21 diciembre 2009

ALTA VELOCIDAD DEL DESTINO

en un viaje hacia la nada,
en un viaje hacia allá abajo,
hacia el fondo.
Esta vez, dentro íbamos nosotros.

Primo Levi

-¿Por qué habríamos de parar?
-dijo el maquinista-.
Nos dirigimos hacia la belleza. ¿La veis allí?
Y aceleraban la máquina de desiertos.

-No podemos parar. Ni pararemos.
-dijeron los pasajeros-.
Y reían sin freno y brindaban
por la velocidad de las cosas y su verdad.
-¿Por qué habríamos de parar?
El horizonte es nuestro destino.
Éste es el tren. Éste es el tren.


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