perdidos o tachados en las agendas.
Y se me amontonan los saludos retirados
y el catálogo de desplantes y deserciones.
Porque encuentro todos los ceniceros llenos
de las horas muertas e incineradas.
Porque mi ropa es una cama sin hacer
y nadie me dice levántate y anda
y sal
y muere este fin de semana
y resucita al tercer día.
Pierdo el tren de las buenas ocasiones
en la estación del tedio.
Y el invierno es crudo, el verano muy hecho,
el otoño de vuelta y vuelta.
Y la primavera no llega.
Es por eso que repito
las mismas líneas de diálogo
como un braille gastado
cuando estoy ciego.
De "Los hermosos bebidos"
2 comentarios:
Me encanta....
Hoy me viene como anillo al dedo o, mejor dicho, como soga al cuello.
gracias amiga!
qué alegría verla por aquí!
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