30 marzo 2011

OLIVERIO GIRONDO- Membretes

Musicalmente, el clarinete es un instrumento muchísimo más rico que el diccionario.

Nadie escuchó con mayor provecho que Debussy, los arpegios que las manos traslúcidas de la lluvia improvisan
contra el teclado de las persianas.

No hay crítico comparable al cajón de nuestro escritorio.

En música, al pleonasmo se le denomina: variación.

¡La opinión que se tendrá de nosotros cuando sólo quede de nosotros lo que perdura de la vieja China o del viejo Egipto!

¡Quién hubiera previsto que las Venus griegas fuesen capaces de perder la cabeza!

¿Las Vírgenes de Murillo?
Como vírgenes, demasiado mujeres.
Como mujeres, demasiado vírgenes.

Ningún aterrizaje más emocionante que el “aterrizaje” forzoso de la Victoria de Samotracia.

Un libro debe construirse como un reloj, y venderse como un salchichón.

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