Oh señor, contempla estos ajados lirios
(Oh señor, contémplanos)
que hilan, trabajan y van mal vestidos.
Oh señor, danos el descanso que tu profeta prometió.
(Oh señor en una sala de empleados decente)
Oh señor que las viandas que compartimos
sean de tu agrado y deleite.
(Oh señor almorzar en la calle nos arruina)
Oh señor, acrecienta esta paga sin pegas
y danos las horas extras de hoy en nóminas de mañana.
Oh señor, concede a mis hermanos y hermanas
(Oh señor, a los compañeros)
el don de la palabra para formar sindicato
(Oh señor no escuches a los fariseos)
Oh señor, tú que hacías a tus propios sepultureros
(Oh señor, a tus precarios sepultureros)
no se haga tu voluntad
y aun descubras bajo el yugo
(una tenue tempestad, un leve diluvio)
Oh señor aunque estos charcos
nunca se hagan espuma de un mar tempestuoso.
3 comentarios:
MANO DE SOBRA
Del ingrato
trabajo inestable:
1 - A la calle
por quedarse embarazada
sin consideración.
2 - Al cementerio
cuando resbaló sin avisar
en el andamio
(David, aqui te mando este poema de mi ultimo libro, no se bien si por si sirve para algo...¿Servir para algo?)
Mingo
gracias!
De ná paisano, a servir...
M.
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