienen la validez de la expresión: dicen. Pero no todos dicen de la misma manera.
Los talleres impartidos por La Palabra pretenden ser foros de trabajo guiado en los que se compartan experiencias, inquietudes y conocimientos, y se aprenda en común. La metodología que aplican en los mismos se basa en el dinamismo y la participación. Partiendo del acercamiento a textos “clave”, se crean mejores lectores y estimular la creatividad de los alumnos del taller para que la canalicen, de acuerdo con sus preferencias, a través de la escritura. Así, desde una comprensión lúdica de la misma, invitan a ejercer la libertad expresiva desde diferentes juegos de escritura creativa. Asimismo se intenta orientar sobre recursos y posibilidades para enriquecer la competencia lingüística y la función estética de los textos. Desde unas concepciones no dogmáticas se proponen modelos diversos para que sea el alumno quien decida su propia poética. En cualquier caso y en última instancia la brújula se orienta hacia la formación de buenos lectores: lectores por placer, lectores críticos.
Hay gente que encuentra las enormes posibilidades de consuelo del texto a solas, y luego lo extiende poco a poco, y se da cuenta de que su capacidad de confortar, de ayudar a vivir, es contagiosa.
6. El sombrero Roto. Edición
La Palabra Itinerante edita la revista-libro El sombrero roto (literatura comprometida con la vida). Esta publicación quiere ser un medio de difusión de textos interesantes y necesarios para conocer las diversas tendencias vivas, críticas, por las que camina la literatura actual, al mismo tiempo que plataforma de expresión para propuestas arriesgadas o minoritarias. Uno de los principales objetivos de El sombrero roto es servir de punto de encuentro entre autores que, compartiendo una misma visión acerca de lo que debe entenderse como buena literatura, se diferencian por las distintas posibilidades que unos y otros tienen a la hora de difundir su obra. Su primer número, monográfico sobre poesía, se presenta con el título Poesía en Resistencia.. El objetivo es dar hueco a textos de autores contemporáneos y reconocidos en el ámbito nacional como obras de escritores noveles o con menos repercusión editorial. Junto a El sombrero roto trabajan en la edición de Las antologías de El sombrero roto, que consiste en una colección de libros destinados a mostrar, cada uno de ellos, la obra de un autor. (Como es de suponer en Las antologías de El sombrero roto se manejan los mismos criterios editoriales y estéticos). El libro que abre la colección estará dedicado al poeta Pedro del Pozo y Toscano.
7. Resistir, ¿frente a qué? ¿frente a quién? (La función social del arte)
La poesía en resistencia se sitúa frente a la poesía del bienestar, contra la poesía cómplice con el estado de las cosas. Es necesario escribir con un cabezal Marshall en cada verso, a todo volumen contra la música callada, desechar la elección de ser el que cuenta las sílabas del verso de Borges bajo el rumor de las luchas cotidianas. Escribir en la trinchera. Insertar preguntas en medio de las evidencias.
“¿Frente a qué? Frente a esta corriente de cínico hipercapitalismo flatulento que nos llega hasta el cuello. Resistir frente a la propaganda, frente a los iconos y frente a los protocolos. Frente al veneno televisual y frente a la intolerancia envuelta en peluche. Frente a la destrucción del planeta. Resistir a las reputaciones hechas, a los lugares comunes, al consumo inútil, a la fuerza mayor y a los hechos consumados. Resistir frente a la falsa democracia y a las buenas conciencias capaces de cualquier cosa. Resistir frente al escándalo de que los 300 individuos más ricos del planeta posean tanta riqueza como los 3.000.000.000 más pobres. Resistir frente a los dogmas, a la impotencia y al miedo. ¿Frente a quién? Frente a los impostores que se arrogan la representación de sus conciudadanos. Frente al demagogo, el sofista cargado de razón, el pancista y el petardista. Resistir frente a los megaespeculadores planetarios y a los hombrecillos que viajan en limusinas de diez metros. Frente a los fanáticos de cualquier prédica, a los embaucadores y a los conformistas dinámicos, que son la peor especie del mundo. ¿Para qué? Para poder mirar a la cara a nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros hijos con cierta dignidad.” (Alberto Porlan respondiendo al cuestionario “Tres líneas de fuga”, en el especial Poesía en resistencia publicado por la revista El Giraldillo).
(1)Charles Bukowski, Mujeres, Anagrama.
LINKS
www.nodo50.org/mlrs
http://www.librodenotas.com/almacen/Archivos/003076.html#003076
http://www.forosocialartesvalencia.com
correo: lapalabraitinerante@yahoo.es
David Franco Monthiel
El viejo Chinaski1 repudiaba las reuniones de escritores. Pensaba que trataban de anularse entre sí. Para el viejo, lo peor que lo podía suceder a un escritor es conocer a otros escritores, relacionarse con ellos, figurar en los pomposos salones del provincialismo y en los cafesgijones que existen en todas las ciudades del estado. Allí, entre cafeses y volutas de humo, en la pesada atmósfera de las mezquinas conspiraciones, dedican el tiempo a refregarse mutuamente los currículos salpicados de méritos menores y erudiciones absurdas. El viejo Chinaski prefería a colegas para beber, para leer poesía, para hablar de tías buenas y para reconocerse en la mutua conspiración de la palabra útil.
