03 septiembre 2018

Vieja ciudad amurallada (III)




David Monthiel

            La cohorte de personajes siguen desfilando por el poema. Como Astarté, la diosa, o los insignes y omnipresentes Balbo. Y aquel que cogió y abrió los fardos que decía Pericón que llegaron a Cádiz y que contenían las partituras secas del flamenco. Personajes a patás. Músicos, pintores, poetas y locos de Cádiz: una especie humana que diagnostican como víctimas del levante y su ímpetu, chalaura siempre admirada en estas calles por su estar-en-el-mundo alucinado, lleno de verdad y su facilidad para la perorata o la genialidad. Como aquellos filósofos del rotulador que escribían tratados en las paredes y la gente leía deslumbrada.
            Y caben los motes. Los clásicos hijos de la diversidad gaditana: el negro, el chino, el moro, el gitano. Y los rebuscados: Antonio Rodríguez Martínez, El tío de la tiza, Enrico Spagnoletto, el celebrado pintor de marinas en Roma, Saturnino, el profesor que escribía con rotulador en las paredes, Antonio Jiménez, el del lunar, uno de los autores de Las viejas ricas.
            La memoria se llena de objetos y uno piensa en los vientos de las bandas de jazz que se las llamaba jambá, en las mesas de caoba en los despachos de las consignatarias y en la que dormía Fermín Salvochea y de la que se cayó o dio un pellejazo para la historia de los alcaldes de Cádiz. Piensa en la cara del cuñao de Pemán, en los romanos del Ecce Homo, en la calzada y el teatro que dejaron, en los trabajadores de Astilleros cortando el puente con tirachinas y en esos otros romanos, pero con otra vestimenta, tirándoles pelotas de goma. Piensa en la mezquita de Cádiz y en aquel poema de Fernando Quiñones en el que también se escuchan las olas en el templo.
            Si María Moco vio, según el mito, al moro que jugaba a las cartas en los túneles que existían bajo el glacis de defensa de la Puerta de Tierra (donde vivía en la miseria), yo vi, con hambre, las murallas de turrón de Cádiz tras el escaparate de las pastelerías, quizá fundadas por guiris. Porque Cádiz siempre fue muy de genoveses y de alemanes, y en sus apellidos queda ese lustre ligur que es síntoma de costumbrismo. Y si no lo saben, yo se lo digo, los gitanos de Cádiz nunca usaron la palabra payo y aquí siguen, como bien contaba Chano Lobato cuando recordaba su infancia en el Barrio de Santa María.
            Mientras los burgueses como Sebastián Martínez tenían la mejor biblioteca de Europa, los majos se ganaban la vida con la picaresca de siempre, o se las ingeniaban para no trabajar como los negros curros que en La Habana y en su teatro quedaron como andaluces, como elegantes vividores y músicos que vivían al día. Porque si vinieron armenios, franceses, griegos, árabes y un montón de guiris a vivir y a quedarse, el lema popular debería ser que uno "emigra a donde le da la gana" y si es a Cádiz mejor, porque es como una Habana metía en manteca para saber conservarla.
            A cualquier hora se silba un cuplecito, se fuman porros y se escucha las sirenas de los cruceros zarpar, se venden numeritos, se ríe uno de lo de la alergia a las espiochas mientras echa doce horas de camarero para servir a los turistas o a los veraneantes en un chiringuito. El camarero sabe que hubo santones en Gadir con un Ganges caletero que le contaban a los griegos que aquí había leyes en verso desde hacía seis mil años y que de seguro eran cuartetas de un romancero religioso para adorar a Moloch o a Astarté. O a una diosa desconocida que ayuda en la pena con alegría. Porque entre las cuadrillas de estibadores que fueron cargaores con manigueta de vírgenes y diosas, florecía el pícaro, como aquel secreta que le pusieron a Leon Trotski para vigilarlo mientras iba a la biblioteca y que le consiguió un precio justo en la compra de camarones.
            En nuestro piano cabe de nuevo otra genialidad de Ignacio Ezpeleta cuando le dijo a Lorca que él no trabajaba porque era de Cádiz, y quizá ya Ignacio sabía que Hércules tuvo sus dos últimos trabajos en Cádiz por aquello de jubilarse en el paraíso miserable donde se comía carne de bragueta (carne del matadero que los matarifes flamencos se sacaban metida de tapadillo en los pantalones) mientras los prebostes franquistas discutían qué hija de ministro iba a ser la reina de las Fiestas Típicas y partían los billetes de veinte duros por la mitad para que los verdaderos héroes mitológicos de esa época cantaran un popurrí.
