Cito de nuevo a Dogen:
Ahora bien, cuando los dragones y los peces ven el agua como un
palacio, es lo mismo que cuando los seres humanos ven un palacio.
No creen que fluya. Si un extraño les dijera: «lo que veis como un
palacio es agua que corre», los dragones y los peces se sorprenderían,
así como nosotros nos sorprenderíamos si nos dijeran: «las
montañas fluyen».
(...)
En cuanto a los pueblos y ciudades, son –para los que saben ver– viejos troncos de árboles, grava de los ríos, charcos de petróleo, quemas y desguaces, restos de crecidas, colonias de corales, nidos de avispas, colmenas de abejas, leños podridos, capas de estratos, pilas de guano, banquetes, cenadores para el cortejo y el pavoneo, atalayas de roca y apartamentos para topillos. Y para unos pocos también hay palacios.
El eterno caminar de las montañas azules
Gary Snyder
Gary Snyder
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