Los colectivos de escritores que rehuyen de ese pálpito pasarelístico, que rechazan el latido vendido que infunde a los corazones un ansia por destacar como órgano olímpico del sentir humano (y que traduce en palabras su especialidad o sensibilidad) merecen un lugar en cada una de nuestras casa rojas dentro del pecho. Existen los colectivos de escritores que trabajan en común desde sus diversas educaciones sentimentales y procedencias. Vienen de la vida para unirse en acción conjunta para hacer de la poesía el campo practicable donde denunciar lo injusto y amar lo digno. Hablamos de La palabra Itinerante, un colectivo de agitación y expresión cultural que participó, bebió y habló de tías buenas con otros escritores y colectivos a principios de abril en el congreso “Literatura y compromiso” que organizó la Fundación Fernando Quiñones en Chiclana. Y sobre todo, compartieron esa mutua responsabilidad con la poesía transformadora en estos tiempos en los que si toses dos veces te echan una red encima.
1. USTED TAMBIEN PUEDE SER UN POETA EN RESISTENCIA
El germen de La Palabra itinerante se gestó en plena resaca de la otra guerra en Irak y los suntuosos fastos del 92 en Jerez de la Frontera. Haciendo caso omiso al negocio olímpico y a la obscenidad pro-genocida de la Expo, David Eloy Rodríguez e Iván Mariscal crean en Inkilino de Kaivan. Desechando otras opciones más sencillas, como caminar simulando interés por algún pabellón de la Cartuja o admirar las pindáricas gestas de los atletas, dos jóvenes deciden usar la literatura para comunicarse, para unirse, para compartir. Pronto se incorporan otros artistas y escritores de la ciudad: José María Guerrero, Álvaro Llamas, Loli Pandelet, Sergio Gordillo, Ángel Moreno. En el lapso de tiempo que transcurre entre la guerra sucia, la corrupción y demás delictivos hechos de la historia negra de los 90 de este país, el Inkilino se afana en actividades relacionadas con la creación y la difusión de la literatura. Escriben, se reúnen, y en especial se entregan al oficio de la poesía con acciones de una repercusión a nivel local y alejadas de la sombra del podrido árbol institucional.
En 1995 David Eloy Rodríguez e Iván Mariscal marchan a realizar estudios universitarios, a Sevilla y a Cádiz respectivamente. En ambos lugares conocen a otros autores con los que comparten búsquedas y prácticas artísticas y humanas, y aúnan esfuerzos y planteamientos, versos y vasos. Se generan actividades que van articulando en cada ciudad hasta unir completamente los foros de las dos ciudades. Así, surge en Sevilla 'La Palabra Itinerante', con el propósito de ser un colectivo de agitación y expresión.
Los poemas van conquistando los papeles, saltan de ellos y se convierten en fonemas que celebran la vida y señalan lo falso. Los recitales del colectivo se suceden y los primeros reconocimientos llegan. En 1999, José María Gómez Valero gana el I Premio de poesía Ciudad de Lepe y un año después David Eloy Rodríguez con “Miedo de ser escarcha” el V Premio Internacional Surcos de poesía.
El colectivo madura con los años y se forjan contactos con otros proyectos literarios (la Unión de escritores del País Valenciano, Ateneo Obrero de Gijón, el MRLS de Madrid, los poetas “extremos” de Huelva). Ante la creciente difusión del proyecto por todo el estado, el colectivo aspira a ser escurridizo, ágil entre los cazadores de nuevas tendencias poéticas que andan al acecho por los ateneos, departamentos de las universidades y revistas buscando nuevos ejemplares y especimenes. Pero no renuncian a la táctica guerrillera de llegar tocar y largarse en incursiones oficiales para alcanzar ese equilibrio, a veces contradictorio, de la supervivencia económica. No obstante. La lucha es contra la etiquetable noción del arte de los medios y las instituciones, contra la entomología de los mal llamados poetas comprometidos. Esto no significa abrazar a la marginalidad como una forma de huída hacia un antagonismo sectario y alejado de la realidad, sino una autonomía artística y moral (a pesar del el riesgo del inocuo aislamiento de las subvenciones y listas de agregados culturales) que dignifica los proyectos y las ilusiones de este grupo de escritores.
El colectivo de agitación y expresión cultural La Palabra Itinerante está formado por los siguientes escritores:
David Eloy Rodríguez (Cáceres, 1976). Ha publicado “Chrauf” (Ediciones de la Universidad de Sevilla, 1996; Premio Universidad de Sevilla) y “Miedo de ser escarcha” (Qüasyeditorial, 2000; Premio Internacional Surcos de Poesía). Ha sido antologado en: Cualquier tiempo pasado fue (Ygriega, 2001), Voces del extremo. Poesía y Conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2001) y Once inicial (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002) y en “No doblar las rodillas. Siete proyectos críticos en la poesía española reciente” Universidad de Chile 2002.
José María Gómez Valero (Sevilla, 1977) ha publicado Miénteme (Qüasyeditorial, 1997; accésit en el II Premio Internacional Surcos de Poesía) y El libro de los simulacros (I Premio de Poesía Ciudad de Lepe). Antologado en: Voces del extremo. Poesía y Conflicto (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2001).
