1. ¿Has sentido al menos una vez el deseo de llegar tarde al trabajo, o de abandonarlo antes de hora?
En tal caso has entendido que:
a) El tiempo de trabajo cuenta doble pues es tiempo perdido dos veces:
como tiempo que sería más agradable emplear en el amor, en el ensueño, en los placeres, en las pasiones; como tiempo del cual disponer libremente.
como tiempo de desgaste físico y nervioso.
como tiempo que sería más agradable emplear en el amor, en el ensueño, en los placeres, en las pasiones; como tiempo del cual disponer libremente.
como tiempo de desgaste físico y nervioso.
b) El tiempo de trabajo absorbe la mayor parte de la vida, pues determina asimismo el tiempo llamado "libre", el tiempo de dormir, de desplazamiento, de comida, de distracción. Afecta también al conjunto de la vida cotidiana de cada cual y tiende a reducirla a una sucesión de instantes y de lugares, que tienen en común la misma repetición vacía, la misma ausencia creciente de vida auténtica.
c) El tiempo de trabajo forzado es una mercancía. En todas partes donde hay mercancía hay trabajo forzado, y casi todas las actividades se asemejan progresivamente al trabajo forzado: producimos, consumimos, comemos, dormimos para un patrono, para un jefe, para el Estado, para el sistema d ella mercancía generalizada.
d) Trabajar más es vivir menos.
En realidad, ya est luchando, conscientemente o no, por una sociedad que asegure a cada cual el derecho a disponer por sí mismo del tiempo y del espacio; de construir cada día su vida como la desea. (Ver III, 49).
De la huelga salvaje a la autogestión revolucionaria, Ratgeb (1974)