13 enero 2005

Ciudades secretas, ciudades vividas- David Eloy Rodríguez

Hay lugares en los que estuvimos vivos, en los que comprendimos profundamente la vida y deseamos no morir jamás. Estos espacios, unidos entre sí por hilos invisibles, componen en nuestra memoria un decisivo mapa de intensidades y relaciones.
De pronto sucede que un sitio es realmente sentido, vivido, apropiado por los cuerpos; de prondo una calle -o una esquina, o un descampado- se hace presente, se muestra. Ahí, para nosotros, con nosostros, en nosostoros, como si ésa fuera sdu vocación, su razón de ser: de pronto, en una plaza -o en un puente, o en un cuarto compartido- nos encontramos habitando una ciudad secreta.
Hay ciudades secretas dentro de cada ciudad. Las ciudades secretasestán construidas por instantes de tiempo encendido, por fugacidades luminosas. Son, pues, fugitivas, y muy difíciles de fotografiar, pero todos las hemos sentido alguna vez: ciertas y misteriosas, alucinadas y poderosamente intensas.
Tratar de nombrar esas ciudades ha sido una tarea no poco frecuente de las búsquedas poéticas. Los creadores han jugado a ser amantes, niños y locos para poder ver, contar, y cantar, la ciudad transparente y conocida que se oculta, a la espera de aquekllos que quieran inventarla, en la piel de cada ciudad.

(MERCURIO, Panorama de libros de Andalucía, nº 67 Enero 2005)

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