Quien ve las blancas y hermosas rosas
de mano virginal recién cogidas
y con diversos talles retejidas,
guirnaldas bellas hacen y olorosas;
quien gusta de las aves más preciosas
las tiernas pechiguillas convertidas
en líquidos manjares, y comidas
süaves, odoríferas, sabrosas;
y quien panales albos destilando
la rubia miel de la amarilla cera,
a lo que al gusto y vista más provoca,
pues tal es de mi ninfa el rostro, cuando
mi vista de la suya reverbera
y bebo las palabras de su boca.
Francisco de Figueroa (1536?- 1578)
y de regalo otro
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