01 agosto 2005

La verdad inútil



Durante años hemos pensado que el férreo control de la información por parte de los poderosos impedía que los ciudadanos conocieran la verdad sobre los asuntos más controvertidos logrando que, de ese modo, la sociedad no se rebelara. (...) Frente a esa situación, hemos sido muchos los que apostamos por dedicarnos a buscar la información necesaria y las vías de difusión que pudieran llevar esa necesaria verdad a la mayor gente posible, convencidos de que, por esa vía, sentábamos los principios para la consolidación y formación de una oposición mayoritaria a las tesis y sectores dominantes. Hemos de reconocer que siempre era una batalla perdida en términos de mayoría, nunca conseguíamos que nuestras tesis ni nuestras informaciones fueran las mayoritarias entre la población. Considerábamos que por ello se lograba mantener el orden y la situación vigente, lo que no nos disuadía de continuar trabajando en la búsqueda y difusión de la información crítica y alternativa como nuestra aportación a esa causa común de un orden social más justo y libre.
Sin embargo -prosigue el autor del artículo- creo que asistimos a un momento inédito en la historia reciente. Nunca hasta ahora una verdad, crítica y contraria a la tesis de los poderosos, había estado tan clamorosamente instalada en la sociedad. Me refiero a la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq, la ausencia de relaciones de Sadam Hussein con Al Qaeda y el reconocimiento público de las verdaderas razones de la guerra e invasión: la apropiación del petróleo iraquí. Así lo percibe no una elite intelectual crítica y politizada, sino la gran mayoría de la opinión pública, incluidos los sectores sociales que nunca mantuvieron un especial interés por estar informados ni adoptaron posiciones críticas contra el sistema imperante. Por otro lado, no es tema baladí, se trata de una cuestión por la cual han muerto miles de personas (...).
Nunca antes habían quedado tan en evidencia las mentiras y engaños de unos gobernantes. Sin embargo, y he aquí la gran frustración y angustia de muchos de nosotros, en nada parece que vaya a afectar a la situación actual el evidente conocimiento de la verdad entre toda la sociedad. Hemos conseguido ganar la batalla de la verdad y hemos descubierto con tristeza que nada importa ni en nada afecta. Es como si el nivel de las conciencias y de la dignidad de las personas estuviese tan bajo que ni la muerte ni la verdad logran despertarles de la sumisión y el sometimiento. Quizás esto ayuda a entender aquellos momentos de complicidad de la humanidad con tantas tragedias de la historia. No aprendemos.”


Pascual Serrano

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