A la luz del fuego son hermosos. En medio del fragor de los derrumbamientos semejan dioses. Su voz, cuando se sobrepone a los clamores de las víctimas, suena como una música terrible. Los miramos a través del miedo, del dolor o de la desesperación y nos parecen de elevada estatura, jóvenes, vigorosos, seguros de sí mismos, espléndidos, audaces, turbulentos, heroicos, quizá despiadados. Pero después que las llamas se apaguen, después que el humo se haya disipado y la multitud se disperse, los veremos hurgar en las cenizas con un bastoncito. Sin la decoración de las catástrofes son viejos, feos, sucios, escuálidos, tienen mal aliento y los ojos empañados de catarata, visten ropa raída, les falta un brazo o una pierna, escupen fétidas salivas. Y si intentamos buscar entre los escombros los restos torcidos y chamuscados de nuestras riquezas, ellos nos golpearán con el bastoncito y cacarearán un vocabulario de comadre a quien le roban en el mercado sus hortalizas.
LOS ANIMALES DEL GÉNESIS
Recién expulsado del Paraíso, Adán hizo una aparición una espectacular entre los animales. Todos reconocieron en él a una criatura más poderosa que los demás habitantes del agua, del aire y de la tierra. Pero mientras algunos corrieron a someterse, otros, orgullosos de su libertad, prefirieron mantenerse apartados. A estos últimos Adán los llamó fieras salvajes.
IMPOSTURAS DEL SEÑOR PEROGRULLO
Nadie podrá cazar al dragón: visto de cerca, el dragón ya no es dragón.
Moral: castidad del impotente.
A la hora de los festejos, los héroes están en las tabernas, en los lupanares y en los garitos.
Dios es para mí, lo que la redondez de la tierra para el arquitecto
Primero el terror, después el sacerdote, después el templo, por fin los dioses.
Altruismo del envidioso: no busco mi provecho, sino el perjuicio de los demás.
El imán humilla al hierro. Es una teoría sobre el amor
Toda revolución quiere ser la última revolución.
Los ciegos apagan la luz.
Soliloquio: amarme es conformarse con poco.
Si quieres vengarte de tus enemigos, haz correr la versión de que son amigos míos.
Mi culpa marcha tan lenta que siempre la alcanzan el perdón y el olvido
He descubierto que Eros no tiene hígado.
En el Salón del Trono las amantes del rey mueren de un ataque de risa.
Los dulces ríos fluyen en socorro del mar salado.
Llámame idealista: te busco donde sé que no podré encontrarte.
Para ser Narciso hay que ignorar que el rostro reflejado en la fuente es el propio rostro.
Paradoja: los aforismos me aburren.
Moraleja de todas las fábulas: el hombre es un animal.
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