Pues eso que la cosa sigue igual, sin ordenador, pero aquí, resistiendo
un abrazo.
Y sobre todo, queremos tanto a PABLO
Ella que posee el dominio de la sal
en los cuerpos, lo profundo
de los océanos de piel,
la simetría de rosas en cada vientre
que se une a la sábana.
Ella que posee la coraza donde
esculpir un corazón/ ella ahora
cuando todo es almohada de hollín
cúmulo de feroces adormilados.
Ella que posee el rectángulo de fuego,
los hombros en trance,
la sed de las yemas
el rociar de deseo de los párpados.
Ella
que es el mundo bajándose las medias.
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