            Porque aquí en dos calles paralelas te encuentras con Morillas con tatuajes en los empeines del pie y a Fallas que escuchan su flow a la hora de contar lo que les ha pasado en la plaza de abastos. Pero la Morilla real, la sirvienta de la familia Falla, cogió por banda a Manolito de chico y le cantó esa música que nació en estas calles, pero en las más míseras, en aquellos cafés del camino del Arrecife, en aquellas ventas entre huertas, lechuguinos (los voluntarios contra el fanfarrón de 1812 que trabajaban en las huertas) y mucho campo. ¿Que cuáles son los cuernos de la abundancia de los que no tienen ? La alegría de estar juntos, la juerga, el cometario improvisado, la palabra justa, las risas, el cachondeo en las casas de vecinos, ese materialista y comunitario "donde come uno comen seis".          
            Y mujeres valientes como Teletusa, la Pepa, la Perla, La tía Norica, La Larrea o La Cienfuegos, La Mejorana, Mariana Cornejo, aquellas que volvieron locos a los viajeros románticos y que no existen, son mito falso. Esas de la que no hay ni una sola placa con su nombre en el Oratorio de 1812. Y también caben las cositas que le dedicaban a la personificación de Cádiz como mujer, esos que morían y mueren por la ciudad: Herodoto, el ya citado Richard Ford o Fray Jerónimo.
            En nuestro piano cabe la explicación de que el garum era una salsa de pescao muy famosa en la antigüedad, el topolino es un helado del Salón Italiano, el piojito es el mercadillo de ropa de los lunes sito en la Barriada, los anillos con atunes son piezas únicas fenicias, la paniza es una especialidad de la cocina ligur, de la ciudad de Savona, pero clásica de Cádiz, tener cacaruca es tener guasa picaresca, el aguatapá es donde te cubre el agua del mar y no haces pie, la maruca es un pescao de huevas riquísimas, cambembo es un adjetivo para la forma anormal o irregular de un objeto, cosa o persona, chiguato es la manera de llamar a un cangrejo con el caparazón blando por estar mudándolo, guannío, estar muy cansado y, por último, caben también las diferentes acepciones de empetao: que van desde el lugar lleno, la inflación corporal de un sujeto o una caña doblada por el peso de la pieza pescada. Y los topónimos que han sido y son, hasta en caló, desde aquel año del 1100 antes de la era común.
            Dentro de un viejo piano caben las gracias, el lavativazzo y el agradecimiento al Galiana por reliarme para acompañar su música y poder escribir sobre un Cádiz mío, complejo y sencillo, moderno y cateto a la vez, una descripción propia que se une a esa lista de piropos y metáforas de un Cádiz que alterna el esplendor y la miseria. Porque esto es la costa de la luz pero también de la oscuridad. Y lo llaman Cadifornia pero no lo es.
            Es un pueblo viejo con murallas. Pero lleno de vida. Y de alegría.
            Nada más.
            Y nada menos.




1 comentario:

Portuguesito dijo...

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Portugal is the Biggest Racist country that i have ever lived in. I feared for my life there and i consider myself lucky that my family got out alive! I have never lived in such poverty (Sopas dos Pobres everyday) 40% unemployment rate and 60% of the population earn less than $932 USD per month, and that's considered Middle Class here! Within the European Union it is the worst of the worst place to live.

The bottom line is the bulk of the People in our poor country exist in a brainless comma that is fed by Ignorance, anti-Spanish hate, and severe Racism of pretty much everybody that isn't Portuguese! And, Portugal started the Global Slave Trade in 1441 so it is definitely NOT a safe place for Blacks!!

I found important websites that explain the Severe multi-generational Racism and Hate that exist in Portugal today, and i highly encourage all to read them and spread the word in order to avoid innocent, and desperate people from living or visiting there. Get educated on the Truths about Racist Portugal now.

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