Miguel Ángel García Argüez (La Línea, 1969) ha publicado libros de poesía: Las tijeras y el yogur (Ayuntamiento de Chiclana, 1995) y Ecce Woman (Diputación de Cádiz 2001; Premio Manuel García Gómez), ha sido antologado en Once inicial (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002); Novela: Los búhos (Fundación Vipren); Libros de relatos: El bombero de Pompeya (Fundación de Cultura Ayuntamiento de Cádiz, 2002); Ensayo: El pan y los peces (Ayuntamiento de Chiclana, 2001).
Manuel Ortega Pérez (Sevilla, 1975) ha publicado “Persiga esa góndola” (El Sornabique & If ediciones)
Manuel Fernando Macías (Medina Sidonia, 1974) es portavoz de Izquierda Unida Los Verdes (Andalucía) desde 1995, redactor de la revista Puerta del Sol.
Iván Mariscal Chicano (Jerez de la Frontera, 1976) Poeta, cantautor y compositor de rock (Cd: Un día en el país de los humanos, Sevilla, 2001). Han editado sus textos en numerosas revistas y publicaciones y participa activamente en encuentros poéticos, recitales y actuaciones.
Juan Antonio Bermúdez (Jerez de los Caballeros, 1970) escritor, periodista, corrector editorial y crítico de cine. Como escritor, ha obtenido varios premios de relato y poesía y ha publicado además textos literarios en numerosos periódicos, revistas y catálogos.
Pedro del Pozo y Toscano (Sevilla, 1971) Ha publicado Colección de poemas (Ediciones La Palabra Itinerante, Colección Resistencias; Sevilla, 2003). Asimismo poemas suyos han sido incluidos en los libros colectivos: Nosotros (1993), y Doce poetas cantan (1995), ambos en Lautaro Editorial Iberoamericana.
2. Los Insomnes
Si hay un elemento que une a este amplio y disperso grupo de personas, aparte de ése género de amistad que nace de la complicidad frente a los necios y los poderosos, es su dedicación a la palabra, a la experiencia literaria en sus múltiples formas, entendida ésta como una actividad comunicativa viva y necesaria, emocional, transformadora de la realidad. Comparten el compromiso y la confianza en la utilidad de las palabras para hacer.
La literatura es una actividad comunicativa que en cada una de las palabras que usamos, acariciamos, maltratamos y rompemos llevan el peso de los años vividos y sufridos en el fondo de las calles, en la desidia de cigarros compartidos en las plazas de barriada, en los trabajos de supervivencia para salir adelante. La labor poética, como cualquier otra, necesita acudir a la vida cotidiana con la voluntad de participar, aportar y desenmascarar al simulacro de la vida moderna. La Palabra Itinerante lleva siete años trabajando con y por la literatura, y especialmente con la poesía: la insomne tarea del verbo con raíz en el día a día y la conciencia de la responsabilidad de los discursos estéticos. Intentan que la vida se parezca a lo que escriben y por tanto los textos son lo que viven, lo que respiran desde el nosotros común: están escritos con sangre. Así, la escritura nace y vive en el conflicto, son textos críticos y cuestionadores que pretenden transformar a partir de la denuncia, de señalar y desenmascarar; transformar desde la resistencia; transformar hablando del miedo, del deseo; transformar también –cómo no– ofreciendo un merecido y unánime reconocimiento a todos/as aquellos/as que cada día desde la herida, con sus palabras y sus actos, iluminan y bendicen el mundo; textos, en definitiva, que quieren ayudar a vivir.
Esta implicación con el entorno, con sus conflictos, injusticias y hallazgos, este compromiso con lo que sucede en los márgenes del poema como una constante de deontología poética, quiere traducirse en un lenguaje que, desde el oficio, represente con un sablazo ético el sabor del vivir, en lo agrio y lo dulce de sentirse vivos en la sociedad injusta gobernada por el uso mercantilista de la cultura. No se trata de una contrapropaganda sino de encontrar un camino compartido. Un poema es más que la instrumentalización ética,
un poema lo es
si es hijo de nadie
y sabe a sangre propia.
Un poema lo es
si se parece a la vida.
Entendido como forma directa y honesta de comunicación que busca conmover, el poema puede vincular y conectar de una manera intensa con todo tipo de gentes. Pero los poemas no pueden esperar a oyentes o lectores en el polvoriento anaquel de una biblioteca. Sus pretensiones de hondura, de discurso trascendente estorban en la sociedad de mercado, sociedad del espectáculo basada en la imagen y sus simulacros. Se transforma en mercancía literaria o simplemente se ignora. La poesía debe salir a la calle a buscar el aire de su tiempo, a probarse en la respiración y el palpitar de la gente, y a aprender sin miedo de las posibles frustraciones en este sentido. Ha de investigar, sin perder sus intenciones y exigencias estéticas y éticas, nuevos lenguajes y formas para alcanzar la comunicación con sus contemporáneos, probar el mestizaje con otros registros y disciplinas artísticas, aprovechar los nuevos soportes tecnológicos y, sobre todo, ha de accionarse en el encuentro a viva voz.
