CAMPO DE GIBRALTAR
Gibraltar
Sandra Balvín:
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Sandra Balvín:
David Franco: «La poesía es una forma de participar en una vida verdadera»
Escritor / Gaditano / 28 años/ Ha publicado recientemente 'Renta básica de olvido', su primer libro de poemas/ Miembro del colectivo de agitación cultural 'La palabra itinerante'/ Ganador de varios premios literarios, entre los que destacan el 'Ciudad de Lepe' (Huelva) y el 'Jara Carrillo' de Alcantarilla (Murcia)
UNA ENTREVISTA DE/SANDRA BALVÍN
David Franco Monthiel ha presentado recientemente en Algeciras su primer libro de poemas, 'Renta básica de olvido'. Llegó de la mano del escritor Manuel Ruiz Torres, pero su mejor tarjeta de presentación es su fe absoluta en el valor de la palabra. Pronuncia, casi como un credo, los impulsos que le mueven a hacer poesía, ya sea en solitario, ya sea a través de 'La palabra itinerante', el colectivo de agitación cultural al que pertenece.
-Su libro habla de amor. ¿Es un tema recurrente en su poesía?
Se puede decir que este libro es como las notificaciones del cataclismo. Es un libro de desamor, pero, a la vez, de esperanza. El 'lei motiv' es el olvido y, sobre todo, con la reivindicación de la renta básica, que tiene un carácter social. Es el derecho de todo ciudadano a recibir una cantidad periódica mínima para cubrir sus necesidades. Yo pido que esa renta también exista en el tema del amor, más aún con el olvido.
¿Es tan difícil olvidar como dicen?
No, en realidad lo que cuenta es el proceso de cómo es el olvido desde los últimos destellos de la relación hasta el final del libro. El final es una pequeña corrección a Borges. Él decía en su verso que «sólo una cosa no hay, es el olvido». Yo lo cambio y digo que sí. Es el proceso sentimental hasta llegar a una situación nueva. Básicamente es una poesía sentimental hacia el olvido.
-¿La poesía es sana o abre las heridas?
Hay un poema que se quedó fuera que dice que ella deja de existir en el momento en que yo no la escribo. Dice que la mujer que yo olvidaba no es la real, la poesía lo que hace es proyectar incluso más ese proceso. No es que abra ni cierre heridas, son simples ajustes de cuentas. El libro tiene una dedicatoria dialéctica que es para ella y también es contra ella.
-Ha publicado mucho en Internet.
Yo funciono para dos revistas digitales, que son revistas contrainformativas, por decirlo de alguna manera. Lo bueno de Internet es que tiene una difusión bestial. Tienes la posibilidad de que el medio latinoamericano te puedan publicar. Todo está en base al 'copyleft', un término nuevo que supone la posibilidad de reproducir, por ejemplo, poemas o artículos, siempre que nombres la fuente. Es lo contrario al 'copyright'. Facilita mucho la redistribución de tu trabajo. No lo das, pero hay un pequeño compromiso para la distribución del conocimiento identificando al autor.
-Ahora que se lee tampoco, ¿es Internet un nuevo aliado de la poesía?
Yo formo parte de un colectivo que se llama 'La palabra itinerante'. Somos un colectivo de agitación y expresión cultural. Está radicado entre Sevilla, Cádiz y Granada. Somos cerca de 20 poetas y algunos músicos. Estamos preparando la página web, que es un medio importante para comunicarnos, sobre todo para recitales y talleres creativos. Además, muchos de nosotros tenemos bitácoras en Internet en las que escribimos diariamente.
-Hábleme un poco más de 'La palabra itinerante'.
Creo que formar parte de un colectivo es muy interesante. Nosotros nos englobamos dentro de ese colectivo escurridizo que es la poesía en resistencia. Tenemos, ante todo, la conciencia de la responsabilidad de la poesía y del compromiso moral de la palabra, en contra de la poesía del bienestar. Hay un compromiso, pero siempre respetando cada una de las subjetividades.
-¿Luchar por la poesía es una causa perdida o hay posibilidades?
Creo que sí. Es lo de siempre. Nos pueden acusar de que nuestra poesía es social, pero, en realidad, toda la poesía es social y política. Nosotros creemos bastante en la palabra como detonante para descubrir sensaciones, emociones, lugares nuevos y gente. Es una forma de participar dentro de una vida verdadera, aunque sea un espacio muy concreto. Debajo del simulacro y de las falsificaciones, la palabra puede descubrirnos la verdadera vida.Ahora se utiliza mucho la palabra para lo contrario.Hablo de la palabra desde el rigor poético, pero también como desafío y tentativa. Claudio Rodríguez decía «nosotros estamos en derrota, nunca en doma». 'Renta básica de olvido' contiene la reivindicación política de la renta básica, pero, sobre todo, es un libro de amor con algunos destellos de reivindicación social. No creo en la poesía propagandística, ni en los derroteros más panfletarios, pero sí en el sentimiento de vida que tiene la palabra desde una conciencia de la responsabilidad.
-¿Cuál es el mayor beneficio que le reporta escribir poemas?
Es un mundo difícil. Todos sabemos que hay pocos lectores de poesía. Las editoriales no se arriesgan. Para mí esa comunidad poética y de vida que es 'La palabra itinerante' es algo muy especial. Cuando nos encontramos aquéllo siempre se transforma en un ambiente muy cariñoso. También está el beneficio impresionante de conocer a otros poetas que admiran tu trabajo. Hay gente que me ha dicho que con mi libro han vuelto a acercarse a la poesía y éso tiene un valor incalculable.
...Y todo es vanidad (JAVIER KRAHE)
Gracias a mi conducta vagamente antisocial
temo no verme nunca encaramado a un pedestal:
no alegrará mi efigie el censo de monumentos,
no vendrán las palomas a rociarme de excrementos.
Y es una pena, la verdad,
porque sería muy bonito
seguir de adorno en mi ciudad
sobre un bloque de granito.
Pues qué penita y qué dolor,
no tendré estatua, no señor.
Gracias a mi postura más bien anticlerical
no será un siglo de éstos cuando entre al Santoral:
no acudirán beatas a pedirme un milagrillo
no vendrán los ladrones a vaciarme mi cepillo.
Y es una pena, la verdad,
porque tenía cierta gana
de echarle un ojo a la deidad
mientras me doran la peana.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré culto no señor.
Gracias a que mi musa se las da de cerebral
son pobres mis compases para expresión corporal:
no danzarán mis prosas las reinas de discoteca,
no vendrán los carrozas a hacer su gimnasia sueca.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo inefable
cambiar la torpe realidad
y ser o Borges o bailable.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré el Nobel, no señor.
Gracias a mi tozuda decisión existencial
no cabe entre mis planes dar ningún salto mortal:
no gozará la honras funerales mi alma en pena,
no vendrán los gusanos a tirar de la cadena.
Y es una pena, la verdad,
porque sería algo divino
ver cómo todo es vanidad,
y yo en decúbito supino.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré esquela, no señor.
3 comentarios:
Cree usté don David que será posible encontrar la "Renta básica de olvido" aquí en las librerías de Granada, o que es el caso como me temo que sólo venden libros del dios Lorca y su profeta García Montero?
Salud y libros.
Ñoh, ya me sale usted en los papeles... Muy bien, paisano. Vale que tal vez no nos dé para púlpito o estatua, pero vamos dejando señales a los amigos, que también duran bastante. Un abrazo isleño.
querido Inwit, no cre, pq la distribucion del libro la hago yo, te lo puedo mandar personalmente.
ya sabes: davidmonthiel@gmail.com
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