Señor mío,
ella hace visibles los hilos del amor.
Ella es hermosa y libre y dulce
y en los días terribles pronuncia
palabras celestes, y con ellas
desviste a la penumbra
y la convence de su error.
Ella sabe del hechizo del ámbar
y conoce el nombre secreto de las cosas.
Ella se enreda con las fieras
y les habla de la piel de la tarde.
Señor,
en los bosques donde ella se refugia
relampaguea el misterio,
pervive una luz frágil.
Señor mío, os lo ruego,
ella no debería morir nunca
ni tampoco sufrir ningún daño.
4 comentarios:
Sr. Gomez Valero mis felicitaciones......
A mí también me sitúa en la parte viva este poema en estos días...
Un gran poema. Tuve la suerte de leer en Zurgai una versión anterior y tiene cositas que elimina en la versión definitiva :(. Vale la pena leer las dos versiones.
últimamente nos ha llegado algo sobre este ya conocido poeta... estoy deseando rapiñarle a inwit la edición que guarda en casa... aunque muchos de los textos ganan incluso escuchándolos en vivo y en directo...
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