28 enero 2008

Amó aquella vez como si fuese última

Amó aquella vez como si fuese última,
besó a su mujer como si fuese última,
y a cada hijo suyo cual si fuese el único,
y atravesó la calle con su paso tímido.
Subió a la construcción como si fuese máquina,
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas,
ladrillo con ladrillo en un diseño mágico,
sus ojos embotados de cemento y lágrima.
Sentóse a descansar como si fuese sábado,
comió su pobre arroz como si fuese un príncipe,
bebió y sollozó como si fuese un náufrago,
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico.
Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro,
y terminó en el suelo como un bulto fláccido,
y agonizó en el medio del paseo público.
Murió a contramano entorpeciendo el tránsito.

Amó aquella vez como si fuese el último,
besó a su mujer como si fuese única,
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo,
y atravesó la calle con su paso alcohólico.
Subió a la construcción como si fuese sólida,
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas,
ladrillo con ladrillo en un diseño lógico,
sus ojos embotados de cemento y tránsito.
Sentóse a descansar como si fuese un príncipe,
comió su pobre arroz como si fuese el máximo,
bebió y sollozó como si fuese máquina,
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música.
Y flotó por el aire cual si fuese sábado,
y terminó en el suelo como un bulto tímido,
agonizó en el medio del paseo náufrago.
Murió a contramano entorpeciendo el público.

Amó aquella vez como si fuese máquina,
besó a su mujer como si fuese lógico,
alzó en el balcón cuatro paredes fláccidas,
Sentóse a descansar como si fuese un pájaro,
Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe,
Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico.
Murió a contramano entorpeciendo el sábado.


Por ese pan de comer y el suelo para dormir,
registro para nacer, permiso para reir,
por dejarme respirar y dejarme existir
dios le pagué.
Por esa grappa de gracia que tenemos que beber,
por ese humo desgracia que tenemos que toser,
por los andamios de gentes para subir y caer
dios le pagué.
Por esa arpía que un día nos va a multar y a escupir,
y por la moscas y besos que nos vendrán a cubrir
y por la calma postrera que al fin nos va a redimir
dios le pagué.

Esta canción es la tercera vez que la posteo y, al parecer, junto a la ya mítica entrada (en el foro interno de este blog) de la tumba de Keats y sus comentarios, la que hace posible que mucha gente entre en este blog. La canción es de Chico Buarque traducida por Daniel Viglietti y grabada en su disco Trópicos. Una maravilla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?"

Siempre que escucho esa maravilla que es 'Construçâo' pienso en ese verso de César Vallejo, creo que ya se lo he dicho alguna vez.

Y por cierto, aún no he visto la peli del Cohen. Pensaba responderle en mi blog, pero ya que ando por aquí...

Abrazos, besos

David Monthiel dijo...

yo sigo pensando, sr bermudez, que ese verso de tenemos que hablar de tantas cosas tiene que ver con la música brasileña, un fervor secreto entre las múscas fuertes tan mías. Si me apura, le puedo hacer de videoculb otra vé apl cohen. jeje.
llegó el cámara lenta: wenihimo.

bresços moitos

Anónimo dijo...

Debo llevar unos 15 años buscando esta canción. La oí sólo una vez en la radio y se me quedó grabada a fuego.

Muchas gracias. Llegué a pensar que era un delirio mío. Nadie la conocía.

abarca dijo...

NO BUSCASTE MUY BIEN AL PARECER, ES UNA CANCION EXCELENTE Y MUY CONOCIDA.-