Gozad las treguas de la sed sin sed.
En la sed de las treguas
saciarlas con el gozo.
Gozad las treguas de la sed sin sed.
En la sed de las treguas
saciarlas con el gozo.
Aún recuerdo aquello que me dijo
cuando tocamos la espuma quemante,
cuando nos bebimos el cáliz del desarreglo:
Vivir conmovido pero no desconsolado.
Vivir furioso
pero nunca cegado por el odio.
Turbia,
como los oscuros pétalos
húmedos en vasos de ceniza,
duerme a mi lado
en la alborada.
Banderas hechas torniquetes.
Trapos que ondean la tristeza.
Textil. Washing and ironing
Do not bleach. Do not tumble.
Washing inside out.
El cuerpo y las monedas
aguardan esta noche su precio.
La medida del doblón en la esquina
sin vuelta. La posesión del instante
encerrado en papel , plata quebrada
se derrama por las sábanas y la hora.
Las divisas del lunar, el anverso
de todas las caras y cruces.
Denarios de sangre, escudos de miseria.
Acuña tus deseos
bajo la infecta luz de las avenidas.
De camino a ninguna parte, sito
en una carretera inhóspita,
en un carril polvoriento de la vida,
esa comarcal donde abandonaría a un perro
en verano. Me alojo en este hotel
“Otelo hotel”, fonda en el fondo barata
con televisión/ tienda/ bar y piscina vacía
porque hasta eso me he bebido.
Malvivo en una habitación doble para uno
para mí solo, que sin ella soy la mitad,
con pensión completa
completamente insoportable sin ella,
la desnuda huésped que iba de paso
“de paso de ti”/ es decir de mí.
Mi hogar provisional sin camareras
que carguen con el pesado equipaje
de celos/ de llagas/ de yagos.
Me alojo en este hotel
“Otelo Hotel”, esta sórdida pensión
donde me estrangulo el recuerdo
de tragedia en cinco actos:
Primer acto: Me despierto destrozado.
Segundo acto: Me rasco los cojones.
Tercer acto: Me hago una paja.
Cuarto acto: Me fumo un cigarro.
Quinto acto: Te sigo queriendo.
Muy señor mío/ estuve/ interesado
en hacerme valer alguna vez/
en este vertedero del parnaso/
señalarme en revistas alejadas/
subrayarme en sus críticas leídas.
Por mi profesional experiencia
me considero muy capacitado
para salvaguardar las funciones
de ese puesto, cubrir dignamente
el hueco en su índice antológico.
Además de borrarme de poeta
he realizado otras tareas
como recoge-vasos, vigilante,
camarero, librero, dibujante...
asuntos que le adjunto en currículo
poético con más vanos detalles.
Por las razones citadas, rechazo,
abjuro y prometo
no
formar parte en la selección
que ustedes convocan.
Reciba un cordial saludo.
Los escritores y los artistas podrían desempeñar, en la nueva división del trabajo político –o, para ser más exactos, en la nueva manera de hacer política que hay que inventar–, un papel absolutamente insustituible: otorgar fuerza simbólica, a través del arte, a las ideas y los análisis críticos, y dar una forma sensible a las consecuencias invisibles de las medidas políticas inspiradas en las filosofías neoliberales.
(Pierre Bourdieu)
El poeta es un cultivador de grietas: fractura la realidad aparente, o espera que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro.
(Roberto Juarroz)