Si las manos son vuestras,
afirman, sonríen, aplauden,
es suyo lo que de ellas da.
Cada dedo es un delator, un sicario.
Una huella en los registros.
Cierra las manos.
Cierra las manos.
Cierra las manos.
Empuña.
Las manos atesoran tantos dedos
como muertes predican los que aprietan.
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