en las yemas, llegará
mi amada como dogal/ como fruta salvaje/
puñado de tierra yerma/ con la fiereza
empuñando los filos y las hojas.
Y los vestirá de un quemante rocío
como feroz hija del veneno.
Entonces quiénes fueron, qué tuvieron,
serán dentelladas, cicatrices de orgullo,
príncipes de la fila de la desolación,
serán heridas y zarpazos al corazón hermano.
Llegará mi amada
como señora de los feroces,
ama y señora de los desesperados.
1 comentario:
Ay, Dios mío de mi arrrrrma, su amada la revoluchión!! Besitos, Deivid. Muy bonito el poema, precioso.
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