Así, los poetas itinerantes descartan el hueco en espectáculo debordiano. Se oponen a sus quince minutos de negro sobre blanco en reseñas compradas por el corporativismo espectacular. Y si lo que han de decir no es más bello que el silencio, pero más justo que una mordaza, lo cantan, lo gritan, lo poetomizan. Tienen confianza en la utilidad de las palabras para hacer que permitan la reflexión y la interrogación. Porque es una injusticia, una pena, entregarlas a los salones, a los juegos florales de raíces podridas.
Hoy en la trinchera
hemos escrito poemas.
***
Cada una
de las palabras
que componen
este poema
es una paloma
abatida
a balazos.
(Silencio. Se acercan los perros)
***
No hicimos sino apropiarnos de la vida,
batirnos con el tiempo.
Fuimos las veces en que quisimos
vivir para siempre.
Las veces en que quisimos morir.
Fuimos lo que le ganamos a la muerte:
conocimientos de relámpago,
encuentros de luz,
un tiempo que ya no se olvida.
***
Vivir haciéndose poema.
Vivir deshaciéndose en poemas.
Convertir la vida en esa búsqueda,
en ese oficio,
lucha que camina por pobrezas y pérdidas.
Y que no importe.
Que a casi nadie le importe.
Y que, sin embargo y pese a todo,
merezca la pena.
***
Desobedeceremos. Cruzaremos
los cuchillos delante de la lumbre
en la tierra de nadie, que es mi tierra,
nuestra tierra sin planos ni alambradas
***
digo que descrucemos los brazos
y descubramos las mentiras de los libros sagrados
y digo que etcétera y etcétera-
***
Ellos no lo saben,
pero no hemos muerto.
Seguimos resistiendo,
avanzando en el fango,
buscando a tientas y ansiosos
la luz de las playas arrebatadas
***
Pero nosotros éramos insomnes.
Desobedecimos sus nanas de cieno
y dedicamos las noches
a destejer sus mentiras y a pensar
en pétalos de aurora y agua
y en música para bailar descalzos
En fin, se trata de vivir poéticamente, de entrar a la riña, en combates contra uno mismo y contra el lenguaje. No buscar un léxico de combate, una jerga de la resistencia, sino atacar con todo el diccionario.
El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.
El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.
***
Nadar más abajo
y más abajo
y más abajo
y encontrarnos un fondo
y en el fondo unos peces
y entre los peces un pez
y en el pez un microbio
y en el microbio su interior
y en su interior una luz.
La misma luz
que guía a los barcos en la tormenta.
3. Levantando incendios en los materiales del lenguaje. El almacén de La imperdible.
El pasado mes de Marzo se cumplían dos años de vida el ciclo permanente de poesía en vivo Poesía en resistencia. En enero del 2001, La Palabra presentaba en el Almacén de la sala independiente La imperdible el libro de David Eloy Rodríguez “Miedo de ser escarcha”. Los responsables de la sala, una de las más activas y veteranas en el panorama independiente del país, confiaron en el proyecto de creación de un espacio para la poesía accionada en vivo, en forma de recitales y otras aproximaciones al arte poético (como pueden ser la poesía visual, la poesía escénica, los mestizajes de música y poesía, la intervención artística urbana). Además se abriría un hueco para presentaciones de libros, revistas, cedés y otras publicaciones vinculadas, de un modo u otro, a la creación poética.
Los alarmistas de la versificación auguraban un futuro silencioso y catastróficamente solitario para los libros de poesía, como si aquello de la música callada pudiera disfrutarse sólo en recintos privados. Con el paso del tiempo, y llevando la contraria, Poesía en resistencia ha ganado un público cálido, atento, generoso que acude a la cita cada miércoles. Gente que desea y sabe escuchar en los tiempos del chiste fácil de monologuistas, el vocinazo en los mal llamadas mesas de debate y el ruido y la furia del basurero show.
Sin duda algo especial sucede cuando las palabras, desnudas, trenzadas con el hilo humilde y fabuloso del arte poético, estallan ante nosotros para compartir su vigor primordial y su sentido más luminoso y revelador. El esquema de comunicación básico se enriquece con matices, ilusiones, con bellas trastiendas donde la palabra se vuelve nube deshilachada o mineral de saliva y espuma. El receptor las hace suyas en la vastedad del instante poético como un arañazo en la piel del corazón o una esquirla en el inmenso cuerpo del pensamiento. Poesía en Resistencia quiere abrigar estas prácticas poéticas
porque es la poesía una zanfoña
pero es también trinchera y es cuchillo
4. La carpa de este circo está hecha de verbos que nos cubren del chaparrón
(Modos eficaces de accionar los textos)
Una de las formas de ahuyentar a los rancios y ajados rituales de la poesía no es otra que fomentar la vieja interacción entre el poema y la música. Dos de los escritores de este colectivo forman parte del grupo “El circo de la palabra Itinerante”. Jorge Peñafiel, guitarrista y compositor, pone fondo musical a los poemas de David Eloy y José María. El grupo se completa con otros tres músicos (flauta, bajo y batería). El circo de la palabra Itinerante editó en 1999 el CD “Arte a la idea” y está pendiente de otras tres grabaciones. Con varios montajes (el último titulado “En el incendio... alas de lluvia”) han actuado en múltiples festivales de poesía como el“Festival de Polipoesía de Barcelona”, en EDITA, el encuentro de editores independientes y ediciones, de Punta Umbría, en el I Encuentro de revistas literarias de Granada y en numerosos actos por los escenarios de todo el estado.
