durante el largo invierno.
Algunos se murieron de frío,
otros derretían los copos uno a uno
con el calor sus manos.
Otros amontonaban nieve ajena
en otras estepas.
Pero llegó la primavera
anunciada en los oráculos del frío.
Muchos regresaron con escarcha en los ojos.
En el deshielo supieron
que la nieve nunca arrastra nada.
Sólo se derrite.
Y todo fue reapareciendo de nuevo.
4 comentarios:
¡Hola!
Me ha gustado este poema. Como no veo indicaciones, supongo que el autor eres tú.
Cuando lo he leído, he pensado que las cosas han pasado así mismo, tal como las dices; y después me he dado cuenta de que pensaba en la historia de España a raíz del poema.
Como soy muy inteligente (XD) he sumado 40 y 32 y he restado el total a 2011, y da 1939.
Me siento afín a lo que leo en tu blog.
Te mando un abrazo
Hola.
Gracias por tus palabras.
Tienes toda la razón (en las matemáticas también).
salud y abrazos.
Sin duda cambiar de estado hace que todo tome otra perspectiva...
Placer volver a leerte.
Besos
gracias!
es lo que tiene morirse en la cama.
salud
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