15 febrero 2005

Porque este pronombre se va llenado,
porque abre sus cajones, su casa transparente
y deja un hueco entre sus dos letras tan juntas,
porque el aire que hiende al decirlo
se ruboriza y se aparta como si admirara
su forma de pájaro enloquecido,
su vuelo de intenso rumor.
Porque huele deferente la tilde
que lo corona,
porque duermen en el túnel de tu vocal,
excesos, mareas, certidumbres,
porque se posan en lo alto de la consonante
una bandada de dedos que regresan
con la estación de la caricia.

Porque digo tú y se colma de espigas,
de aliento de corazón vivo, mi sótano.
Porque digo tú y la ráfaga me embriaga
se hace alimento como fonema de fruta
en mi garganta expoliada.

Tú.

Voy a decirte otra vez.
de "Renta básica de olvido" (ayto. Lepe, 2004)

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