08 agosto 2004

Espero, amigo, que no te de nunca
de lado esa suerte que te sonríe
de vez en cuando,
que no te deje tu novia de un día
para otro y te incluyas en esa lista
del desamparo y la soledad.
Espero amigo que no tengas que cursar
la resignación de zombi en los bares.
La vida es un instante
y es mejor jugar por parejas
aunque pienses que lo tuyo
con tu novia es un farol
en esos día de rutina estable.
Espero amigo, que tu teléfono
no deje de sonar, que sigas cantando
en la ducha, en la lluvia, en el metro.
Y que la tempestad de recuerdos
en tu cumpleaños no deje tu vida
encharcada de arrepentimiento.
Espero que yo esté aquí/ emergiendo
del sótano con optimismo de emergencia,
con pequeñas dosis de ánimo,
para decirte que no te preocupes,
que todo se arreglará aunque no tenga arreglo,
aunque vivamos en esta rutina o pozo,
para asegurarte que pasará como el invierno
aunque sea como un verano entero estudiando,
para emborracharnos juntos,
llorar en los bares,
y sonreír sobre las esquirlas del alba.

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