24 mayo 2010

Cuatro poemas griegos

A PROPÓSITO DEL PADRE (10)


Juego contigo a los exploradores, papá. Acerco
el espejito del poema a tu rostro para ver
si se empaña.


KOSTAS MAVRUDIS, 1948



EL MITO DE ARIADNA


Miles de hambrientos minotauros
pasaron delante de nosotros con antorchas
buscando un laberinto para descansar.
(En cuanto a Ariadna duerme
junto al teléfono y espera.)

YANIS KONDÓS, 1943



QUÉ BUSCO EN LA VENTANA


¿Qué busco en la ventana, qué quiero?
Silencioso está el cielo
y lejano
y frío;
y la lejanía,
no dulce como antes.
¿Pero qué busco en la ventana,
qué espero?



CUANDO ELLA


Cuando ella
cesa su canto,
sus ojos quedan solitarios,
abandonados sobre
la blanca pared.

CHRISTOS LÁSKARIS, 1933



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué esperamos agrupados en la plaza?
Hoy llegan los bárbaros.

¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.


¿Qué leyes votarán los senadores?

Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.


¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba, y en la puerta mayor espera ahora sentado en su alto trono, coronado y solemne?


Porque hoy llegan los bárbaros. Nuestro emperador aguarda para recibir a su jefe. Al que hará entrega de un largo pergamino. En él escritas hay muchas dignidades y títulos.


¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten sus rojas togas, de finos brocados; y lucen brazaletes de amatistas, y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas? ¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados en oro y plata, signos de su poder?


Porque hoy llegan los bárbaros; y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.


¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?


Porque hoy llegan los bárbaros que odian la retórica y los largos discursos.


¿Por qué de pronto esa inquietud y movimiento? (Cuánta gravedad en los rostros.) ¿Por qué vacía la multitud calles y plazas, y sombría regresa a sus moradas?


Porque la noche cae y no llegan los bárbaros. Y gente venida desde la frontera afirma que ya no hay bárbaros.


¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros? Quizá ellos fueran una solución después de todo.


Konstantinos Kavafis (1863-1933)

deefeeme dijo...

gracias anónimo!
por el aporte.
salud