19 diciembre 2009

Descacharrantes momentos de No irish, no blacks, no dogs


Nunca me ha dado por robar y no me gustan los ladrones, pero un día después del colegio Jimmy y yo nos colamos en uno de los garajes cerca de donde vivíamos. No estábamos robando, sólo enredando. Mmirábamos cómo funcionaban las cosas, curioseando en los cajones de herramientas. No era un robo de verdad, pero la policía nos cogió y nos llevó a casa.
-¿Son sus hijos?- le preguntaron a mi padre.
-No los he visto en mi vida.
Le cerró la puerta a la policía en las narices. No podían hacer nada con nosotros porque éramos menores, así que nos tuvieron que soltar. Al principio me quedé espantado, pero luego me di cuenta de que fue lo más inteligente que le he visto hacer a mi padre. Me dejó alucinado, porque además después no lo mencionó nunca. Yo pensaba que me iba a dar la paliza de mi vida, pero ni siquiera sacó el tema. Así que la lección era: que no te cojan.
La vida de mi padre fue mucho más difícil que la mayoría de la gente que conozco. Tuvo una infancia horrible en Irlanda, en casa de su padre, que era alcohólico, y su madrastra. Eran muchos hijos, de modo que tuvo que buscarse la vida.
(...)
Mi madre era harina de otro costal. Le encantaba la música que yo compraba. Antes de que me fuera de casa solía subir a mi habitación y preguntarme con su acento irlandés cerrado.
-¿Qué has comprado últimamente, hijo? Antes has puesto unos ruidos que me gustaban bastantes.
-No, mamá, no creo que te guste. Es el primer LP de Hawkwind.
Se sentaba y escuchaba, absorviendo la música. por ejemplo, le gustaba mucho el Fun House de los Stooges. No era nada fácul interpretar el papel de rebelde con mi madre en mi habitación escuchando Fun House. Yo pensaba: "¡Dios, que alguien me saque de esta familia de locos cuanto antes!
Otras veces me perdía de nuevo en mis fantasía de siempre: "¿Por qué no he nacido en una familia rica que me deje hacer lo que quiera? Todo sería mucho más fácil". A los niños les gusta fantasear, les atrae la idea de que los padres no les quieren.
(...)
Empecé a beber cerveza desde muy pequeño. Cuando mi abuelo murió, yo tenía once años y en e velatorio bebí cerveza como el que más, por lo que se montó una bronca monumental entre los primos de mi padre. Pensaban que era una auténtica vergúenza que un chaval de once años estuviera allí sentado tomándose una Guiness tras otra. Todos los demás estaban medio borrachos y yo tan tranquilo completamente sobrio. Dicen que el alcohol mata las neuronas, peor parece que a mí no me ha hecho daño. Si había algo que valía la pena destruir en mi cerebro seguramente pasó a mejor vida con la meningitis. Y lo que queda es muy resistente.
(...)
JOHN GRAY: Mientras tanto seguíamos en el colegio y los profesores se esforzaban por doblegarnos. Era un centro católico de chicos y los uniformes, la disciplina y la religión eran fundamentales. una vez me puse a discutir a voces con un cura joven y me echaron de clase por cuestionar demasiado las cosas. John era mucho más provocador.
Un día nos dijeron que fuésemos con corbata y John no llevaba.
-O te pones corbata o mañana no entras en el colegio- le dijo el cura.
Así que John se presentó al día siguiente con una corbata, pero sin nada debajo.
Llevaba una chaqueta, pantalones y no se había puesto camisa. El profesor le preguntó:
-¿Por qué no llevas camisa?
-Ayer me dijo que me pusiera corbata. Aclárese.
(...)
Todavía me quedaba dinero porque había estado trabajando durante el verano. Mi padre me había conseguido un trabajo en el que me daban veinticinco libras al día, así que estaba forrado. Me dieron mucho trabajo construyendo una planta de aguas residuales en Guildford. Esperoq ue la gente de Guildford esté agradecida. ¡Johnny construyó vuestras cloacas!
Aprendí mucho trabajando con los ingenieros de obras. Era fascinante. Y yo con el pelo verde. A los obreros le importaba un bledo, sobre todo a los irlandeses. Allá tú con tu vida, esa era la actitud. Mientras fueses capaz de manejar la pala lo mismo daba.
(...)
STEVE JONES: Cuando era menor de edad acumulé bastantes antecedentes penales, catorce delitos en total. Estuve un año y medio en un reformatorio, pero nunca llegúe a estar en al cárcel, porque la mayoría de las veces que me cogieron era menor. Alguna vez me detuvieron por robar instrumentos. A partir de los dieciocho años te meten en la cárcel, pero gracias a los Pistols me libré. Cuando la banda empezó a tener éxito dejé de robar. Fue lo que me salvó.

No irish, no blacks, no dogs, John Lydon, Acuarela



2 comentarios:

Anónimo dijo...

INCREIBLE LIBRO. DÓNDE PUEDO CONSEGUIRLO, NO LO HE HALLADO EN NINGUNA LIBRERIA? Y GRACIAS POR SUBIR ESTO

deefeeme dijo...

está en acuarela libros. Pidalo en su libreria más cercana.