Otra propuesta de una de los miembros del colectivo es la de Iván Mariscal. Lleva algunos años recorriendo los escenarios de todo el país con sus canciones en las que adapta e interpreta textos de poetas actuales. Ha editado el compacto Un día en el país de los humanos (Sevilla, 2001), y en 2003 espera culminar el proceso de grabación de su segundo trabajo: Canciones en tiempos de guerra.
5. Los talleres de creación
“Cuando impartimos un taller de aproximación a la expresión literaria no situamos marcos ni listones: hay gente que simplemente necesita alguien al otro lado que escucha, hay gente que no sabe soñar, hay gente que no quiere: para ellas una palabra arrojada, apostada, en dirección al bien común, al decir auténtico (una sola palabra) es ya un tesoro (así lo dicen: yo no sabía, yo no creía, yo no podía) “.
Cada ser humano tiene derecho a la comunicación viva de la poesía, a sus posibilidades emancipatorias de conocimiento. Cada persona tiene derecho y razones para usar el lenguaje creativamente, y así azuzar sus miedos, reconocer su fragmentada identidad –ese consuelo y ese abrigo, pero también ese inmenso desafío que nos enfrenta a tener que elegir, a decidir sobre nuestro estar en el mundo y las brújulas que lo guíen, a compartir sus deseos y sus dudas. Todos tenemos derecho al sueño y al insomnio. Y todos los textos tienen la validez de la expresión: dicen. Pero no todos dicen de la misma manera.
Los talleres impartidos por La Palabra pretenden ser foros de trabajo guiado en los que se compartan experiencias, inquietudes y conocimientos, y se aprenda en común. La metodología que aplican en los mismos se basa en el dinamismo y la participación. Partiendo del acercamiento a textos “clave”, se crean mejores lectores y estimular la creatividad de los alumnos del taller para que la canalicen, de acuerdo con sus preferencias, a través de la escritura. Así, desde una comprensión lúdica de la misma, invitan a ejercer la libertad expresiva desde diferentes juegos de escritura creativa. Asimismo se intenta orientar sobre recursos y posibilidades para enriquecer la competencia lingüística y la función estética de los textos. Desde unas concepciones no dogmáticas se proponen modelos diversos para que sea el alumno quien decida su propia poética. En cualquier caso y en última instancia la brújula se orienta hacia la formación de buenos lectores: lectores por placer, lectores críticos.
Hay gente que encuentra las enormes posibilidades de consuelo del texto a solas, y luego lo extiende poco a poco, y se da cuenta de que su capacidad de confortar, de ayudar a vivir, es contagiosa.
6. El sombrero Roto. Edición
La Palabra Itinerante edita la revista-libro El sombrero roto (literatura comprometida con la vida). Esta publicación quiere ser un medio de difusión de textos interesantes y necesarios para conocer las diversas tendencias vivas, críticas, por las que camina la literatura actual, al mismo tiempo que plataforma de expresión para propuestas arriesgadas o minoritarias. Uno de los principales objetivos de El sombrero roto es servir de punto de encuentro entre autores que, compartiendo una misma visión acerca de lo que debe entenderse como buena literatura, se diferencian por las distintas posibilidades que unos y otros tienen a la hora de difundir su obra. Su primer número, monográfico sobre poesía, se presenta con el título Poesía en Resistencia.. El objetivo es dar hueco a textos de autores contemporáneos y reconocidos en el ámbito nacional como obras de escritores noveles o con menos repercusión editorial. Junto a El sombrero roto trabajan en la edición de Las antologías de El sombrero roto, que consiste en una colección de libros destinados a mostrar, cada uno de ellos, la obra de un autor. (Como es de suponer en Las antologías de El sombrero roto se manejan los mismos criterios editoriales y estéticos). El libro que abre la colección estará dedicado al poeta Pedro del Pozo y Toscano.
7. Resistir, ¿frente a qué? ¿frente a quién? (La función social del arte)
La poesía en resistencia se sitúa frente a la poesía del bienestar, contra la poesía cómplice con el estado de las cosas. Es necesario escribir con un cabezal Marshall en cada verso, a todo volumen contra la música callada, desechar la elección de ser el que cuenta las sílabas del verso de Borges bajo el rumor de las luchas cotidianas. Escribir en la trinchera. Insertar preguntas en medio de las evidencias.
“¿Frente a qué? Frente a esta corriente de cínico hipercapitalismo flatulento que nos llega hasta el cuello. Resistir frente a la propaganda, frente a los iconos y frente a los protocolos. Frente al veneno televisual y frente a la intolerancia envuelta en peluche. Frente a la destrucción del planeta. Resistir a las reputaciones hechas, a los lugares comunes, al consumo inútil, a la fuerza mayor y a los hechos consumados. Resistir frente a la falsa democracia y a las buenas conciencias capaces de cualquier cosa. Resistir frente al escándalo de que los 300 individuos más ricos del planeta posean tanta riqueza como los 3.000.000.000 más pobres. Resistir frente a los dogmas, a la impotencia y al miedo. ¿Frente a quién? Frente a los impostores que se arrogan la representación de sus conciudadanos. Frente al demagogo, el sofista cargado de razón, el pancista y el petardista. Resistir frente a los megaespeculadores planetarios y a los hombrecillos que viajan en limusinas de diez metros. Frente a los fanáticos de cualquier prédica, a los embaucadores y a los conformistas dinámicos, que son la peor especie del mundo. ¿Para qué? Para poder mirar a la cara a nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros hijos con cierta dignidad.” (Alberto Porlan respondiendo al cuestionario “Tres líneas de fuga”, en el especial Poesía en resistencia publicado por la revista El Giraldillo).
