Una heroica sonrisa de distanciamiento
es lo que poseo. Y te miro pasar.
Adiós.
Te miro.
Adiós.
Los ojos son las únicas manos
que me van quedando.
Que me quedan.
Una heroica sonrisa de distanciamiento
es lo que poseo. Y te miro pasar.
Adiós.
Te miro.
Adiós.
Los ojos son las únicas manos
que me van quedando.
Que me quedan.
ESCUCHAD:
La forma que la lluvia de aposentarse tiene
entre el musgo y las piedras
posee algo de su cuerpo en mis manos.
El rumor de la broza en la espiral
del céfiro contiene la música
de su cabello.
La hierba aplastada
que en sus briznas mantienen aún el peso
de un sueño posee algo de su cuerpo al despertar.
La forma de decir su nombre
es una lluvia matinal sobre la musgosa capa
de las cosas, es el cambio leve de las estaciones,
la piel enrojecida de los hombros,
el placer de abandonarse ante el alba
justo antes de los yugos.
La forma de decir tu nombre
aúna el sabor de su sonrisa
y el sonido de su saliva cada día
al sabor de la fruta que flota en el mar.
Escuchad.
La reina cautiva acude a las tabernas,
recorre las callejuelas
mira al vulgo, pregunta
a ladrones, a vagabundos
destroza las máscaras,
se ensucia el filo del traje
como navaja que rasga la belleza.
La reina cautiva entra en los arrabales
y susurra en cada rostro dormido,
en las manos ateridas,
en los pechos ensartados en harapos.
La reina cautiva esparce sus beso
y los ensucia y me encuentra
y se enrosca
en mis ropas y las quema,
las rompe y su rostro
se acuna entre mis manos
y habla de la corte y sus prisiones,
de su vida y su delirio.
Es el alba.
Su rastro de luz oscurece mi día.
Emergen manos secretas
que nacen de la piel en abrazo
y que nos agarran en un todo desnudo.
La arena, el tiempo, el árbol de la lluvia.
Emergen manos secretas
que nacen debajo de los uniformes.
Nightsticks and water cannons, tear gas, padlocks,
Molotov cocktails and rocks behind every curtain,
False-hearted judges dying in the webs that they spin,
Only a matter of time 'til night comes steppin' in.
Esta es una manera de ser crueles.
Describir la broza en sus manos,
los puños comidos por el otoño
y los golpes de buque cansado.
Mirar a sus ojos o dogales,
reír sus bromas, cantar sus estribillos.
Asombrarnos de sus cuchillos y sus humos
desistiendo afilarnos por un momento.
Dormirnos a la hora. Soñar con relojes
sin hachas, levantarnos temprano,
decirles que sí o que sí, pero bueno.
Esta es una manera de ser crueles.
Dibujarla profunda, negra, viva.
La mueca.
Ese gesto justo antes
de la carcajada que no esperan.
Mirad las alforjas vacías.
Así mis ojos se vaciaron
de su figura. Así mi retina
fue arañada por una sombra.
Así quedé tras este camino.