El once en ruta: Valencia y Sevilla

Amor y gratitud para todos aquellos y aquellas que compartieron un rato con nosotras: para el vuelo de vueling a Barcelona que se retrasó y así podimos coger el nuestro. Para Quique que nos esperó pacientemente. Para Carlos Martínez de rebelión que preguntó por nosotras ya que andaba por lo del II Congreso de escritores antifascistas. Para las papas bravas del bar Ricardo y la maravillosa charla con Quique sobre todo y nada y todo otra vez. Para la casa de Rubén y por la hospitalidad Rubén mismo (y su grupo Wurdalak). Para Mar, Sergio, Lluna y Mar y su hogar perdido en las calles intrincadas de Calycanto. Para Nicoletta y su exposición de ventanas y ángeles caídos, para Aris y su teloneo de Scorpions y el espacio Heineken con Satriani. Para Raúl y su veganismo, su terrorismo poético y su ayuno. Por el vegeta en el que comimos. Para Alfons Cervera y el Forum de debats de la Nau. Para Carlos Taibo por lo que nos contó sobre los intelectuales conversos al sistema y por comprar el libro de los once y quedarse a tomar una cerveza. Para Antonio Orihuela y Jorge Riechmann que debatieron con Susana Fortes sobre el compromiso civil y literario. Para Carlos Durá, Julia, Antonio Mendez y Antonio Martínez -que nos dijo, entre un bocata y una pita de espinacas (no pudo ser la paella en Alzira) que no iría a ver a Gamoneda y que nos prefería. Para Pedro Montealegre que nos contó de su próxima publicación y de su cocineo. Para los muchachos y muchachas del taller de Quique que nos escucharon atentamente y se entusiasmaron con el libro. Por la presentación que hizo Quique del Once. Porque eran las doce y media y todavía seguíamos allí recitando. Porque los libros se acabaron en cinco minutos. Para Viktor y su poema sobre el recital. Por el agua de valencia que nos tomamos con Gari, Safrika, Agus y Arturo (se me olvida alguien seguro, lo siento). Para la alemana que nos sirvió el agua de valencia y nos preguntó de dónde éramos y dije que de Cádiz. Para su respuesta sin réplica de "ah, yo tengo un perro que es de Cádiz". Para Agus y su coche por las vueltas que nos dimos para encontrar Pechina arriba y abajo la casa de Rubén (gracias Agus). Para la paella que nos comimos con Mar y familia. Para el local de Campanar (Ignacio Ellacuria) que estaba a rebosar. Para David González al que vi un suspiro sólo y no pudimos hablar mucho. Por el recital completo. Para Vicente Camps y sus palabras sobre el recital y para la bibliotecaria de ese pueblo que me costó escribir. Para Julio Galcerá y Toni Esteve que asistieron al recital. Para Enrique Navarro por llevarnos en su coche a cenar, por haber realizado "La tarara del Chapao", haber montado Ja en tenim prou y haber producido "Las alas de la vida" y por su proyecto sobre David González. Por la cena en el cubano en la que todos confluímos. Por el paseo de vuelta con Nicoletta, Toni y Julio por Valencia. Por las historias que nos contó Toni de las letras que escribía para Julio y su libro dedicado (y editado por Salvem el botánic). Por el porro que nos fumamos en plena Gran Vía mientras hablábamos de la barca de los deseos y del concierto con Satriani. Por el regreso con el tipo ese que quería hacernos creer que era famoso y nos persiguió un rato con su teléfono y su "cuando llegue no quiero hablar con la prensa". Por la llegada a Sevilla y la locura de aparcar cerca de Mencheta. Para David, Jose Mari y Miguelangel (siempre ahí), para Benito del Pliego, para Luís La fuga y por Juan Antonio Bermúdez y su cámara lenta en papel y sus disparatados problemas de licencias y propiedades con la cnt. Por el calor que hacía en Sevilla. Para Luís, para mikilandia siempre hermosa y su caseta. Para César Sastre que apareció por allí. Para la gente que se pasó por la Pérgola de actividades y nos escuchó. Para la speaker que anunciaba actos por los altavoces e imterrumpía las hermosas y certeras palabras de Benito. Por la lectura. Para el tipo que nos gritó estupideces y por el que nos hizo ese gesto tan violento y que después con seguridad estaría en la concentración de trogloditas con bandera. Para la gente que se acercó después a comprar el libro. Para Pablo y María recuperada. Por el viajecito hasta Chiclana. Y por esa boda entrañable.

Y sobre todo por y para ti que me acompañaste, me acompañas y estás, kanija.