(1)Charles Bukowski, Mujeres, Anagrama.
LINKS
www.nodo50.org/mlrs
http://www.librodenotas.com/almacen/Archivos/003076.html#003076
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correo: lapalabraitinerante@yahoo.es
02 junio 2004
tema del dia: escribir un post
postear un texto que hable desde la cotidianidad. O postear un post que hable de postear un post: metaposting. Literatura de postín, pequeño arsenal de tics cotidianos y formas vacuas de decir nada sin esfuerzo. Es fuerza mayor clasificar los actos de menor repercusión. Rellenar el tiempo con palabras como colchones donde descansar y dormir como acción de refugio ante la violencia de la realidad. Piensa en Irak y en alguien que postea que le recuelve el estómago las fotos de las torturas. Un lector, cómo no ocioso, encuentra el post y decide indignarse y comentar que el autor está en toda la razón. Otro que los dos tiene tanta razón que en su blog personal va a hacer referencia del tema.
Cotidianidad tediosa del posteador: encontrar el TEMA. ¿Tenemos tema? ¿El tema del tema es el propio tema? ¿Y si hacemos fotos de los posteadores torturados por no encontrar tema a tratar como tratamiento ante el horrorvacui o telaraña virtual en el blog?
Post de postín, metaposting posterior a una larga reflexión sobre qué coño escribo.
postear un texto que hable desde la cotidianidad. O postear un post que hable de postear un post: metaposting. Literatura de postín, pequeño arsenal de tics cotidianos y formas vacuas de decir nada sin esfuerzo. Es fuerza mayor clasificar los actos de menor repercusión. Rellenar el tiempo con palabras como colchones donde descansar y dormir como acción de refugio ante la violencia de la realidad. Piensa en Irak y en alguien que postea que le recuelve el estómago las fotos de las torturas. Un lector, cómo no ocioso, encuentra el post y decide indignarse y comentar que el autor está en toda la razón. Otro que los dos tiene tanta razón que en su blog personal va a hacer referencia del tema.
Cotidianidad tediosa del posteador: encontrar el TEMA. ¿Tenemos tema? ¿El tema del tema es el propio tema? ¿Y si hacemos fotos de los posteadores torturados por no encontrar tema a tratar como tratamiento ante el horrorvacui o telaraña virtual en el blog?
Post de postín, metaposting posterior a una larga reflexión sobre qué coño escribo.
01 junio 2004
Anda, hombre, levántate de ti
David Franco Monthiel/David González Colectivo Cádiz Rebelde
Un escritor para el que la infancia son recuerdos de un solar con chatarra, cordilleras de escombros, gatos muertos, un yermo huerto donde dar unas pataditas al balón, que pasa su juventud exiliada en lo precario, en el frágil día a día del paro y que su historia vital los listos chaparán.
Un escritor que aspira a que su verso brote de cañería rota y se trapichee en las esquinas, que espera a que en sus pulmones el grito se prepare, junto al ebrio humo. Un escritor que fue un niñato, un golfo, un currante, que pisoteó el jardín de la casta impermeable, que mea en sus eternas flores de raíz podrida y en los afeites que ciegan a la palabra, que atraca al coro de listos a punta de palabra navaja, que muerde la mano de quien la pasa por su hirviente lomo de salario basura.
Un escritor que sabe del bozal, del nosotros fragmentado en metralla: delincuentes, tiesos, funcionarias, yonquis.
Un escritor que sabe de sus notas en el dispositivo de adiestramiento, que es el eco del hoy, clamando despierto en los tiempos de la mitología privada. Un escritor que morirá de un disparo a la multitud, que le tocará una semana de atención, ágil olvido consagrado a la anécdota cal viva a la vida cadáver respirando en una zanja de amor y muerte. Un escritor que morirá con equipaje molesto y digno con los ojos abiertos, con las manos esposadas a la espalda. Con los ojos abiertos.
Un escritor así escribe con el corazón afilado en la mano, derramando sobre el papel una sangre tantas veces golpeada.
El penúltimo libro de David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964) “El hombre de las suelas de viento” nació de la lectura de las cartas que Rimbaud durante su estancia en Africa. ¡Oh! Un caminador asombroso, con la chaqueta abierta, un pequeño fez en la cabeza a pesar del sol. Ahora publica su nuevo libro: “Anda, hombre levántate de ti”, Bartleby Editores.
David González retoma la narratividad bukowskiana para contarnos sus movidas, sus marrones, sus subidas, sus arrebatos poéticos con un porro en la mano y en la otra un cigarro, sus estados anímicos, sus excesos desde una postura de narcisismo de barrio, casi proletario, desde una afectación que es nuestra afectación en un mundo de nadies en la montaña de currículos que se pudren en un ETT. La autoconciencia del nombre, la identidad pisoteada como forma de ser frente a aquellos que por odio de clase o genealogía de ladrones y aristócratas esgrimen su nombre como un precepto de su valía. Justo el reverso de esa moneda es el del hijo pródigo caído en las wertherianas callejuelas de la apatía, la decadencia y esos estados metafísicos que parecen dar empaque a un discurso de la destrucción desde posturas y lugares donde nunca ha acosado la muerte, esa conjugación de economía y policía. Esos impostores que se pierden en submundos con el deseo de acabarse porque no tienen nada mejor que hacer. En cambio David quiere vivir, vivir y verlo todo, denunciando la mentira. Organiza su rabia y la escribe con el lenguaje de los puños para darnos un pedazo de vida.
David González entronca con la larga tradición de la poesía del excluido, del tachado en la lista del bienestar, que se reconoce como tal y muestra con un orgullo forjado en tanto pisotones y desplantes su condición. El lumpenpoeta, como otros lumpenintelectuales de la talla de Chuk D, Los Marea, Robe, Chinato y demás, nunca serán considerados por la intelligentsia como vates aspirantes a glosar a Virgilio o a Horacio por el matiz aristocrático que se le da a la condición social de versificador. El lumpenpoeta es gente como nosotros, que hablan de su vida marcada, golpeada, desde el sujeto que apenas si coincide con ese modelo pintado en sangre con el que cada día nos hacen compararnos. Y son las calles las que forjan a los voceros del gentío anónimo que pierde su aliento en castings, en cáterings y demás empleo temporal.
No hablo de lo que no sé/ No hablo/ Escribo poemas/ Estas son mis piedras partes de ellas/ Piensa en las tuyas/ Y recuerda/ Brazo/ Mano/ Piedra/ Pero/ sobre todo/ el gesto
Un avance de su nuevo libro “Anda, hombre, levántate de ti”, Bartleby editores 2004.
LOS HOMBRES DEL SACO
a ciertos niños,
como a nuestras madres rojas,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al rape,
como si tuviéramos liendres.
a ciertos niños,
como a los americanos nativos,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al cero,
como si tuviéramos piojos,
y se nos prohíbe, además, hablar
en la lengua de nuestros antepasados.
a ciertos niños,
como también a los caballos,
antes de vendernos,
nos miran la dentadura
y nos cuentan los dientes,
y muchas mentiras también.
HISTORIA DE ESPAÑA (NUDO)
Un nudo. Esto, explica la anciana,
fue lo último que hizo mi padre
con sus propias manos. Un nudo.
Piénsalo.
Es lo último que hace ese hombre
con sus propias manos.
No estrecha entre sus brazos
a su madre, a su hermano o a un amigo.
No acuna en ellos a su hija recién nacida.
Tampoco le aprieta las nalgas a su mujer,
ni le acaricia los pezones, los pechos,
las mejillas, el pelo tan siquiera…No,
con ellas, con sus propias manos,
lo último que le permiten hacer a ese hombre
antes de fusilarle
y arrojarlo a una fosa común es
Un nudo, repite la anciana
para las cámaras de televisión
de un canal
de historia. Historia
de España: de un tajo,
el entierramuertos cortó el cordel
que el padre de la anciana
se había atado alrededor del tobillo
para responder así a la pregunta
que horas antes, le había hecho su mujer:
¿Y cómo vamos a distinguir tu cuerpo
entre todo ese montón de cadáveres?
Mientras aparecen los títulos de crédito,
la anciana le da un beso al cordel,
y luego devuelve a su caja de pino
este nudo
que todavía nadie, repito, nadie, se ha molestado
en deshacer.
Bibliografía y Links
-El hombre de las suelas de viento. Germanía 2003
-La carretera roja, Celya, Salamanca 2002.
-Sembrando hogueras, Bartleby editores, Madrid 2001
-Sparrings , Línea de Fuego, Ribadesella, 2000
-Ley de vida, DVD ediciones Barcelona, 1998
-El demonio te coma las orejas, Ayamonte, Crecida, 1997.
Página personal (contratación) www.arte-nativa.com/david
Tiene editado en internet:
Los mundos Marginados www.babab.com
Sparrings en www.portaldepoesia.com
Un escritor para el que la infancia son recuerdos de un solar con chatarra, cordilleras de escombros, gatos muertos, un yermo huerto donde dar unas pataditas al balón, que pasa su juventud exiliada en lo precario, en el frágil día a día del paro y que su historia vital los listos chaparán.
Un escritor que aspira a que su verso brote de cañería rota y se trapichee en las esquinas, que espera a que en sus pulmones el grito se prepare, junto al ebrio humo. Un escritor que fue un niñato, un golfo, un currante, que pisoteó el jardín de la casta impermeable, que mea en sus eternas flores de raíz podrida y en los afeites que ciegan a la palabra, que atraca al coro de listos a punta de palabra navaja, que muerde la mano de quien la pasa por su hirviente lomo de salario basura.
Un escritor que sabe del bozal, del nosotros fragmentado en metralla: delincuentes, tiesos, funcionarias, yonquis.
Un escritor que sabe de sus notas en el dispositivo de adiestramiento, que es el eco del hoy, clamando despierto en los tiempos de la mitología privada. Un escritor que morirá de un disparo a la multitud, que le tocará una semana de atención, ágil olvido consagrado a la anécdota cal viva a la vida cadáver respirando en una zanja de amor y muerte. Un escritor que morirá con equipaje molesto y digno con los ojos abiertos, con las manos esposadas a la espalda. Con los ojos abiertos.
Un escritor así escribe con el corazón afilado en la mano, derramando sobre el papel una sangre tantas veces golpeada.
El penúltimo libro de David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964) “El hombre de las suelas de viento” nació de la lectura de las cartas que Rimbaud durante su estancia en Africa. ¡Oh! Un caminador asombroso, con la chaqueta abierta, un pequeño fez en la cabeza a pesar del sol. Ahora publica su nuevo libro: “Anda, hombre levántate de ti”, Bartleby Editores.
David González retoma la narratividad bukowskiana para contarnos sus movidas, sus marrones, sus subidas, sus arrebatos poéticos con un porro en la mano y en la otra un cigarro, sus estados anímicos, sus excesos desde una postura de narcisismo de barrio, casi proletario, desde una afectación que es nuestra afectación en un mundo de nadies en la montaña de currículos que se pudren en un ETT. La autoconciencia del nombre, la identidad pisoteada como forma de ser frente a aquellos que por odio de clase o genealogía de ladrones y aristócratas esgrimen su nombre como un precepto de su valía. Justo el reverso de esa moneda es el del hijo pródigo caído en las wertherianas callejuelas de la apatía, la decadencia y esos estados metafísicos que parecen dar empaque a un discurso de la destrucción desde posturas y lugares donde nunca ha acosado la muerte, esa conjugación de economía y policía. Esos impostores que se pierden en submundos con el deseo de acabarse porque no tienen nada mejor que hacer. En cambio David quiere vivir, vivir y verlo todo, denunciando la mentira. Organiza su rabia y la escribe con el lenguaje de los puños para darnos un pedazo de vida.
David González entronca con la larga tradición de la poesía del excluido, del tachado en la lista del bienestar, que se reconoce como tal y muestra con un orgullo forjado en tanto pisotones y desplantes su condición. El lumpenpoeta, como otros lumpenintelectuales de la talla de Chuk D, Los Marea, Robe, Chinato y demás, nunca serán considerados por la intelligentsia como vates aspirantes a glosar a Virgilio o a Horacio por el matiz aristocrático que se le da a la condición social de versificador. El lumpenpoeta es gente como nosotros, que hablan de su vida marcada, golpeada, desde el sujeto que apenas si coincide con ese modelo pintado en sangre con el que cada día nos hacen compararnos. Y son las calles las que forjan a los voceros del gentío anónimo que pierde su aliento en castings, en cáterings y demás empleo temporal.
No hablo de lo que no sé/ No hablo/ Escribo poemas/ Estas son mis piedras partes de ellas/ Piensa en las tuyas/ Y recuerda/ Brazo/ Mano/ Piedra/ Pero/ sobre todo/ el gesto
Un avance de su nuevo libro “Anda, hombre, levántate de ti”, Bartleby editores 2004.
LOS HOMBRES DEL SACO
a ciertos niños,
como a nuestras madres rojas,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al rape,
como si tuviéramos liendres.
a ciertos niños,
como a los americanos nativos,
antes de vendernos,
nos cortan el pelo al cero,
como si tuviéramos piojos,
y se nos prohíbe, además, hablar
en la lengua de nuestros antepasados.
a ciertos niños,
como también a los caballos,
antes de vendernos,
nos miran la dentadura
y nos cuentan los dientes,
y muchas mentiras también.
HISTORIA DE ESPAÑA (NUDO)
Un nudo. Esto, explica la anciana,
fue lo último que hizo mi padre
con sus propias manos. Un nudo.
Piénsalo.
Es lo último que hace ese hombre
con sus propias manos.
No estrecha entre sus brazos
a su madre, a su hermano o a un amigo.
No acuna en ellos a su hija recién nacida.
Tampoco le aprieta las nalgas a su mujer,
ni le acaricia los pezones, los pechos,
las mejillas, el pelo tan siquiera…No,
con ellas, con sus propias manos,
lo último que le permiten hacer a ese hombre
antes de fusilarle
y arrojarlo a una fosa común es
Un nudo, repite la anciana
para las cámaras de televisión
de un canal
de historia. Historia
de España: de un tajo,
el entierramuertos cortó el cordel
que el padre de la anciana
se había atado alrededor del tobillo
para responder así a la pregunta
que horas antes, le había hecho su mujer:
¿Y cómo vamos a distinguir tu cuerpo
entre todo ese montón de cadáveres?
Mientras aparecen los títulos de crédito,
la anciana le da un beso al cordel,
y luego devuelve a su caja de pino
este nudo
que todavía nadie, repito, nadie, se ha molestado
en deshacer.
Bibliografía y Links
-El hombre de las suelas de viento. Germanía 2003
-La carretera roja, Celya, Salamanca 2002.
-Sembrando hogueras, Bartleby editores, Madrid 2001
-Sparrings , Línea de Fuego, Ribadesella, 2000
-Ley de vida, DVD ediciones Barcelona, 1998
-El demonio te coma las orejas, Ayamonte, Crecida, 1997.
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Tiene editado en internet:
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